A veces me asusta el estar sólo,
pero también me asusta apoyarme y cobijarme en tu regazo,
así, arropado por tus cálidos brazos,
Me asusta la soledad, la muerte,
la lujuria de tus besos,
pero también me asustan,
las dudas existenciales
y los temores ancestrales.
Me asuntan las tormentas de verano,
los rayos, los truenos, los relámpagos,
las tardes de granizo sin previo aviso,
las mañanas de blanca escarcha
y el morir sin esperanza.
Me asustan los días siniestros,
la mala suerte, la mala idea,
el perdona... como coartada,
el lo siento... como alimento,
y el te quiero... pero ahí te quedas.
Me asustan tantas cosas
que a veces me arrepiento de mis sentimientos,
yo nací para vencer en la vida,
para dar un paseo triunfante
y para culminar mi meta,
que no es otra,
que vivir de pie y nunca de rodillas.
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