LOS DOS ANGELITOS

Al final triunfó mi lado más golfo, el que me decía: tío date una vuelta por la fiesta de tu pueblo, pues sino te la das en la fiesta de tu pueblo ¿cuando te vas a dar una vuelta por una fiesta?, pues me contesté: ¡nunca! y por eso puse mis pies en polvorosa y aparecí en la puta calle... me comí un sabroso bocadillo de sepia que me supo a gloria bendita y me bebí un aquarius de lujo y simplemente me puse a observar. La música estaba alta a rabiar, pero señores y señoras... tuve puta envidia cochina, la gente bailaba sin cesar y cualquier tipo de música les valía y aunque había algunos ya pasados... la mayoría manifestaba una inmensa alegría y sus cuerpo bailaban y como si tuvieran un resorte metido por el culo. Y volví a sentir envidia, yo todo metido en mi mundo y en mis películas y mientras los demás y por dos días, pasando de éste mundo.

Bueno, mañana tengo libre y quizá pueda vengarme, porque la fiesta seguirá ahí y las personas también y la música a todo volumen no dejará de sonar. Mañana es el día D, el día principal y por una vez tengo que decir, que yo quiero estar. Bueno eso lo digo hoy y porqué no sé cuanto durarán las pilas de la envidia...las pilas de la puta envidia cochina y me están entrando ganas de volver a salir a la puta calle y esconderme entre la gente y camuflarme de gente y bailar más que todos los demás, porque para bailar yo, hace falta mucha marcha asesina y hoy creo que la hay. Claro que si me llaman de noche... y ya estamos..y ya está hablando el sentido del deber y bla, bla, blá...

Hoy estoy jodido porque me pueden llamar de noche y mañana también estoy jodido porque estoy de guardia al día siguiente y estoy emparerado entre lo que debo hacer y lo que no debo hacer. Ya sabéis de que va el tema, del angelito bueno y del angelito malo y perverso y en general suele triunfar el angelito malo, por lo menos en mi caso, pero ésta vez tiene que triunfar el bueno y porque no me queda otro remedio y porque hay otras personas que no pueden bailar, que de alguna forma dependen de mi. Y a esto, sí que se llama creer en el deber. y ¿seré gilipollas?...porque lo parezco.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...