
Son las 11 de la mañana y al parecer aún tengo todo el día por delante. No sé si caeré y durante un rato en las manos de Morfeo, pero bueno momento voy subsistiendo. 20 de Mayo y quién me iba a decir a mi, que han pasado justamente dos años desde que me soltaron del Loquero y que yo estaría aquí recordándolo. Después de un mes encerrado y llorando por las esquinas, bueno llorando no, pero sí comiéndome el coco y nunca mejor dicho y como un loco. Un eterno mes encerrado por voluntad propia, pues antes de éste último ingreso (Tuve otro hace ya 9 años), estaba fatal y a punto de querer hacer alguna estúpidez. Pero el angelito bueno me recordó que ya había estado en un Loquero y que me había sentado del carajo.
Pero bueno, no fue tan del carajo como ésta vez, porque de aquellas, a los pocos meses ya estaba privando de nuevo y engañando a todo quisque y yo era el primero en ser engañado. Y aguanté 5 años más y hasta que me dí cuenta que ya estaba de nuevo enganchado y deprimido. O sea que me encerré con unos cuantos locos más y por supuesto en esa fauna había de todo. Los deprimidos profundos, los drogadictos en sus diversas vertientes, alcohol, morfina, benzos y farlopa. Los Esquizos siempre frenéticos y revolucionándolo todo en fin, de todo y de todo un poquito y bien variadito. Al entrar, registro completo incluído y 2 semanas sin salir para nada. Después el resto del mes, te dejaban salir los fines de semana y para eso siempre acompañado.
Y todo el santo día currando. Mañanas de charlas intensivas y de grupos de trabajo, consultas de psiquiatra y de psicólogo y tareas, muchas tareas para el día siguiente. Vamos una terapia intensiva y concentrada. Y en nuestro poco tiempo libre, partidas al ping pog , ir al gimnasio y terapias de grupo, que no servían para nada y por tan diversas patologías mentales y hasta terapias de relajación y que solo relajaban a quién las daba, pues los demás ya estábamos relajados por todo el pastillamen que nos hacían tomar. Vamos si de allí no salías cuerdo, pues salías tonto del culo, porque lo que se dice normal, era imposible. Y lo que pasa en todos los sitios cerrados a cal y canto, que te haces amigos que están más locos que tú.

Y el tiempo allí pasa, solo que muy lentamente al principio, después con las salidas al exterior los fines de semana y la progresiva bajada de dosis de atontamiento, ya es otra cosa y porque al final es curioso que acabas teniendo miedo de salir al mundo y que se rompa ese entorno entre mágico y loco. Porque une y une mucho el sentirte uno más de la tribu y tener parecidas inseguridades y similares temores y miedos, sobre todo miedos a la vuelta a la "normalidad social".
Desde allí dentro se va la normalidad como algo negativo, pues allí te acostumbras a desnudarte por dentro y a decir con absoluta sinceridad lo que piensas y eso, en ésta sociedad en que vivimos, no lo hace nadie o casi nadie. Pero bueno, van dos años y que debía celebrar, pues creo son dos años maravillosos y a éstas alturas de la película, he vuelto a descubrir de que va la vida. Y espero seguir disfrutando de la vida muchos años más. Por cierto los amigos del Loquero, fueron amigos de Loquero y punto, pues los intentos de volver a conectar en el mundo llamado normal, parece que son más que imposibles. Y la verdad es que es un pena más, pero por la cual no me voy a poner a llorar.