TODO SE PARECE (Poema)

Y es que en el fondo todo se parece,
se parecen  las palabras, los  hechos,
y hasta se repiten los mismos deseos,
y sí, todo se repite en la vida,
es como los doce mandamientos,
del 1 al 12 y en el orden que toca.

Se parecen tús labios rojos al rojo de labios,
se parece tu mirada a la rabia de tus ojos,
y tus gestos, ¡ay! tus gestos,
tus gestos denotan la maldad del averno,
y son grotescos y primarios,
son secos, toscos y se mueven por hilos,
sí, tu cuerpo es la marioneta de tu cabeza,
y tu sólo eres la muñeca de trapo,
la niña-mujer-muñeca diabólica.

Se parecen muchas cosas, se parecen,
se parece tu olor a almendra agria,
al olor que destila tu odio,
se parece tu lengua bifida,
a la lengua de una cobra,
se parece tu mala baba,
con la saliva de una babosa,
y es que en el fondo todo se parece,
se parece tu cara angelical,
a la máscara del demonio,
se parece tu mala idea,
al cianuro que supuras,
se parece tus pensamientos,
a las llamas del infierno,
y ¿entonces que te queda?,
te queda apartarte de mi vida,
y huir mientras la fuerza te acompañe,
te queda irte a las montañas,
y vivir de tu instinto asesino,
te queda el asco que te alimenta,
y la naúsea que en mí produces,
te quedan otro sitios donde pases desapercibida,
te quedan las alcantarillas y los subterráneos,
las cloacas y los pozos negros,
alli donde todo da igual,
y donde no existen los principios,
si, allí te veo,
y te veo nadando entre ratas y estercoleros.
y es que en el fondo todo se parece,
y por tus rasgos tú me pareces,
la hiena que se disfraza de niña bonita,
y yo lo siento o no lo siento,
lo que yo sé, es que mi fin es claro,
y te juro que si te veo,
te hago desaparecer de la faz de la tierra,
y no te preocupes,
que antes te torturaré,
igual tú, me has torturado.
Y
¡Queda dicho!

Y PUNTO FINAL

Ciutadella, la bella
Y ya nos vamos del camping, nos vamos a las 7 de la tarde y volvemos al ruido de los coches y a las grandes manzanas, y a los semáforos y al metro,  a los autobuses y al aturdimiento que dan los tubos de escape y es que en realidad estoy soñando con una gran ciudad, me encantaría respirar aire viciado y contaminado, llenar mi retina de colores de luces de neón y caer en medio del caos en medio de una hora punta. No, pero no, vuelvo a lo cotidiano, al pueblo, con sus mismas caras y que a fuerza de verlas repetidamente ya me son archiconocidas, y al mismo gato negro que se cruza y siempre en la misma esquina y el perro del vecino que ladra con el mismo ladrido y a los saludos de adeu y hola o buenos días o buenas tardes o adeu y buenas noches y las campanas de la iglesia que suenen un poco más tarde de lo hora que te toca. Es vida de pueblo y es bonita, pero todo es orden y sin nuevas noticias y por eso yo reclamo el caos, por lo menos durante un tiempo, pues seguro que al cabo de unos días ya esteré echando de menos la tranquilidad que emana mi pueblo.

Ahora ya son las 5 de la tarde y ya tenemos todo preparado y eso que nos liamos un poco con el empaquetado de la tienda, ya era mucho tiempo sin practicar. Bueno, ahora miro a mi alrededor y siento que lo voy a echar de menos, las sombras y las luces, los árboles y la brisa y sobre todo el silencio, a veces sólo roto por el sonido de una cremallera y ya la batería me está diciendo que un carajo, que más vale que deje de decir tantas  tonterías, pues ella se va apagar y ahora mismo se apaga y se apaga y ya no da más avisos y punto y sin coma, punto de punto, punto de punto final.
.

JUAN PALOMO

            Y son sólo las 3 de la tarde y el tiempo aquí pasa de otra manera distinta, lento y despacito, con calma, con mucha calma, con calma chicha. Sólo me inquieta el pensamiento de tener que irnos, pues como me encuentro mejor y veo que mi hijo ya está quemando sus últimos cartuchos, y es que me están entrando ganas de resolver cosas pendientes, cosas que tenía que hacer antes de venirme de camping, pero como surgieron imprevistos desagradables, simplemente las había aplazado. Y esa es una sensación que ahora no aguanto, la sensación de aplazamiento y de dejar las cosas para más adelante. Me pasé gran parte de mi vida aplazándolo todo y no resolviendo practicamente nada y por eso ahora no puedo con esa sensación y ahora aún  controlo o voy controlando esa necesidad visceral, pero hace unos meses yo era un volcán impulsivo, tenía que decirlo todo y en el mismo momento, no me permitía ni el mínimo aplazamiento.

