VICTOR HUGO

"Se siente una tristeza inmensa el ver como la naturaleza habla y el género humano no escucha".

 

MANUEL MOYA (Blog "azuldemar")

Escucho la palabra patria

y sin querer alzo las manos
en señal de rendición,
cuando en el aire restallan las banderas
siento que me abofetean y me amordazan,
si alguien desde una tarima
me invita a ser de “los nuestros”,
suelo huir,
pues no conozco otra forma de
protegerme y escapar a sus palabras.
No, no me golpeen más con la patria,
no me amordacen más con las banderas,
que nadie se suba a una tarima,
por favor,
que no tenga que sortear ningún escudo
ni a ninguna razón o sacerdote
tenga que aceptar mientras me abre
con un hacha la cabeza.




AMALIA BAUTISTA (Blog "azuldemar")


Al cabo, son muy pocas las palabras

que de verdad nos duelen, y muy pocas

las que consiguen alegrar el alma.

Y son también muy pocas las personas

que mueven nuestro corazón, y menos

aún las que lo mueven mucho tiempo.

Al cabo, son poquísimas las cosas

que de verdad importan en la vida:

poder querer a alguien, que nos quieran

y no morir después que nuestros hijos.

LA VIDA...


 La vida es ese absurdo disparate que nadie

hasta ahora, ha sabido descifrar.

La vida a veces parece ser brillante

y en otras, es lánguida y deprimente,

pero dicen, que hay que vivir

y que hay seguir viviendo,

porque el fin de la muerte justifica toda tu existencia,

aunque una vez muertos

la memoria es succionada por un inmenso agujero negro,

mientras nuestro cuerpo y cerebro se convierten

en alimento para pequeños seres hambrientos...

(y maldita sea la paradoja)

ellos han nacido de nuestro propio cuerpo.


Somos carne con alma

y la carne se descompone

pero el alma crece en cinco dimensiones,

morimos y todo el rastro que hemos dejado,

 es lo que nos ha identificado.
.

UN PENSAMIENTO:

¿Es memoria lo que me falta?.
Porque de algunas cosas sí que me acuerdo y de otras, pues no. Le llaman memoria selectiva, ¿pero como funciona?, porque hay cosas de las que quiero acordarme y sólo me llegan pequeños detalles o mínimos destellos y en cambio, a veces me inundo de aquel marrón o de aquella desilusión o de aquella mala historia, que por cierto, hasta pagaría por borrarla y para siempre, de mi disco duro. Y por eso concluyo, que la memoria va a su propio aire y que por tanto, es incontrolable. No existe "el me olvidé que te había olvidado", como no existe "el porqué no me olvidado". Uno se olvida de lo que puede y de lo que le dejan y a veces es verdad, que no existe el olvido.

SÁBADO

Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...