Pues ya vamos progresando, el día va avanzando con su lastimera realidad, que no llega a ser patética, pero casi. Bueno, dicen que hay que saber pasar, que hay que ir al grano o a lo importante y para eso hay que saber sacudirse las ladillas del cuerpo, pues ahora con los profundos calorcitos, proliferan a destajo. Vamos, que hay que saber discernir o desglosar lo importante de lo absolutamente banal y entonces aquí entra de pleno ésta frase: vayamos por partes.
Sin perder de vista y nunca el objetivo, vamos a ir resolviendo problemas. Primero, tengo que ducharme y porque tengo que ducharme. Segundo, tengo que hacer uno de esos recados que tanto me gustan. Tercero, tengo que pensar en el tema comida y para 4 personas. Cuarto y el más importante, tengo que hacer la maleta para el famoso viaje y llenarla de ropa y sobre todo, de deseos y hasta los topes. Quinto, hoy tengo que vender la misa del billar y por quitarla del sótano y por ganar ese espacio, mis hijos y yo ya no jugamos a meter las bolas, jugamos a meter otras cosas. Bueno que no me oigan, porque les entraría vergüenza ajena.
Día como otro cualquiera, sólo que hoy es Miércoles y es como otro día cualquiera del Verano, sólo que hoy es Miércoles y exactamente me quedan dos días para emprender mi aventura. Esto es importante, pues en éste viaje se decide el destino del mundo, por lo menos de mi mundo, que no es menos importante que el resto del mundo. Necesito recargarme para el largo Invierno que me espera y decidir unas cuantas cosas pendientes, que aunque sé que no decidiré ni un huevo, por lo menos sé que les daré vueltas. Total las decisiones se toman en un momento y además cuando les cojes el truquillo, las decisiones se toman como chorizos. Y además, tanto decidir ¿para qué?, acaso para hacerte el interesante y demostrar que eres un tío decidido y no un vainas indeciso y dubitativo. La mejor hora de tomar decisiones, es de buena mañana y con un buen y sabroso desayuno y eso de consultar con tú almohada ya está anticuado, en la cama y sobre ella, sólo se deben ejecutar sacrificios humanos o sexuales.
Sin perder de vista y nunca el objetivo, vamos a ir resolviendo problemas. Primero, tengo que ducharme y porque tengo que ducharme. Segundo, tengo que hacer uno de esos recados que tanto me gustan. Tercero, tengo que pensar en el tema comida y para 4 personas. Cuarto y el más importante, tengo que hacer la maleta para el famoso viaje y llenarla de ropa y sobre todo, de deseos y hasta los topes. Quinto, hoy tengo que vender la misa del billar y por quitarla del sótano y por ganar ese espacio, mis hijos y yo ya no jugamos a meter las bolas, jugamos a meter otras cosas. Bueno que no me oigan, porque les entraría vergüenza ajena.
Día como otro cualquiera, sólo que hoy es Miércoles y es como otro día cualquiera del Verano, sólo que hoy es Miércoles y exactamente me quedan dos días para emprender mi aventura. Esto es importante, pues en éste viaje se decide el destino del mundo, por lo menos de mi mundo, que no es menos importante que el resto del mundo. Necesito recargarme para el largo Invierno que me espera y decidir unas cuantas cosas pendientes, que aunque sé que no decidiré ni un huevo, por lo menos sé que les daré vueltas. Total las decisiones se toman en un momento y además cuando les cojes el truquillo, las decisiones se toman como chorizos. Y además, tanto decidir ¿para qué?, acaso para hacerte el interesante y demostrar que eres un tío decidido y no un vainas indeciso y dubitativo. La mejor hora de tomar decisiones, es de buena mañana y con un buen y sabroso desayuno y eso de consultar con tú almohada ya está anticuado, en la cama y sobre ella, sólo se deben ejecutar sacrificios humanos o sexuales.