Pues no fue Dios quién puso a Adán y Eva en el paraíso, sino que Adán y Eva se hicieron un crucero de vacaciones en el mar y el barco atracó y por casualidad, en la pequeña Isla de Menorca y ahí, fue cuando Adán y Eva descubrieron el paraíso. Y esto lo digo porque Menorca es preciosa y todas esa cosas que se dicen ante la belleza, pero en cada foto que enseña sus encantos aparece un pie de foto que más o menos dice: "esto sí que es el paraíso" y el tío o tía se queda tan contento y se va toda feliz de la vida hacia su linda casita sita en las praderas menorquinas. Ya sabéis de que va la película, de fotos en los maizales y comiendo una linda mazorca, de calas preciosas y de aguas transparentes, de dulces vacas autóctonas, de caballitos menorquines dando brinquitos y sólo falta Heide, buscando a su querida madre.
Uno puede tener en su entorno cosas muy bonitas y preciosas, pero ese baboseo empalagoso me destroza esa dulce imagen que tengo de mi Isla. Y porque una cosa está muy clara, en todos los sitios cuecen habas y por tanto, en todos los sitios hay lugares preciosos y entrañables. Y os lo podría demostrar llevándoos de excursión y por cada sitio en que he vivido. Os podría enseñar la belleza de mi ría de Vigo y hasta presentaros a sus presidentas, las Islas Cíes, tres señoras que guardan las llaves de mi ría de Vigo. Podía seguir por la "Costa da Morte" y os enseñaría sus altos y afilados acantilados y lo que es un temporal del Atlántico y con toda su salvaje fiereza. Os daría unos paseos por sus inmensas playas solitarias y como un río desemboca en el mar en cascada. Y podía seguir por A Coruña y sus hermosas vistas y paseos. O por Santiago de Compostela y así veriáis lo que es un verdadero casco viejo y hecho de puro y duro granito y sus mil Iglesias de todos los colores y formas.
Pero también os podía enseñar cosas del Sur de España, en concreto de la zona de Cádiz y así podriáis disfrutar de su luz maravillosa, de esa luz brillante y llena de resplandores, de sus playas blancas como la cal, de su larga historia que va más allá de los tiempos, de su habla, de sus dejes, de sus coñas marineras y por supuesto, de sus grandiosas marismas y pinares. Pues mejor ya corto el rollo y porque me pierdo entre tanta belleza. Y entonces ¿qué pasa?, que mi paraíso estaría hecho de pequeños retales de cada sitio y si hubiera vivido o visitado mil millones de sitios, pues mi paraíso sería una tela de mil millones de retales. Pero que quede claro una cosa, que en mi Paraíso también tendría retales de mi preciosa Menorca.
Uno puede tener en su entorno cosas muy bonitas y preciosas, pero ese baboseo empalagoso me destroza esa dulce imagen que tengo de mi Isla. Y porque una cosa está muy clara, en todos los sitios cuecen habas y por tanto, en todos los sitios hay lugares preciosos y entrañables. Y os lo podría demostrar llevándoos de excursión y por cada sitio en que he vivido. Os podría enseñar la belleza de mi ría de Vigo y hasta presentaros a sus presidentas, las Islas Cíes, tres señoras que guardan las llaves de mi ría de Vigo. Podía seguir por la "Costa da Morte" y os enseñaría sus altos y afilados acantilados y lo que es un temporal del Atlántico y con toda su salvaje fiereza. Os daría unos paseos por sus inmensas playas solitarias y como un río desemboca en el mar en cascada. Y podía seguir por A Coruña y sus hermosas vistas y paseos. O por Santiago de Compostela y así veriáis lo que es un verdadero casco viejo y hecho de puro y duro granito y sus mil Iglesias de todos los colores y formas.
Pero también os podía enseñar cosas del Sur de España, en concreto de la zona de Cádiz y así podriáis disfrutar de su luz maravillosa, de esa luz brillante y llena de resplandores, de sus playas blancas como la cal, de su larga historia que va más allá de los tiempos, de su habla, de sus dejes, de sus coñas marineras y por supuesto, de sus grandiosas marismas y pinares. Pues mejor ya corto el rollo y porque me pierdo entre tanta belleza. Y entonces ¿qué pasa?, que mi paraíso estaría hecho de pequeños retales de cada sitio y si hubiera vivido o visitado mil millones de sitios, pues mi paraíso sería una tela de mil millones de retales. Pero que quede claro una cosa, que en mi Paraíso también tendría retales de mi preciosa Menorca.