EL YO PENSANTE

El yo pensante, decía Descartes, el Yo corpórea, insistía de nuevo, el yo una mierda, digo yo pasado el tiempo. Pero hay que reconocer una cosa, el tío tenía pelotas, lo que pasa es lo que siempre pasa, que el tío se desbordó a si mismo y llego a pensar que existía un Dios superior a todos. Bueno pues a mi no me pasa igual, es más con la edad y con los años, pienso que ahí arriba no existe nadie, que ese cielo que nos cuentan es un puto decorado.

Y me importa un huevo que alguien se lo crea, lo que de verdad me importa es que todos tengamos que comulgar con ello. Que nos dejen en paz los religiosos y los ayatolás de la película, si quieren a Dios, pues de acuerdo y sino lo quieren, pues también y si quieren a Satán, pues aquí estoy yo. Cuidado con el miedo, cuidado con ese ser traidor que nos hace debilitarnos, con ese ser o esa cosa que convierte el sol en penumbras, porque el mismo miedo es tan fuerte, que te puede hacer decir lo que nunca pensaste.

En lo único que estoy de acuerdo con Descartes, es en el YO pensante, ese que tenemos dentro y que piensa por nosotros. Pensar es sano y además no hace daño, pensar te ayuda, pensar te hace ver que no todos piensan, pensar es alucinante, pensar es como una película de miedo, los malos siempre son los mismos y los buenos se quedan muertos salvo uno, el héroe o el superbueno. 

EL MALIGNO

Hoy el Maligno me ha dado un toque y me ha dicho: Bruno te estás pasando dos pueblos y no puedes ir por ahí, alardeando de que estás faltito. Tienes que ser más comedido en tus pensamientos, más comedido, más moderado y más agilipollado. Y yo le he dicho al Maligno, que de acuerdo, lo que él diga va a misa, bueno a misa negra, de esa que te hacen comulgar con una hostia negra o sea con una hostia salida del cuerpo del Maligno.

Me encanta lo negro y me encanta el maligno, es mi ídolo, es mi héroe, es la hostia negra. Y si el maligno tuvo el detalle de salir de la caldera y para decirme esa tontería, hay que darle las gracias. Aunque las gracias en el Infierno no existen, existen las desgracias y aquello es una puta olla de aullidos. Supongo que en cielo será distinto, cánticos celestiales de ángeles impúberes, arpas y violines y los santos danzando al ritmo de un bolero.

A mi me gusta lo jevi, lo fuerte, lo que desentona, lo que te produce dolor de oídos. Aunque hablando sinceramente, lo jevi me produce dentera y ese sonido agudo de guitarra, me desquicia y los alaridos del cantante me rompen los Tímpanos. O sea que me quedo con lo fuerte y lo auténtico, lo demás sobra y además me importa un bledo.

DE SUFRIR, POCO

Hay historias en la vida que sobran. Hay cosas que le vida te las da en plan gratuito y entonces para explicar esto, hay corrientes filosóficas que tratan de explicarlo todo y te dicen sin pestañear, que esas historias siempre sirven para algo, aunque hoy no puedas verlo. Claro, puestos así, todo vale para todo y nada se puede desperdiciar. Pero lo siento, yo no estoy de acuerdo, pues estoy seguro de cosas desagradables que tuve en mi infancia y han pasado 50 años y siguen siendo igual de desagradables.

Y entonces, cuando voy a ver ese posible servicio que dicen que tiene el sufrimiento, ¿cuando esté a punto de morir y de que me coman los gusanos?. A no ser que me vengan con el rollo cristanoide, de que lo sufrido en vida te será recompensado en la otra vida o sea en el cielo, porque en el Infierno, no creo. Pero como yo no creo en dios, no me voy a tragar ese rollo patatero.

Por tanto y concluyo, hay sufrimientos que no se tienen que pasar y porque no te enseñan nada de nada, sólo te enseñan a sufrir más. Y como tampoco soy masoca, ésta historia de sufrir por sufrir no me va. hay que sufrir lo mínimo y lo imprescindible, que con ese poquito ya sabes de que va el sufrir. O acaso, ¿para saber de que va la tortura, tienes que ser torturado?.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...