Ray Bradbury


 "Mi tío dice que los arquitectos se deshicieron de los porches delanteros porque no se veían bien. Pero mi tío dice que eso era simplemente racionalizarlo; la verdadera razón, escondida debajo, podría ser que no querían a la gente sentada así, sin hacer nada, meciéndose, hablando; ese era el tipo equivocado de vida social. La gente hablaba demasiado. Y tuvieron tiempo para pensar. Así que huyeron con los porches. Y los jardines, también. Ya no hay muchos jardines para sentarse. Y mira los muebles. No más mecedoras. Son demasiado cómodos. Pon a la gente en pie y corriendo por ahí".


Nuevamente obra magistral de Banksy: GAZA


 

ARUBA


A mí a veces me cuesta ver las cosas evidentes y una de ellas es que en donde yo vivo, pues pasa y esa es la realidad, que casi no viene en el mapa. Es tan minúscula esta Isla que cuando digo que yo vivo en Menorca, es como decir que yo vivo en un cualquier 5º piso de Manhattan. Pero hoy en día y gracias a San Google se puede fácilmente localizar. Pues así hice hoy, ví que entre la gente que me había visitado en mi Blog que había alguien que era de Aruba. Sí, de Aruba, tal y como suena. Pues resulta que es otra pequeña Isla situada en las Antillas menores, que fue colonia española y posteriormente holandesa y que por su tamaño y número de habitantes, tiene un tamaño parecido a la Isla de Menorca.
Pues ya alguien más me puede comprender un poquito mejor, aunque por lo que leí de su clima, casi carece de crudo invierno, que es el tema fuerte y duro de Menorca (aunque para mí y personalmente, el verano es insufrible). Vivir a la largo del año en un clima tirando a primavera verano y sin la densa humedad que hay por esots lares, dulcifica mucho tu existencia. El tema de las Islas pequeñas tiene su aquél, pues no sé el porqué, pero debe ser para sentirse mejor entre ellos mismos van y organizan de vez en cuando, como unos Juegos olímpicos paralelos, a los que acuden sólo pequeños territorios e islas.
Algo debe unir a esos pueblos, sí, el que son pequeños y que son Isla. Y eso significa aislamiento del Estado del que dependen y además de la que tienen físicamente debido al mar. De todas formas si hay algo en común en territorios insulares pequeños, que el aislamiento es bestial (unos más que otros) y por tanto tienen un instinto de supervivencia mayor y más terco, al igual que tienen aumentada la desconfianza hacia los foráneos o forasteros. Se cierran más, se defienden de los agentes externos, se autogestionan mejor, se autoabastacen y las relaciones entre ellos a veces rozan la consanguinidad (más antes que ahora).
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"Luvina", Juan Rulfo

 "...Hubo un momento en esa madrugada en que todo se quedó tranquilo, como si el cielo se hubiera juntado con la tierra, aplastando los ruidos con su peso…

-¿Qué es? -me dijo.
-¿Qué es qué? -le pregunté.
-Eso, el ruido ese.
-Es el silencio".


















LA HIPOTECA

 Se me vuelve a acabar el tiempo y es que tengo que seguir con la trabajera de mi casa. Y en momentos como éste (tan delicados) es cuando me pregunto ¿porqué me complico tanto la VIDA?. ¿No podía conformarme con la casa que tenía y tal como la tenía antes?. Pues al parecer no y porque una de las cosas o razones que he aprendido en ésta vida, es que si a la casa no le untas manteca y de la fina, al final, la casa acabará arruinada y yo dentro de ella. Pero también he aprendido otra cosa, que en lo que me resta de mi vida y lo juro por mis muertos, que no vuelvo a tener una casa o una vivienda en propiedad.

Ésta va a ser mi última propiedad de mi pequeña y minúscula historia y bueno y la caja de pino que guardará mi cuerpo muerto y descompuesto. Además de que eso de que es tu propiedad queda muy en entredicho, es más propiedad del banco de turno que me dió o que tuvo el honor de concederme el préstamo hipotecario, que mía (mía es la hipoteca y la casa es del banco y punto y pelota). Y cuando pienso en eso me entre el vértigo y porque para pagar sus cuotas mensuales tendré que seguir currando hasta los 100 años o casi. No tanto, pero hasta los 70 años, casi sí. Y sigo pensando que el banco se ha jugado mucho conmigo, pues en mis buenos tiempos de chorizo de poca monta, hubiera pagado como mucho dos cuotas y punto.

Pero coño, me ha pillado siendo padre de familia y como un señor que por su edad y por su abolengo tiene que ser un señor responsable, pues por eso el banco me tiene cogido por mis mismísimos cojones de mono. Y una pregunta antes de seguir con ésta perolata, ¿Y yo que sé como estaré a los 70 años? y es que a lo mejor tengo que ir con los dodotis puestos a currar y sin piños o con piños sintéticos y por la osteoporosis generalizada, tendré que ir en silla de ruedas o con muletas. Es duro mi porvenir, pero juro que fue más duro cuando tenía 30 años más o menos y nunca lo hubiera pensado de aquellas... pero yo sigo estando aquí  y sigo largando estupideces en plan metralleta. Ahora bien, lo de la hipoteca no tiene ninguna coña.




