Ojalá me pudiera remodelar
y empezar de cero y como un hombre nuevo.
Pero me temo que así no es,
que hay que apechugar con lo hecho y lo deshecho,
que lo bueno ha tenido un alto precio
y que lo malo es como un inagotable préstamo hipotecario...
Por tanto,
recogeré velas ante los temporales,
tomaré precauciones excepcionales,
remaré con todo mi entusiasmo
y en ambos sentidos y en todas las dimensiones y direcciones.
Cogeré atajos y hermosos senderos,
conduciré con ambas manos,
aseguraré con empeño el equipaje de mi mochila,
y miraré hacia delante y siempre a la lejanía
(hacia atrás ya he mirado demasiado).
Acabaré al fin haciendo vuelos rasantes
y hasta rozar la escarcha de la mañana.
Es muy importante tener
un punto de mira y un objectivo.
Así también... lo es
tener un punto de arranque y de salida,
un punto de apoyo
y una perspectiva veraz, clara y concisa.
Y dicho esto
doy por concluido el día de hoy.
O acaso... ¿hay otra forma de terminarlo mejor?.

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