Y ¡MEA CULPA!




Quisiera morir de pie

y con los ojos abiertos como centellas

y con la columna recta  y entera

y señalando la luna.


Quisiera morir sin desgastes

y sin penas añadidas,

con las justas

y porque me pertenecen

y porque siempre han sido mías.


Es que desde mis pestañas

hasta la punta de mis pies,

tiemblo en mis peores días

y hasta mis huesos se quejan de semejante estruendo

y no sé como decirlo

yo...tenía un amigo...

que nunca te decía lo que pensaba y lo que sentía,

pero por dentro se lo pensaba y se lo callaba,

en fin, que un día me quedé sin amigo

y sin su aliento

que era generoso y humano

y era aliento de ser buena persona por encima de todo,

y ahora tengo la rabia de haberlo perdido

y ¡mea culpa!...

me digo en mis peores días.

EN MI AGUJERO...

 


Quisiera entrar en ese agujero negro que tengo delante de mi,

busco mi valor y mis ganas

y para así adentrarme 

en ese agujero negro que tengo dentro de mis entrañas

negro, azabache, oscuro y sin nada que llevarse a la boca...


En realidad me bastan 20 euros

para decir,

yo soy feliz

y aunque no lo sea,

pero con 20 euros

veo la vida más feliz

y vamos a ver

hasta me acuerdo de ti

y le doy a la tecla que lleva tu nombre

(con 20 euros, me deja)

y va y me apareces tú y con tu cara y con tu nombre.


Por 20 euros te puedo ver 

por 19 te puedo entretener hasta el amanecer

por 15 te veo partir

y por 10 puedo oler tu aliento de hembra marchita

y si quieres pasar la noche en mi agujero

dime donde estás y te voy a buscar.

SOMOS PRODUCTOS PERECEDEROS



Tanta terapia para nada.

Siempre lo dije

y lo dije muchas veces,

las terapias sirven como actos de fe,

es decir,

sino crees en ellas no tienes nada que hacer.


La terapia sirve para el que siente

que le habla la voz de dios

a través de un psiquiatra o terapeuta,

pero para agnósticos, como yo,

no hay nada más que nuestra propia intuición,

nuestro sarcasmo nos lo tenemos que tragar

y nuestra rebeldía la tenemos que disimular

(para sobrevivir)

su poder es tal,

que incluso fuera de su influjo profesional,

te cuelan medicamentos en forma de armas psíquicas

que en teoría son para apaciguarte y sedarte

y así son,

pero también lo son para acomodarte y amoldarte

y al final, 

te convierten en cordero que de vez en cuando bala un rato

y si lo haces después de comer,

su siesta será más que agradecida.


Somos productos perecederos,

pero a veces perecemos antes de morir.



NOVIEMBRE



Que estamos noviembre

y que nadie me amenace en el mes de noviembre,

porque me escabullo,

porque me hago hongo y seta venenosa,

porque me disfrazo de hoja caduca

mientras voy en volandas cayendo hacia el suelo

y aterrizo posando mis dedos suavemente,

como si de mis dedos dependiera todo,

mi equilibrio emocional

mi estructura ósea

y hasta mi comprimido cerebro.


En noviembre todo se pone mustio

menos yo

porque me convierto en un monstruo verde

lleno de ánimos

y es que me crezco en medio de tanto infortunio.

QUERIDO TRUMP

 


Querido Trump:

Te han jodido

te han bien jodido

y yo sé que eso escuece y duele 

vamos, 

que te han reventado el culo, las entendederas

y hasta la caja de recambios ....


Que no pasa nada

que más se perdió en cuba 

como decían los indianos que regresaban arruinados de las américas,

pues en tu caso pasa lo mismo,

aunque sé que por pasta no es

(estás montado en el dólar)

y entonces el tema se supone

que es de poder,

que el poder te pone

y es de volver a suponer

que el poner te produce un placer inconfesable.


Ahora mismo acaba de pasar un niño gritando

en plan berrinche inconsolable

y por eso me acordé de ti,

porque te veo inconsolable

y dando un espectáculo de auténticas pataletas...


Mejor sería que te fueras a dormir

y ya sabes lo que dice el refrán

¡que mañana será otro día!

YA ESTÁ BIEN...



Ya está bien de decirnos

que no debemos atizar cadáveres,

pues nosotros ya sabemos

que los muertos están muertos

pero que muchos están apilados en las cunetas

y eso es lo que tenemos que ver y saber,

que hay cunetas llenas de viejos cadáveres,

pues a los fascistas les encantaba tirarlos de bruces al asfalto

y de ahí,

ellos mismos (los cadáveres) se pasaban a las cunetas

y allí reposan sin nombre

y sin nada que llevarse a la boca.

EL AMIGO (Sigrid Nunez)

 


 

¿Es cierto que el mundillo literario está minado de odio, que es un campo de batalla rodeado de francotiradores donde las envidias y las rivalidades no hacen más que aflorar?, preguntó el entrevistador de la Radio Pública Nacional (PNR) al distinguido autor. Quien reconoció que así era. Hay mucha envidia y enemistad, dijo el autor. Y trató de explicarse: Es como una balsa que se está hundiendo y a la que demasiada gente quiere subirse. Así que cada empujón que des, sube un poco la balsa a tu favor.
Si leer aumenta realmente la empatía, como se nos dice constantemente que hace, parece que la escritura la disminuye un poco.

