EL REGALO (Juan José Millás)
NO ERA FECHA RELIGIOSA de Silvina Giaganti (blog "Los Papeles de Pablo Müller")
NO ERA FECHA RELIGIOSA UN POEMA DE SILVINA GIAGANTI
NO ERA FECHA RELIGIOSA
Me daba mucha vergüenza que mi papá se dejara puesta
la ropa de trabajo fuera de horario y anduviera
por ahí así vestido, la camisa, el pantalón azul de grafa,
yendo y viniendo por el barrio, tomándose colectivos
como si no supiera, o no se mereciera, usar otra cosa.
Una vez abrí la puerta de su pieza y lo encontré hablándole
de cerca
a un cuadro con la imagen de Jesús, colgada
sobre el respaldo de la cama.
Le hablaba en susurros, la cara
pegada al marco, le había puesto unas ramas de laurel.
No era fecha religiosa.
Me pregunto qué le decía, porque conmigo no hablaba.
No se dio cuenta de que yo estaba ahí.
Hasta jubilarse se levantó a las 4.30 de la mañana,
se calentaba leche
en una taza de loza mientras le pagaba una barrida
a la cocina.
A veces el ruido de las fibras de la escoba me despertaba
y lo miraba por la ventana esperando el colectivo para
irse a trabajar.
Recuerdo que hacia fuerza para que llegara rápido, así
no pasaba frío
o algo raro en la calle.
Se colgaba de torres para soldar, y los fines de semana
hacía changas:
revoques, pintura de interiores y frentes, arreglos
de cortinas.
En la cancha, en una final, le grité un gol en la cara
porque somos de equipos diferentes.
Alguna vez me dijo que yo le gustaba como era porque
me defendía
de lo que él no pudo.
Ahora gano más que su jubilación y me da una vergüenza
enorme.
Siempre me compró las mejores zapatillas, las mejores
ropas, la mejor gaseosa.
Hace poco fui a su casa y me llevé la camisa Ombú
que ya no usa,
me empezó a gustar la tela y el color.
Silvina Giaganti
Tarda en apagarse
LA FIESTA DE Riego Roel (blog "autorretrato en espejo convexo")
POEMA DE DIEGO ROEL
LA FIESTA
(Primavera de 1408)
QUE seas siempre para mí como el rocío,
como los lirios del campo, como los árboles silvestres.
Que en mi boca seas siempre
más dulce que el fruto de la higuera.
Porque antes de verte
yo era una voz que clamaba en el desierto:
¿de dónde vendrá mi auxilio?
Mis días eran como los del caracol que se desliza y pasa.
Mis días eran esfuerzo y tristeza.
Antes de verte
yo alzaba los ojos a las montañas y gritaba:
¿dónde estoy?
Entonces llegaste como llega puntualmente
la lluvia que riega el suelo,
la nieve que cubre los campos de Rusia.
Que en mi vida seas siempre
vapor que sube de la tierra,
mano que esparce la semilla,
aguacero.
"UN DÍA FRECUENTARÁS..." de Fernando d´Almeida (blog "asamblea de palabras")
"Un día frecuentarás...", de Fernando d'Almeida (Camerún, 1955-2015)
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
