Ya que estamos en épocas de incertidumbre
y por si acaso pasa algo raro o extraño
o de repente nos invaden extraterrestres
os tengo que contar unas cuantas cosas...
En primer lugar:
yo soy tan de aquí como de allá
mi bandera son mis calzoncillos de abanderado colgados en la terraza
mi ejército no tiene armas que maten o que mutilen
pues yo voy en son de paz y digo ¡no a la guerra!.
En segundo lugar:
yo soy un hombre de palabra,
una palabra mía vale más que mil millones de euros
y si se la doy a alguien
es porque confío plenamente en ese alguien
además, mi palabra va a misa
y si de palabra me comprometo
es porque tengo muy claro cual es mi objetivo
y si esos dos elementos concuerdan
entonces mi palabra adquiere visos de juramento.
En tercer lugar:
No pido la lealtad de nadie
quizá solo pida la mía hacia mi mismo
pero a los que me rodean o me rodearon
nunca les pediré que se aten a mí
o que antes de dar un paso me pidan permiso
o que si vivimos a larga distancia
se sientan obligados a mantener los lazos que nos unieron.
Quiero decir,
que si quieren mantenerlos, yo se lo agradezco,
pero no pasa nada si quieren cogerse un descanso instalados en la distancia.
En cuarto lugar:
Yo no obligo a nadie
y si piensan que son más libres
manteniéndose fuera de mi onda explosiva y expansiva
pues ¿ qué les puedo decir?
que a lo mejor nos vemos en el infierno
y porque en el cielo, yo soy el primero en reconocer
¡qué no me veo!.
Ya que estamos en épocas de incertidumbre
y por si acaso pasa algo raro o extraño
o de repente nos invaden extraterrestres
os tengo que contar unas cuantas cosas...
En primer lugar:
yo soy tan de aquí como de allá
mi bandera son mis calzoncillos de abanderado colgados en la terraza
mi ejército no tiene armas que maten o que mutilen
pues yo voy en son de paz y digo ¡no a la guerra!.
En segundo lugar:
yo soy un hombre de palabra,
una palabra mía vale más que mil millones de euros
y si se la doy a alguien
es porque confío plenamente en ese alguien
además, mi palabra va a misa
y si de palabra me comprometo
es porque tengo muy claro cual es mi objetivo
y si esos dos elementos concuerdan
entonces mi palabra adquiere visos de juramento.
En tercer lugar:
No pido la lealtad de nadie
quizá solo pida la mía hacia mi mismo
pero a los que me rodean o me rodearon
nunca les pediré que se aten a mí
o que antes de dar un paso me pidan permiso
o que si vivimos a larga distancia
se sientan obligados a mantener los lazos que nos unieron.
Quiero decir,
que si quieren mantenerlos, yo se lo agradezco,
pero no pasa nada si quieren cogerse un descanso instalados en la distancia.
En cuarto lugar:
Yo no obligo a nadie
y si piensan que son más libres
manteniéndose fuera de mi onda explosiva y expansiva
pues ¿qué les puedo decir?
que a lo mejor nos vemos en el infierno
y porque en el cielo, yo por lo menos no me veo.
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