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Esa era la realidad, decías. Pero en nuestra época grafómana la realidad se había ido a paseo. Ahora todo el mundo escribe igual que todo el mundo caga, y ante la palabra 
talento muchos quieren echar mano de un revólver. El auge de la autopublicación fue una catástrofe, decías. Fue la muerte de la literatura. Lo que significaba la muerte de la cultura. Y Garrison Keillor tenía razón, decías: Cuando todo el mundo es escritor, nadie lo es. (Aunque, en realidad, este era exactamente el tipo de declaración contra la que nos advertías que estuviéramos en guardia: Suena bien, pero, si la aprietas, se desmorona).

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Ninguna escritura se desaprovecha, decías a menudo. Incluso si algo no funciona y acabas tirándolo, como escritor siempre aprendes algo.

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Oí hablar de un estudio según el cual los gatos, a diferencia de muchas otras especies animales, no perdonan. (Como los escritores, quizá, quienes, según un editor que conozco, nunca olvidan un desprecio).

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“He pensado mucho en eso desde que Svetlana Alexievich ganó el Nobel –dice la mujer–. El mundo está lleno de víctimas, dice Alexievich. Gente corriente que experimenta sucesos espantosos pero a la que nunca se la escucha y que acaba por ser olvidada. Su objetivo como escritora, dice, es proporcionar palabras a esa gente. Pero ella no cree que se pueda 
hacer por medio de la ficción. Ya no vivimos en el mundo de Chéjov, dice, y la ficción no es precisamente muy buena para abordar nuestra realidad. Necesitamos ficción documental, historias sacadas de la vida corriente, de los individuos. Sin invención. Sin punto de vista autoral. A sus libros, ella los llama novelas en voces. También he oído llamarlos novelas de testimonio. La mayoría de sus narradores son mujeres. Ella piensa que las mujeres funcionan mejor como narradoras porque examinan sus vidas y sentimientos de una forma en que los hombres no suelen hacerlo, más intensamente y… ¿Por qué sonríes?”.
“Solo pensaba en la razón por la que los hombres deberían dejar de escribir del todo”.
“Alexievich no dice eso. Pero sostiene que si quieres llegar a las profundidades de las emociones y la experiencia humanas es necesario dejar hablar a las mujeres”.
“Pero silenciar a la propia escritora”.
“Así es. El objetivo es permitir a aquellos que viven realmente el sufrimiento dar también el testimonio y que el rol del escritor se limite a otorgarles poder”.

3 POEMAS DE LA BELLEZA (Amanda Durán)


 

 

 

 

La última palabra de mi madre fue un aullido.

Sostuve su cabeza con mis manos

y rompí el cascarón de su frente, para que pudiera irse.

Ella se quedó ahí observando

cómo el reloj seguía el mismo baile

de esa mañana cuando el mismo cuadro,

colgado en la pared, se movía con el viento.

Abrí con mis dientes la herida

para que saliera volando.

 

 

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En esas despedidas los muertos nada dicen

presumen actitud de belleza, les preocupa

el verse así, ridículamente hermosos.

Se les apaga el alma —dicen—, y luego

despiertan violentamente, solo para mirarse

desde afuera, el resplandor

ese que ya he visto en ella.

Se revela oscuro: un matiz de polvo

sobre una piedra brillante.

 

 

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Yo elijo amor, pero es Furia

la rabia de un universo que no duerme

y se abriga, muerto de frío

bajo mis uñas

al advertir el hueco de su carne.

 

Yo quisiera que la palabra fuera también ruido

una mano que arruga montones de papel

que revienta burbujas plásticas

que se encierra alfileres en el vientre.

Yo quisiera Furia —aunque elegiría amor

y no esta falta

esta laguna discreta y elegante.

 

 

 

Amanda Durán

La belleza


 

JULIA GUTIÉRREZ

 




Saberte vertical y poliédrica. Sentir a latigazos
como de repente te eclipsas. Mis párpados
se cierran cansados de buscar un punto de luz
en los acantilados donde el sol cae más tarde
y no hay marea que justifique el amor desmedido
que se muere ahogado en mi boca
ante lo irreparable, lo irreversible que encubre
el tránsito sigiloso y el desconcierto
de una complicidad estéril, de esta muerte lenta
de la piel y su idioma, de este mantra
vuelto pánico que nos deja la lengua bífida
y hojas de trébol cayendo de la mirada
cuando, entre tú y yo, luces y sombras juegan
por los pasillos y se pierden como niños
volviéndonos intangibles, irreales, sabiendo que
“érase una vez…” es lo que queda de nuestro tiempo.
Tu sombra cosida en mi espalda resistiendo el olvido
cuando entro en mi casa-isla que se hunde
y solo el sonido de sueños rotos, sola la afonía,
sola la pena.
Sola.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...