                             Así de primeras dije cosas que a lo mejor no quería haber dicho o por lo menos dichas de esa manera tan convulsa y claro me llevé personas por delante y es que las cosas si se polarizan demasiado, salen como las balas de una metralleta.  La vida se mueve a base de dudas y de meter la pata, sin ellas nunca avanzaríamos y eso es lo que trato, trato de aplicarme el cuento y salir de la encrucijada en la que me encuentro. Ahora noto que avanzo y espero que lo que avance sea un salto cualitativo.

                          Veo que dije que me había liberado en parte de mi obsesión de estos últimos días y vuelvo y sin querer sobre ello. Por tanto concluyo, que aún estoy en el fragor de mi batalla personal y es que las luchas internas   a veces se hacen eternas y por eso es necesario darles su tiempo, pero también hay que saber darles la puntillita, sino se convierten en serpientes dentro de tu cabeza. Siento que sigo siendo como J
uan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como.

Y SIGUE LA RULETA RUSA

        
Y es que todo se conjura en nuestra contra y ahora resulta que perdimos o nos mangaron la bolsa de la comida. En principio pensaba más en la posible mangancia y ahora voy siendo más realista y pienso más en que la bolsa la hemos perdido o mejor dicho dejado en un sitio y claro alguien vió que la bolsa no se movía y pudieron pasar dos cosas: que vieran que eran alimentos y se los ramplaron o no vieron nada y pensaron que era una bolsa de basura y entonces simplemente la tiraron. El caso es que todo se complica y todo nos empuja a que nos larguemos. ¡Qué pena!, pero no puedo ni quiero comer a golpe de cafetería. Así que disfrutaremos de nuestros últimos momentos y ahora, mientras Miguel se baña en la piscina, yo escribo acompañado de un rico café.

                 Es curioso pero ahora tiendo a ser mal pensado y es verdad que estaba convencido que nos habían mangado y todo porque estoy susceptible con la gente. Hay cosas que a veces te hacen tambalearte y cuando dudas, desconfías. Es ley de vida, es instinto puro y duro, es el que algo te ha dejado tocado, pero mientras sea sólo eso, desconfianza a lo que te rodea, aún menos mal, pues indica que ya estás a flote y sólo necesitas un poco más de tiempo para estar de nuevo a tope. Además que desde hace 4 días, hoy es mi primer día en que no me levanté pensando en lo mismo, en el palo que me había llevado y eso es un índice claro de mejoría, de que se va superando y que otras cosas van entrando en el juego de cada día. La cicatriz queda, pues las cicatrices son para eso, son para que nunca lo olvides y cada vez que pases tú mano por el fondo de tu alma, te encuentres con esa cicatriz que ha quedado.Son cicatricies después de las batallas, que si ganas te dan fortaleza y su pierdes te aumentan la tristeza y el tema en que yo me encuentro, es en saber si he ganado o he perdido o si la cosa se quedó en tablas. Seguramente quedaría en tablas, pues en mi interior tengo ambas sensaciones: el sabor amargo de la derrota y el sabor dulce de la victoria. ¿Acaso será una cicatriz con dos orillas y las dos contradictorias?, puede que sea así, pues en el fondo casi nunca hay victorias o derrotas absolutas. Seguramente, sea así y ya me queda poco por saberlo.

LA TORTÍCOLIS

Hoy día 04 de septiembre y sigo de acampada y ahora voy a saborear un rico café con leche. Se presentan malos presagios sobre la continuidad de la acampada, mi hijo se despertó con Tortícolis y presiento que se va a poner de baja. Por lo pronto ya se ha quedado en la tienda y eso da mala pinta. Sin él yo no tengo sentido, vamos que no tiene sentido seguir de acampada, yo estoy feliz y bien, si él lo está previamente o sea que su baja es también la mía.

Por lo demás sobamos como lindos cerditos, pero con las incomodidades típicas de dormir en una tienda. Nos costó dormir por el calor que hacía y después que el cuerpo de uno que no está para estos trotes, ya empiezo a notar las primeras escaramuzas en mi desvencijado cuerpo, ya de por sí tocado, pues la culada sigue doliendo y ahora se añade los primeros síntomas del lumbago. Hombre lo lógico a estas edades y pensar que yo me iba a venir sin colchoneta, y dispuesto para dormir a pelo y directamente sobre el suelo, entonces tendrían que sacarme con grúa de la tienda. Bueno, si fuera por mi aún tiraba un poco más del hilo y ahora acaba de llegar Miguel y me dice convencido que la Torticolis se le curará el 24 de Enero, no le queda tiempo ni ná. Haber si el ibuprofeno lo pone de nuevo en forma y sigue irradiando como siempre irradia y es que es una verdadera pasada, ya tiene en el bote a todos los camareros y al socorrista de la piscina y todo en un día y medio. No es su record, pues él es especialista en ganarse a la gente, con decir guapo o guapa ya desnuda a las personas. Después pasa que de cada sitio que entra sale con algo regalado, un detalle, pero suficiente para poner celosos a sus hermanos y además el se encarga de pasarselo delante de sus narices, vamos para provocarles un poco.
Bueno ya veremos en que queda el tema de la Acampada. Ya os contaré.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...