¿HÉROES?


Demostrado queda, no somos nadie o somos demasiada poquita cosa en medio de éste hermoso y complejo universo. Somos motas de polvo o finas gotas de lluvia o somos las dos cosas, motas de polvo bajo la lluvia. Pero de ahí, no pasamos y aunque pensamos que a lo largo de nuestra vida vamos a ser héroes, que como mínimo, van a salvar el mundo...pues yo os digo que la realidad nos muestra totalmente lo contrario y como mucho llegaremos a ser héroes de cuento o de película, pero lo normal es que como mucho seamos pequeños héroes anónimos. Y con eso debería llegarnos y porque en ésta vida no vamos a conseguir más que eso.
Los héroes son de otra pasta muy distinta. Cuando sus músculos se tensan el mundo empieza a temblar bajo nuestras pequeños pies humanos. Sólo con su mirar pueden atravesar paredes y muros y continentes enteros y hasta mundos paralelos y colarse por un agujero negro y salir de nuestro universo y entrar en otro. Con un soplido que salga de su boca, pueden crear temporales y ciclones. Con un estornudo, crean lluvia de estrellas y meteoritos. Si se ponen a cantar, nos reventarán los tímpanos. Y cuando silban, las ratas salen de las alcantarillas y huyen para buscarse la vida en otro lugar.
Los héroes antes fueron hombres y mujeres, pero lo fueron hace tantos siglos, que por el camino (diferente al nuestro), han tenido algún que otro salto cualitativo...que poco a poco los han convertido en semidioses o en dioses. Lo nuestro ha sido más progresivo, más poquito a poco y tranquilamente dando diminutos pasitos. El de ellos, ha sido un cambio bestial en todos los sentidos y han evolucionado como sacudidos por grandes e inmensas ondas expansivas que los han hecho enormes y grandiosos.
Pero me temo que al final, todo da igual y da lo mismo ser pequeñas y diminutas motas de polvo bajo la lluvia, que ser semidioses o dioses con extraordinarios poderes...porque en definitiva, no existe lo infinito en nuestra pequeña vida y tarde o temprano todos nos iremos muriendo. Hasta los dioses se mueren y desaparecen y la única diferencia con nosotros, es que vuelven a aparecer cuando les apetece.











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JULIO CORTÁZAR