Bueno, después de éste inciso un tanto macabro, pero real como la vida misma, me veo obligado a compensar un poco tanto rosario de penas negras. Pero el mensaje yo creo que lo he dejado más que claro y el mensaje es que: que no hay vida sin la otra vida, que ahora me puedo sentir feliz, pero a base de trabajarme a destajo. Pues ya vuelto del lado oscuro, me pongo mi traje de hombre feliz, feliz de feliz y no de feliz apamplado y atontado y sinceramente creo que ese traje me sienta muy bien y no veo holguras, ni sisas descolgadas y es que en el fondo, me veo como un pincel.
Lo único bueno de mí, es que soy capaz de reconocer que soy un hombre feliz, pero al mismo tiempo, de reconocer que en otros tiempos fuí una alimaña salida de las entrañas más tenebrosas. Y eso en el fondo, me da la hostia de libertad. No sé quién decía esto, pero creo que me lo estoy inventando: que un hombre que aprecie su alma, dirá la verdad y creo que es cierto, pues desde que amo a mi alma, no tengo problemas para decir lo que siento y pienso. La fórmula es muy sencilla, te desnudas y así te despojas de todas tus caras y además, en pelota picada uno se sincera y de paso, puede hacer otras cosas que ahora mismo no voy a mencionar.
Y lo de declararme como un hombre feliz, tiene sus evidentes peligros. La envidia corrosiva y la compasiva y en la que te consideran que en el fondo eres un pobre infeliz y además, ¿que sabrá éste tío de felicidad?. Pues la verdad, es que no sé mucho, pero si sé lo que es estar jodido y deprimido, el considerarte un gusano o larva, el despreciarte como ser vivo, el insultarte, el estar loco y tener que estás encerrado en un Loquero y por dos veces y por estar fuera de sí y más cosas que os podía contar, pero vayamos por partes, hoy os cuenta éstas y mañana o pasado os contaré otras y a lo que yo iba, que habiendo naufragado en los lodos de los pantanos, yo levanté mi cabeza y me puse a caminar y por tanto sé y lo sé muy bien, lo que se siente cuando eres feliz, y por una simple razón, porque ahora no siento nada y cuando digo nada es nada, de todo lo anteriormente contado y eso, repito, para mí es ser feliz.
Lo único bueno de mí, es que soy capaz de reconocer que soy un hombre feliz, pero al mismo tiempo, de reconocer que en otros tiempos fuí una alimaña salida de las entrañas más tenebrosas. Y eso en el fondo, me da la hostia de libertad. No sé quién decía esto, pero creo que me lo estoy inventando: que un hombre que aprecie su alma, dirá la verdad y creo que es cierto, pues desde que amo a mi alma, no tengo problemas para decir lo que siento y pienso. La fórmula es muy sencilla, te desnudas y así te despojas de todas tus caras y además, en pelota picada uno se sincera y de paso, puede hacer otras cosas que ahora mismo no voy a mencionar.
Y lo de declararme como un hombre feliz, tiene sus evidentes peligros. La envidia corrosiva y la compasiva y en la que te consideran que en el fondo eres un pobre infeliz y además, ¿que sabrá éste tío de felicidad?. Pues la verdad, es que no sé mucho, pero si sé lo que es estar jodido y deprimido, el considerarte un gusano o larva, el despreciarte como ser vivo, el insultarte, el estar loco y tener que estás encerrado en un Loquero y por dos veces y por estar fuera de sí y más cosas que os podía contar, pero vayamos por partes, hoy os cuenta éstas y mañana o pasado os contaré otras y a lo que yo iba, que habiendo naufragado en los lodos de los pantanos, yo levanté mi cabeza y me puse a caminar y por tanto sé y lo sé muy bien, lo que se siente cuando eres feliz, y por una simple razón, porque ahora no siento nada y cuando digo nada es nada, de todo lo anteriormente contado y eso, repito, para mí es ser feliz.