LOS VIEJOS PELLEJOS

 

Pues ahí va otra mañana de curre a destajo y haciendo labores que no son propias para un señor que empieza a envejecer (y ese, soy yo). Yo me acuerdo que cuando era joven y veía a un tío de mi edad y pensaba para mis adentros: éste tío ya es todo un señor mayor, por no decir que ya era un viejo pellejo que ya empezaba a criar malvas. Pero todo es cuestión de eso, todo es cuestión de asumir la edad que uno tiene y si mi rostro está arañado por surcos viejos, profundos y aguerridos, es cuestión de reconocer el mapamundi que uno refleja en su cara. Además, que las articulaciones chirrían más de lo debido.

Hay que reconocerse cada uno con su propia edad y no valen falsos consuelos: que si aparento ser más joven, que si los de mi edad ya parecen abuelos, que si aún practico deporte y no estoy muerto como el que se acaba de morir. Pero lo objetivo y lo que en realidad vale, es que ya soy un viejo pellejo y no me deprimo por ello, es más lo reivindico como una de las mejores etapas de mi puñetera vida. Quizá sea la experiencia (que a buen decir, es la madre de la ciencia), quizá ella me ha concedido un reposo y me ha prestado una estabilidad emocional añadida.

Porque yo no quiero reposos de sopa boba. Yo no quiero de esos reposos del que uno no se entera de nada y necesita reposar porque el pobre está muy viejo. Yo quiero enterarme de todo y pelearme con lo que nunca me he peleado. Porque ahora me siento y estoy viejo, pero no un viejo oxidado y amedrentado y me siento viejo agigantado y soy tan grande de ideas y de pensamientos, que mi viejo cuerpo me queda pequeño. Si soy un viejo pellejo, pero soy un digno guerrero lleno de ideas y seguiré luchando hasta el último respiro que me quede dentro de mis pulmones. Y además que ¡vivan los viejos pellejos!.

 



PERDÓN O LO SIENTO

 A veces me cubro de mierda y hasta la bandera y en otras en cambio, me cubro de gloria. Yo no conozco el punto medio y un poco de mierda y un poco de gloria y así y de esa manera tan bucólica me voy cubriendo. Y así me fue por la vida, tuve grandes amigos y más grandes amores, pero también fueron grandes mis enemigos y más grandes mis desamores. Y yo al éstas alturas  de la vida, no busco el arrepentimiento y el sentirme culpable, sólo busco y rebusco en mi memoria para ver el como fue mi funcionamiento.

Ya es tarde para decir lo siento, ya es tarde para pedir perdón, el perdón o el lo siento, solo vale en aquél momento en concreto, después es como un parche o como un añadido postizo y que además no sirve para nada (de todas formas, yo lo he pedido y de nuevo pude comprobar que de poco sirve). Ahora más bien, es época de recolección, de cosechar lo plantado y ya sea bueno y ya sea malo... tendrá que ser igualmente recolectado. Es hora de asumir las consecuencias de tus hechos anteriores y de dar la cara y de decir aquí estoy yo.

Y no vale eso de que ahora soy bueno y ya no hago las cosas que hacía antes. No señor, hay que reivindicarse como fuiste y como eres, pues la base o la esencia es la misma antes y ahora. Podemos cambiar las formas, las costumbres, los ademanes y los gestos, pero no podemos cambiar nuestro carácter, ni nuestra forma de ser. Si uno nació gilipollas, por mucho que lo disimule a lo largo de su vida, seguirá siendo gilipollas y eso no tiene cura, ni tiene remedio. Nació, vivió y murió siendo un gilipollas, pondrá en su lápida funeraria y sino lo pone, estoy seguro que igualmente todo dios piensa que allí está escrito.




