Mi querido desastre
siempre te he tenido presente
sé que estás ahí,
que estás escondido en la memoria,
como sé que desapareciste durante un tiempo,
pero yo te conozco mi querido desastre,
siempre vuelves a mí
y a veces lo haces por la puerta grande
y lo que empezaba a ser un desorden medio controlado
se convierte en el puto caos.
Mi querido desastre
a veces hueles a naftalina,
te escondes en los viejos cajones de mi casa,
allí entre sábanas añejas y olvidadas
metido en aquél cajón que casi nunca se abrió
y porque se quedó en el desván del olvido.
O mismo, mi querido desastre
apareces un día por sorpresa
en cualquier esquina de mi mesilla de noche
o metido en cualquier pesadilla donde reina el caos...