Yo tenía una amante que se llamaba,¡vida!,
ella me besaba, me amaba, me
quería...
y me hacía el amor día sí y día
también
y un día dejó de quererme,
así de repente, dejó de quererme,
torció su cara, entornó sus ojos y los puso en blanco
y con todo su desprecio me dijo:
"me has hecho perder el tiempo"
pues mira que hice cosas para mejorar tu vida
pero había algo dentro de ti que se retorcía,
era algo oxidado, algo rancio, algo que sabía a miedo,
........y yo lo siento, princesa mía...
... de verdad, que lo siento...,
porque tenías toda la razón,
yo estaba oxidado y muerto de miedo,
era un cuerpo inerte lleno de vísceras huecas,
y así fue....
y hasta que un día, volviste a aparecer..
....es verdad, que yo había cambiado...
que el miedo era agua pasada
que el óxido ya no corroía mi alma, ni rompía mis tendones,
que de nuevo flotaba por los aires terrenales,
que te reclamaba a gritos y a sonoros aullidos interminables,
y claro, tenía que ser en una noche de Luna llena,
y de súbito, pude contemplar tu halo y dibujar tus contornos,
eras una hermosa mujer con alas de ángel,
de tu pelo colgaba un Crisantemo rojo,
de tus ojos salían Luciérnagas verdes y amarillas,
y de tu alma crecían los árboles más hermosos...
y desde ese día no te he abandonado,
ahora estoy contigo, vida mía,
y juro, que estaré hasta mi muerte,
y espero que tu sientas lo mismo que yo:
quiero quererte hasta las mismas puertas de la muerte.


