Nos olvidamos tan fácilmente
de que la vida merece la pena
y que el amor es el motor de nuestra historia
y que más tarde que temprano
las alas con las que antes presumíamos de nuestros vuelos
envejecen y encogen
y hasta que un soplo de viento se lleva sus restos.
Nos olvidamos de tantas cosas
que no queremos saber
porque un paso de antes
es como un salto de ahora
y eso si aún podemos saltar con unos huesos huecos
y horadados por tanto sufrimiento y desgaste.
Yo no nací dentro de un agujero
y me niego a morir dentro de otro.
Prefiero que me inmolen en un descampado
con leña de roble y sobre una cama de helechos.
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