LA BENDITA IRONÍA

 


Pues a lo tonto a lo tonto y como el que no quiere la cosa, se está acabando el día y se está acercando la sigilosa  y bendita noche y observo como poco a poco va extendiendo su mano negra. Aunque a la noche, hay quién la define como una gran boca negra y yo tampoco me voy a poner a discutir a que se parece la noche, porque si me apuráis más o mejor dicho, si yo me apuro más, la noche no se parece a nada, ni a nadie y solo se parece a si misma y por eso la noche es única. Pero yo hablo de la parte tierna de la noche y no de la parte marchosa y pringosa, porque ésta última la hay por todos los sitios y en cambio la parte tierna tiende a escasear. Yo hace siglos que no paso una noche tierna, que también las he pasado y muchas, bueno y aclaro: siglos para mi son 4 o 5 años. Ya sabéis de mi debilidad por exagerar y agrandar las cosas y si nos quedamos en la mitad o en menos, la cosa se irá ajustando. Pero soy exagerado para todo: para las penas, para los miedos, para las alegrías, para las historias y cuentos y por supuesto, para controlar y contar el paso del tiempo. Salí así del envase y creo que a éstas alturas de la vida es demasiado tarde para cambiarme.

Y mira que yo lo digo y lo digo como primera o segunda cosa y sin otra posible opción y digo que soy un exagerado apasionado, porque el tema es ese, me puede la pasión por todos mis poros y cuando llega y está delante el amor, ese amor se hace grandioso y maravilloso. Y además, lo es. Quiero decir, que he aprendido a aceptarme, que me quiero tal como soy, que me entusiasma mi onda de exageramiento, que disfruto como un loco perdiéndome por los vericuetos de la pasión. Yo intenté varias veces ser más simple y menos apasionado y al final, todo ese esfuerzo fue un rotundo fracaso. Y por eso un día vino la luz, la luz de una idea y esa fue que se acabaron los latigazos y los "mea culpa". Que no sé si será el método perfecto o el más adecuado...pero también a éste argumento le metí fuego...porque la perfección es para otros y no para un pobre humano pecador como soy yo.

Por tanto, yo acepto mis virtudes y deficiencias y ese es el aspecto más cercano que tengo de lo perfecto o de lo que me supongo que es lo perfecto y eso, se llama "aceptación de uno mismo". Vamos a ver, que si yo tengo unos cuantos fallos, pues los tengo y me quedo tan contento y porque por otro lado, mis fallos son compensados con mis virtudes y además, ser apasionada no es ningún pecado. Porque todo esto nos lleva a otra cosa, yo os puedo asegurar que nunca os ibais a aburrir  conmigo, porque le extraigo la pasión a cualquier cosa y como además tengo la capacidad de poder reírme de todo, incluso de mi, es más me es mucho más fácil reírme de mi que de los demás y para ésta labor tengo una buena arma que se manifiesta a través de la boca, labios, gestos y miradas: la ironía, la bendita ironía.


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA CAÍDA de Batania

Fue mi historia con ella como tirarse del décimo y encontrarse en el aire con una mujer que se había lanzado del noveno: pensé que nos unía ...