
La verdad es que no puedo quejarme,
se vive muy bien a la sombra de lo que sea que me acoge y cobija,
quizás sea la suerte que en éste momento está conmigo,
quizá sea porque me lo he trabajado
y por eso de meter algo de fervor patriótico, lo voy a decir:
puede que con mucha fiebre, mucho sudor y un exceso de lágrimas
y enrollado en la bandera de mi dinástica casa:
tendrá que llevar mucho de azul,
sobre todo de azul oscuro,
con unos pequeños toques de color verde
y otra parte de negro
y porque de vez en cuando me gusta vestirme de negro,
y por tanto mi bandera llevará:
una banda de azul oscuro,
otra de verde oliva y que verdes eran mis valles
y por último una tira de negro,
de negro impoluto y que sea de luto...
y no...no puedo quejarme,
porque en realidad estoy y me siento bien,
porque también sé que se puede estar mejor
(siempre se puede estar mejor)
pero que no estoy obsesionado con el tema,
que si se me cruza un gato negro...cruzaré los dedos,
que si algo me sale mal o peor que nunca...
pues mira que a lo largo de mi vida
no me han salido un montón de cosas mal
y en cambio, aquí sigo ¡vivito y coleando!
y sobre todo y tengo que decirlo claramente,
me siento fuerte y atrevido
y voy a por todas
y además, no dejo nada en el tintero,
voy a por todas...¡todas!
¿engreído?...puede que un poco,
¿orgulloso?...puede que mucho
yo me siento un orgulloso caballero con capa y sombrero
y el calificativo de si soy un engreído,
lo dejo para que lo juzguen otros,
Yo vivo en mi propia niebla de ideas
y no puedo perder el tiempo juzgándome a mi mismo.