EL COMPORTAMIENTO HUMANO

 Por hoy y dadas mis circunstancias personales, ya podía echar el telón y quedarme tan tranquilo. Con una despedida buena y amable sería suficiente, con un adiós y hasta la siguiente o con un hasta luego, con el que me voy...pero ya volveré por mis fueros o con un simple hasta mañana y que descanséis como es debido, ya me quedaría contento. Yo que sé, hay mil formas de despedirse de una forma agradable y sana. Pero la verdad es que me cuesta echar el telón, tengo esa necesidad incontenida e incontinenete de echar todo el palique que pueda y hasta que quede limpio de palabras y vacío de pensamientos, no pienso abdicar (tal y como hace la realeza).

Es como esa misión imposible que te pones como meta y cuantas más ganas tienes de llegar a ella, más fácil la ves de realizar y por tanto conviertes una misión que en principio era imposible, en una misión que tiene pinceladas de ser real y entonces, gana puntos la posibilidad de ser posible. Un sueño utópico y que sabes que es utópico, pero como las situaciones cambian y tú con ellas, hay momentos que están al alcance de tu mano y y que por supuesto, nunca debes desaprovechar.

Yo digo esto y en cambio, yo he desaprovechado a lo largo de mi vida algunos momentos especiales y digamos que fue por varios factores, que a veces se entremezclaron. Por cobardía, por miedo, por no estar seguro, por dudar de mi mismo y también de la otra persona, por no tener claro el fin al que quería llegar. Pero también es verdad que otras veces, me lancé a la piscina sin pensar en nada más, simplemente sintiendo ese momento, simplemente dejándome llevar de la mano del querer o del placer o del estar a gusto en ese momento. Vamos que unas veces el panorama estaba claro y no tuve el valor de tirarme y en otras, cuando el agua era turbia y peligrosa, me tiré de cabeza y sin pensarlo. Nunca se sabe a ciencia cierta como va a ser el comportamiento humano aunque a veces se puede intuir, pero nunca puedes apostar sobre seguro sobre esa intuición.



GUERRAS Y DEPURACIONES

 Dicen que hay dos grandes métodos para depurar personas. Uno, es causar grandes hambrunas y así liquidarse casi al mismo tiempo, millones de personas. Y otro, es montar guerras tipo mundiales y éste método resulta ser más efectivo, liquidas igualmente millones de personas y los que quedan se tiene que poner las pilas para reconstruir lo destruido (digamos que sus mentes se quedan ocupadas). Aunque éstas dos, son las más extremasy porque por el medio quedan un millón de soluciones. Por el medio quedan las pequeñas guerras fronterizas y éste roca es mía y no es tuya y estas guerras intermedias se basan sobre todo en los resentimientos con el vecino de al lado.

Los resentimientos no se olvidan, los resentimientos se guardan en lo más profundo de nuestra memoria colectiva y claro, si surge algún listillo que sepa darle forma y contenido a esos resentimientos, ya tenemos una guerra patriótica. Si uno sabe sacar las cosas de la memoria colectiva y recordar que hace mil años los que viven al otro lado de la frontera, pusieron la línea de separación entre ambos países un metro más dentro de nuestro territorio (o eso, nos contaron), ya tenemos la gran causa patriótica que justifica la guerra.¡Un metro de un puto terreno de mierda!.

Lo demás es pura literatura bélica, que los del país vecino tiene cuernos y una cola de dos metros, que se comen a los niños a lo crudo, que se afeitan la cara a pedradas, que usan los fémures de sus antepasados como bastones, pues todas estas cosas sirven como suplemento que llena más, nuestra causa u honra patriótica. Y cuidado si nos invaden esos salvajes de al lado y además debemos vengarnos de lo que le hicieron a nuestros abuelos y como si alguno se acordara de lo que le hicieron a nuestros abuelos y además vete a saber lo que hicieron realmente. Pero cuando se crea una bola de nieve, después ya no hay quién la pare, al revés, crece y crece y después nadie se acuerda del porqué ha empezado esa puta guerra. Pues yo sí me acuerdo y ese guerra empezó por un puto METRO de tierra y que en principio era tierra de nadie.





UN DÍA TE QUISE SIEMPRE

 Yo que un día te quise siempre
me encontré de repente,
que solo te quise ese día.
Pero ese día, te quise tanto,
que desde ese instante
me dí cuenta
que un día es toda la vida.




TRES...

 Y es verdad,
que solo quedamos tres,
tres viejas glorias,
tres cansados guerreros hartos de batallar,
tres luchadores de cuerpos doblegados por la edad,
tres gladiadores que se escaparon de un circo,
y tres idealistas utópicos que no se dejaron pisar.
Y es verdad... 
que solo quedamos tres,
tres seres orgullosos de ser tres,
tres cuando podíamos ser diez,
o cien o mil o cien mil
pero ¿a costa de qué?
¿de retroceder? o ¿de ceder?
pues no,
nosotros somos tres,
y con una sola idea en la mente,
envejecer y morir dignamente.





TÚ, QUÉ ROMPISTE MI ALMA A PEDAZOS

 Y es que si  exprimo mi cerebro con todas mis ganas
salen demasiados verbos y adverbios,
salen multitud de palabras incoherentes,
salen millones de pensamientos incomprendidos,
sale todo el veneno que llevo dentro,
salen mis risas, salen mis llantos,
salen mis lágrimas vestidas de santo,
y puede y solo puede,
que también salgas tú,
tú, con tus aires de princesa desangelada
tú, que fuíste como un tumor dentro de mi cabeza,
y tú, que rompiste mi alma a pedazos.





EL EQUILIBRIO

 Hoy me he tomado un cafelito y en honor a que solo dormí tres horas, aunque creo que al final me debí haber tomado, cuatro o cinco cafés y bien cargaditos. Pero prefiero ir de prudentito, porque como me pase de dosis, pues toma y daca y ya sabemos como acabará la cosa, con otra noche en vela. Y uno produce, metafóricamente hablando, mucho de noche, pero las consecuencias después para mí son terribles. Me levanto tarde y de mala hostia, más empanado que de costumbre, los recados mañaneros quedan a medias o simplemente no los hago, la comida la preparo de mala gana y entonces se me da por pensar en la comida preparada (y a eso, no estoy dispuesto) y así y poco a poco voy perdiendo mi norte.

Como un tío que no sé si era escritor o pintor, que tenía completamente asumido que lo suyo era la noche y por tanto en su vida normal se acostaba sobre las 8 o 9 de la mañana y se levantaba a las 4 de la tarde. Claro que el tío era joven y yo de joven también era noctámbulo y hacía unas cuantas barbaridades más grandes que esas, pero los años pasan y pesan y ahora si me levanto a las 4 de la tarde me entra un yuyu que me muero. Todo el día al carajo y todo el tiempo, dedicado a la noche. O sea que yo mantengo más o menos un horario diurno por conservar mi salud mental y física, exclusivamente.

Si no seguiría siendo un pájaro nocturno y porque me encanta la quietud de la noche. Pero como yo pego a varios palos y soy currante de la medicina y soy padre de familia y me gusta el mañaneo del desayuno y toda su vidilla restante, tengo que ceder de algún lado y por tanto me compenso viviendo un poquito de cada de lado. La conclusión es clara, quiero vivir igualmente sea de día o de noche, pero sin adentrarme demasiado en ninguna de las dos partes. El equilibrio, el equilibrio que nunca existe pero por el que te pasas la vida intentando alcanzarlo (como el burro con la zanahoria).




FARO DE LA "ISLA DEL AIRE" (Menorca)

 


Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...