Como si yo no fuera el culpable de mi existencia
como si yo no fuera el responsable de salir al mundo
y de hacer lo que he hecho
como si fuera otro el culpable
otro que lleva mi cuerpo y mi cerebro
con el mismo nombre y con los mismos ojos verdes
no tan utópico como lo soy ahora,
más agresivo, más defensivo,
más desconfiado de todo lo que me rodeaba,
más visceral, más pasional desorientado,
más de sangre caliente
y por tanto, menos reflexivo.
Ahora yo prefiero andar por el mundo
con un sedante en un bolsillo
o que alguien me calme el ardor de mi sangre
y que de vez en cuando me recuerde,
que antes de mi existencia
hubo millones y millones de seres vivos.

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