GANDHI Y EL CORRER


Yo me pregunto a veces... ¿a qué vienen tantas prisas?. Y lo digo por mí y lo digo, porque no encuentro asiento, ni encuentro sosiego. Voy por la vida como un caballo desbocado, voy con ese ansia que solo tienen los campeones que nunca han ganado nada, ansia por ganar algo, ansia de triunfar en lo que sea, ansia de ser mucho más de lo que soy ahora y ansia sin un objetivo en concreto por el que luchar. Parezco de esos corredores que se lo corren todo y sin motivo aparente o sea por el hecho de correr y punto y además, que es su única idea. Bueno, algunos dicen eso, otros lo dicen más claramente y dicen que es por ganar a los demás y así poder reírse en la puta cara de los demás competidores.
Después decían y dicen que el Gandhi perdió influencia y ¡un huevo para ellos!. Resulta que el Gandhi también corría solo por las lindas y salvajes estepas de la India e iba apartando a las vacas sagradas para correr mejor y resulta que de tanto correr, acabó haciéndose filósofo y porque el veía al mundo de otra forma, pues corriendo se ve de distinta manera o sea se ve corriendo y un poquito más rápido que andando y un poco más despacio que hiendo en bicicleta o en tren. Pues ya sabéis una cosa más en la vida, que de correr salió la verdadera filosofía de Gandhi.
Gracias a correr el tío se dió cuenta que podía reinar la paz en la tierra, que podíamos ser pacíficos todo el día y parte de la noche, que el yin yang de la vida está dentro de nosotros, que la estupidez es también parte de nuestra filosofía, que ser un running es como ser un profeta en la tierra de los que se pasan la vida corriendo, que para amar bien y de verdad, hacen falta las zapatillas de correr y esos pantalones cortos bien ceñidos que van marcando paquete o que dejan leer los labios, que el cerebro y la inteligencia crecen mucho más mientras corres, que el sudor de un running es diferente y más puroque el sudor de otros deportistas. Bueno en fin, que sólo falta que suene el cuerno del anuncio ese, en donde a su llamada salen corredores desde todos los sitios y rincones, para que así se junten todos los running del mundo y porque todos juntos se sienten felices. Y entonces sí...¡¡¡sí que la jodimos!!!.
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Hoy no trabajo


 Hoy no trabajo. Hoy estoy libre de pecado y de trabajo. Mejor dicho, estoy de baja por enfermedad, aunque muy enfermo no lo estoy, pero claro tengo un cosido de más o menos 15 puntos en la muñeca izquierda y yo soy de izquierdas, además de ser zurdo redomado o mejor dicho, zurdo acérrimo pero corregido a base de hostias y de que me ataran la mano izquierda al respaldo de la silla donde me sentaba. Y lo más jodido de todo, es aque lo consiguieron parcialmente y ahora escribo con la mano derecha, pero en el deporte soy zurdo redomado, aunque sigo sin saber con que mano tengo que coger el tenedor y el cuchillo. Y si hilamos más fino, ¿qué os puedo decir?...que soy patoso con las dos manos y porque no pude educar una de mis manos, para ponerla al servicio de mi sensibilidad y motricidad más fina y delicada. Siempre supe y asumí, que fuí un patoso en los temas delicados que requerían la atención fina de mis manos. Porque delicado en el otro aspecto, si lo soy, lo soy pocas veces, pero esas veces, me vacío dando toda mi delicadeza pero a cambio de que también me traten muy delicadamente (pido...intercambios).

Vamos, que el principio no parezco un ser delicado y porque también me gusta y mucho, lo bruto. Me gusta el hablar mal y fatal y decir muchos tacos y gastar coñas guarras y negras. Podía ser perfectamente un marinero que llega a puerto después de 6 meses y por tanto, no está para delicadezas y demasiadas florituras. Bruto y sincero y a veces, demasiado sincero y por eso y a lo largo de mi azorosa vida,  fuí creando y cultivando muchos enemigos. Aunque también he conseguido grandes amigos y que si no fuera por mi dejadez vital y por otras cosas que ahora no vienen a cuento de mencionar, los seguiría teniendo a estas alturas. Yo me cargué algunos, otros se encargaron de convertirse en mis enemigos y unos pocos, siguen ahí en pie y siempre estarán dispuestos a darlo todo por mí y yo por ellos.

De todas formas, ahora tiendo más a buscar la soledad y me dedico a disfrutar de ella, cosa que no pude hacer hasta ahora. Siempre estuve liado con parejas o con amigos o amigas y mi obsesión era no quedarme nunca solo. Pues ahora, pasé a lo contrario, busco la soledad con todas mis ganas. Y ¿miedo a quedarme solo?...ahora no tengo ese miedo, salvo claro está, cuando necesite ayuda por un impedimento físico que cada día que pasa en más problable de que pase.



















Ernesto Sabato


"A la vida le basta el espacio de una grieta para renacer".

Donde habite el olvido (Luis Cernuda)

En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.






















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MI CARA


Tu cara podía ser la mía,
pero no señor, no es la mía.
tu cara es diferente,
la tuya tiene brillo,
y la mía es cérea como una vela,
la mía a veces, es triste
y en otras, galopa sobre las risas
y es dura como la vida en sí misma,
y es opaca cuando se nubla la vista,
y es risueña cuando alguien le sonríe.
Mi cara es tierna en los atardeceres,
y es grotesca en los amaneceres,
es liviana cuando el viento la acompaña,
es húmeda cuando algo le suda,
y es sincera cuando la verdad lo requiere.
Es mi cara,
es mi cara que no la tuya,
mi cara verdadera, sin máscaras,
ni ornamentos, ni pinturas de guerra,
mi cara llena de surcos y arañazos,
mi cara envejecida y de pergamino,
descamada y agrietada.
Pero mi cara es mía,
y yo la reivindico,
con todas las consecuencias,
la reivindico,
con sus heridas de balas,
con sus bolsas ojerosas,
con sus cicatrices de mil batallas.
para eso es mi cara,
y es lo que me identifica
mi cara tatuada,
con las marcas que la vida me ha dejado.























JULIO CORTÁZAR