Hoy escuché por primera vez lo de la utopía psicodélica, que me supongo que será que tú te pones en plan utópico después de tomarte un tripi o varios. Lo psicodélico es una deformación de la realidad, es otra realidad paralela y por tanto, forma parte de otra dimensión. A lo utópico le pasa parecido, lo utópico forma parte de otro mundo que sólo algunos llegamos a alcanzar. Vamos, que yo de psicodélico no tengo un pelo y en cambio de utópico, lo tengo todo. La verdad es que me encanta soñar despierto y el pensar que ésta sociedad tiene otra salida, porque lo que tengo muy claro, es que esto es una mierda y cuando sueño no se me ocurre soñar con el pòder votos (que no tienen el poder ni hostias benditas), con democracias bananeras o con los mezquinos políticos que tanto abundan en el día de hoy.
Si es que pasa que en todo me gusta ser utópico. Me gustan hasta las relaciones personales que se mantienen en el aire pero con ese toque de idealismo puro. La verdad es que de la realidad yo huyo y escapo y prefiero una relación a larga distancia que suene a verso, que una relación cercana y diaria y que huela a muerto. Yo juego y me gusta jugar mucho con los extremos, pues también puede haber un poquito de cada y tampoco pasaría nada, digamos que hablo del territorio intermedio, de ese territorio que se mueve entre los dos extremos o sea un poco de cercanía y otro poco de lejanía y asi de vez en cuando, nos vemos.
Porque a éstas alturas de la vida, ya no estoy para largas conviviencias, yo ahora soy de temporadas cortas y con espacios o lapsus por el medio. Me resulta extremadamente difícil el verme con alguien conviviendo y porque yo tengo mi desorden ordenado y tengo a buen resguardo mi saco de manías. Y es que una buena conviviencia tiene que estar repleta de manías y yo sinceramente, no quiero compartir las mías. Es algo intimista, es algo mío y muy mío, es algo trabajado durante mucho tiempo y si yo me acepto así, me llega y me niego a pedir el permiso de nadie.
Si es que pasa que en todo me gusta ser utópico. Me gustan hasta las relaciones personales que se mantienen en el aire pero con ese toque de idealismo puro. La verdad es que de la realidad yo huyo y escapo y prefiero una relación a larga distancia que suene a verso, que una relación cercana y diaria y que huela a muerto. Yo juego y me gusta jugar mucho con los extremos, pues también puede haber un poquito de cada y tampoco pasaría nada, digamos que hablo del territorio intermedio, de ese territorio que se mueve entre los dos extremos o sea un poco de cercanía y otro poco de lejanía y asi de vez en cuando, nos vemos.
Porque a éstas alturas de la vida, ya no estoy para largas conviviencias, yo ahora soy de temporadas cortas y con espacios o lapsus por el medio. Me resulta extremadamente difícil el verme con alguien conviviendo y porque yo tengo mi desorden ordenado y tengo a buen resguardo mi saco de manías. Y es que una buena conviviencia tiene que estar repleta de manías y yo sinceramente, no quiero compartir las mías. Es algo intimista, es algo mío y muy mío, es algo trabajado durante mucho tiempo y si yo me acepto así, me llega y me niego a pedir el permiso de nadie.