Es una pena que yo no tuviera una manos tan largas como para poder tocar las fotos de paisajes lejanos, bueno yo, ni nadie. Porque cuando veo algunas fotos me dan ganas de comerlas y de un sólo bocado y acabo de ver una foto en el Facebook de una ex cuñada, y que por cierto, es para mi como una hermana, que me ha enamorado y salía Betanzos de mi Galicia natal y me importa un pito que la foto no sea muy buena, lo que importa es la foto que yo llevo por dentro y mezclada con la que vi, sale mezcla que es para sacarse el sombrero y hacer una genuflexión a continuación. Es que a veces no puedo con mi alma, pues me desborda por los cuatro costados y cuando veo una foto que tengo dentro de mi cabeza y la veo ampliada con otra, me desquicio y me subo al árbol más cercano.Necesito asimilar los fogonazos. Y cuando me viene uno y por una imagen determinada, pues en principio me entra una ansia indescriptible o sea un ansia que me hace trepar por la paredes y que al final me convierte en el hombre araña o en el capitán garfio y según donde o como me encuentre, me visto de uno o me visto del otro. Eso solo me pasa con los los paisajes ya vividos y es como un dèjá vu o como el recuerdo que vuelve pero con más fuerza o como dirían los australianos, es como el efecto boomerang. Es como cuando juegas al frontón y parece que la bola se muere por si sola y viene una mano o una pala que le da a la bola con fuerza y remonta la pelota por si sola y entonces parece que empieza una partida nueva .
Claro que esto que describo sólo me pasa con algunos sitios, sitios en los que he vivido anteriormente y que no supe interpretar en su tiempo y en su momento, pero que mi retina había grabado a tiempo. Bueno supe grabar, pero no fui capaz de describirlos y ahora me viene el rebote de esos recuerdos y de todas las imágenes que acumulé en aquellos tiempos y si se mezclan en un batido y dándole como el que no quiere la cosa, va y sale un producto nuevo. ¡Joder!, que yo también se hablar con propiedad y si tengo que dar el pego, no voy a decir que voy a ser el primero de la clase, pues no es mi arte y ni es mi necesidad, pero yo me asumo y me subo al carro.
Que no soy el tesoro de Rande y tal como se dice en mi tierra de Vigo y en referencia a un tesoro que se supone que está y que nunca se ha encontrado. Los tesoros son tesoros en si mismos y por eso nunca se encuentran y si se encuentran, pues dejan de ser un tesoro y pasan a ser una realidad y entonces pasa lo que pasa, que pierden todo su encanto. Yo prefiero un tesoro y con todas sus consecuencias y que no son otras que quedarse con la leyenda y con el supercuento medio histórico, que quedarme con la realidad palpable y porque al final, o somos imaginación o somos una mierda rica y ostentosa y yo prefiero quedarme en el terreno de la imaginación, pues es un terreno en el que me siento muy cómodo y entre otras cosas me hace sentir que soy el hombre más feliz de la tierra..


















