"Mi tío dice que los arquitectos se deshicieron de los porches delanteros porque no se veían bien. Pero mi tío dice que eso era simplemente racionalizarlo; la verdadera razón, escondida debajo, podría ser que no querían a la gente sentada así, sin hacer nada, meciéndose, hablando; ese era el tipo equivocado de vida social. La gente hablaba demasiado. Y tuvieron tiempo para pensar. Así que huyeron con los porches. Y los jardines, también. Ya no hay muchos jardines para sentarse. Y mira los muebles. No más mecedoras. Son demasiado cómodos. Pon a la gente en pie y corriendo por ahí".
Ray Bradbury
"Mi tío dice que los arquitectos se deshicieron de los porches delanteros porque no se veían bien. Pero mi tío dice que eso era simplemente racionalizarlo; la verdadera razón, escondida debajo, podría ser que no querían a la gente sentada así, sin hacer nada, meciéndose, hablando; ese era el tipo equivocado de vida social. La gente hablaba demasiado. Y tuvieron tiempo para pensar. Así que huyeron con los porches. Y los jardines, también. Ya no hay muchos jardines para sentarse. Y mira los muebles. No más mecedoras. Son demasiado cómodos. Pon a la gente en pie y corriendo por ahí".
ARUBA
"Luvina", Juan Rulfo
"...Hubo un momento en esa madrugada en que todo se quedó tranquilo, como si el cielo se hubiera juntado con la tierra, aplastando los ruidos con su peso…
LA HIPOTECA
LOS VIEJOS PELLEJOS
Pues ahí va otra mañana de curre a destajo y haciendo labores que no son propias para un señor que empieza a envejecer (y ese, soy yo). Yo me acuerdo que cuando era joven y veía a un tío de mi edad y pensaba para mis adentros: éste tío ya es todo un señor mayor, por no decir que ya era un viejo pellejo que ya empezaba a criar malvas. Pero todo es cuestión de eso, todo es cuestión de asumir la edad que uno tiene y si mi rostro está arañado por surcos viejos, profundos y aguerridos, es cuestión de reconocer el mapamundi que uno refleja en su cara. Además, que las articulaciones chirrían más de lo debido.
Hay que reconocerse cada uno con su propia edad y no valen falsos consuelos: que si aparento ser más joven, que si los de mi edad ya parecen abuelos, que si aún practico deporte y no estoy muerto como el que se acaba de morir. Pero lo objetivo y lo que en realidad vale, es que ya soy un viejo pellejo y no me deprimo por ello, es más lo reivindico como una de las mejores etapas de mi puñetera vida. Quizá sea la experiencia (que a buen decir, es la madre de la ciencia), quizá ella me ha concedido un reposo y me ha prestado una estabilidad emocional añadida.
Porque yo no quiero reposos de sopa boba. Yo no quiero de esos reposos del que uno no se entera de nada y necesita reposar porque el pobre está muy viejo. Yo quiero enterarme de todo y pelearme con lo que nunca me he peleado. Porque ahora me siento y estoy viejo, pero no un viejo oxidado y amedrentado y me siento viejo agigantado y soy tan grande de ideas y de pensamientos, que mi viejo cuerpo me queda pequeño. Si soy un viejo pellejo, pero soy un digno guerrero lleno de ideas y seguiré luchando hasta el último respiro que me quede dentro de mis pulmones. Y además que ¡vivan los viejos pellejos!.
PERDÓN O LO SIENTO
Ya es tarde para decir lo siento, ya es tarde para pedir perdón, el perdón o el lo siento, solo vale en aquél momento en concreto, después es como un parche o como un añadido postizo y que además no sirve para nada (de todas formas, yo lo he pedido y de nuevo pude comprobar que de poco sirve). Ahora más bien, es época de recolección, de cosechar lo plantado y ya sea bueno y ya sea malo... tendrá que ser igualmente recolectado. Es hora de asumir las consecuencias de tus hechos anteriores y de dar la cara y de decir aquí estoy yo.
Y no vale eso de que ahora soy bueno y ya no hago las cosas que hacía antes. No señor, hay que reivindicarse como fuiste y como eres, pues la base o la esencia es la misma antes y ahora. Podemos cambiar las formas, las costumbres, los ademanes y los gestos, pero no podemos cambiar nuestro carácter, ni nuestra forma de ser. Si uno nació gilipollas, por mucho que lo disimule a lo largo de su vida, seguirá siendo gilipollas y eso no tiene cura, ni tiene remedio. Nació, vivió y murió siendo un gilipollas, pondrá en su lápida funeraria y sino lo pone, estoy seguro que igualmente todo dios piensa que allí está escrito.
GANDHI Y EL CORRER
Hoy no trabajo
Hoy no trabajo. Hoy estoy libre de pecado y de trabajo. Mejor dicho, estoy de baja por enfermedad, aunque muy enfermo no lo estoy, pero claro tengo un cosido de más o menos 15 puntos en la muñeca izquierda y yo soy de izquierdas, además de ser zurdo redomado o mejor dicho, zurdo acérrimo pero corregido a base de hostias y de que me ataran la mano izquierda al respaldo de la silla donde me sentaba. Y lo más jodido de todo, es aque lo consiguieron parcialmente y ahora escribo con la mano derecha, pero en el deporte soy zurdo redomado, aunque sigo sin saber con que mano tengo que coger el tenedor y el cuchillo. Y si hilamos más fino, ¿qué os puedo decir?...que soy patoso con las dos manos y porque no pude educar una de mis manos, para ponerla al servicio de mi sensibilidad y motricidad más fina y delicada. Siempre supe y asumí, que fuí un patoso en los temas delicados que requerían la atención fina de mis manos. Porque delicado en el otro aspecto, si lo soy, lo soy pocas veces, pero esas veces, me vacío dando toda mi delicadeza pero a cambio de que también me traten muy delicadamente (pido...intercambios).
Vamos, que el principio no parezco un ser delicado y porque también me gusta y mucho, lo bruto. Me gusta el hablar mal y fatal y decir muchos tacos y gastar coñas guarras y negras. Podía ser perfectamente un marinero que llega a puerto después de 6 meses y por tanto, no está para delicadezas y demasiadas florituras. Bruto y sincero y a veces, demasiado sincero y por eso y a lo largo de mi azorosa vida, fuí creando y cultivando muchos enemigos. Aunque también he conseguido grandes amigos y que si no fuera por mi dejadez vital y por otras cosas que ahora no vienen a cuento de mencionar, los seguiría teniendo a estas alturas. Yo me cargué algunos, otros se encargaron de convertirse en mis enemigos y unos pocos, siguen ahí en pie y siempre estarán dispuestos a darlo todo por mí y yo por ellos.
De todas formas, ahora tiendo más a buscar la soledad y me dedico a disfrutar de ella, cosa que no pude hacer hasta ahora. Siempre estuve liado con parejas o con amigos o amigas y mi obsesión era no quedarme nunca solo. Pues ahora, pasé a lo contrario, busco la soledad con todas mis ganas. Y ¿miedo a quedarme solo?...ahora no tengo ese miedo, salvo claro está, cuando necesite ayuda por un impedimento físico que cada día que pasa en más problable de que pase.











