Bueno pues nada, que hoy estoy, como decirlo, raro y extraño, pues no me apetece escribir, pero me obligo a hacerlo porque muchas veces es por desidia inicial y en cuanto escribo cuatro frases me entusiasmo de tal manera que después no puedo ni soy capaz de parar. El flojerío también se combate y es más, al flojerío le pisas la cabeza y te da las gracias y son las 2 de la tarde y seguimos sin saber que hacer. Y eso que hoy me levanté fuerte y poderoso y pensando que el mundo y la vida me quedaban pequeños, es decir, hoy me he levantado sobrado y dispuesto a todo. Hay días en que uno se levanta así, lo mismo en que hay otros días en que todo es no y bueno, hoy ha tocado el sí pero al parecer hasta determinado punto. Un sí inicial y para después, engañarte con el primero que pase.Y todo esto me hace plantearme el siguiente asunto: ¿y quién o qué cosa determina el día?. ¿Los asuntos pendientes, los futuros, los actuales, los que te van surgiendo, los que soñaste y no cumpliste, los indeseados, los que no tienen nombre, los que te producen pesadillas?, pues yo creo que lo que pasa es que al día no lo determina nadie, ni siquiera tú o yo, el día se levanta por la mañana y si tienes suerte, a veces te acompaña, pero cuidado, porque hay otras veces en que parece que aún sigue contigo y resulta que al desayunar ya te ha abandonado.
Y éste pensamiento está recogido en las frases populares (porque el pueblo es sabio, aunque de cada vez lo dude más...) y de ahí viene ese puñetero refrán que más o menos dice: "tenía un día cojonudo y hasta que llegó uno y me lo jodió"...que como veis es muy profundo y tiene más filosofía y más historia de lo que aparenta y claro, se refiere a ese giro inesperado que se coge el día y que puede ser porqué alguien o porqué algo te jodió el buen signo que tenía el día. Pues eso mismo, es lo que hoy me ha pasado, que el día se me giró y ya no lo levanta ni Dios bendito.
