Supongo que la cosa va de llorar mucho y de vender las penas y todo para que alguien te haga caso o para que te adopte como a un perro. Lo supongo porque lo veo y veo cada bicho con su pareja bicha y ellos dos se juntan y se aparean y nacen niños o niñas bicho. Después ya son una familia bicho que se identifica con nombres y apellidos y dos amigos para ir tirando, bueno amigos, más bien dos tontos del culo. Y ya está, ya está montado todo el tinglado y por tanto tienen que ser felices como perdices.
Y como se puede ser feliz empezando como empezaron, más que tristes y apocados, más que mentirosos y más que miedosos. Aquí la única explicación que hay, es que funcionan al revés y cuando dicen que son felices, son los seres más infelices de la tierra. Y todo porque su vida se asienta sobre la mentira y si se les cae la pantalla, se mueren del pánico. Qué ya está bien de tanto mamoneo y de tener que escuchar a todas horas, "cari yo te quiero".

Cari, acaso el papahostias de turno se llama Cari. Un poco de decencia y un poco de respecto hacia los demás, que no tenemos que estar sufriendo ese acoso de cursilería estúpida. Entre ellos, como si se hablan en sueco, pero no es lógico que ese lenguaje tan propio y tan suyo, tenga que perforar los tímpanos de los demás. Mira Cari es mejor que te den por el culo y a tú parienta, también y como vuelvas a decir, Cari, te corto la lengua sin más. Así se arreglan los problemas, ¡coño!.