¿FUERTE, NO?

Lo que yo tengo muy claro de éste mundo de drogas y de bebida, es que si te cuelgas de ellas, no puedes salir de un día para el otro. Me refiero a que no puedes salir por ti mismo y dentro de tu vida habitual y para mi no vale, el que mañana lo dejaré, que puede ser que lo deje un día o dos o tres, pero al cuarto te bebes lo que no has bebido en esos días y del tirón. Sino sería relativamente muy fácil, pero realmente no lo es. Por el medio tiene que haber una desintoxicación en plan agudo y eso significa que no puedes hacer tu vida normal y aún así, no está asegurado, porque cuantas personas entran en ese bucle de desintoxicación y vuelta a las andadas...pero sin desintoxicación previa no hay ninguna posibilidad y es lo único que se basa en la evidencia científica.

Porque una vez desintoxicado, ¿qué es lo que te hace definir para un lado o para el otro?. Si yo lo supiera no estaríamos aquí hablando de éste tema, diría la superfórmula y a tomar por culo. Pero eso sí, no me moriré sin saberlo. Yo quiero saber que mecanismo interno actúa o actuó y porque no funcionó en otros momentos, porque ahí es donde está el quid de la cuestión. Y me jode y me jode mucho, el haber pasado por ello y no tener una explicación. Porque los psiquiatras siempre me dijeron lo mismo y los tratamientos fueron muy parecidos y por eso la respuesta la busco en mi interior, porque tampoco las circunstancias personales son determinantes, pues en mi última vez, tenía todo absolutamente en contra y en cambio, seguí para delante.

Por tanto quedo yo y solo yo y claro que podía hablar con otros, pero es muy difícil encontrar personas que quieran hablar de éste escabroso tema, porque a lo mejor prefieren olvidar o porque prefieren vivir dentro de la ignorancia o por les duele el revivir. Y a mi también me duele, ¿como no me va a doler verme como un borracho? o ¿como un borracho deprimido? y viviendo y bebiendo escondido y en los peores antros sin nombre...porque los nombres de los bares desaparecen y son sustituídos por aquí dan más ginebra, aquí dan más cantidad de wiski, aquí la cerveza está más fría y es más barata que en ningún sitio y todo eso, es legal y permitido y contra eso, no se puede luchar. Por lo menos no podrás luchar hasta que logres ver a los bares como putos abrevaderos de alcohol y que tú, sí que tú, te sientas persona. Yo en mis delirios alcohólicos estaba convencido que todo dios bebía a escondidas, que nadie se salvaba de la quema y porque necesitaba sentir que mi droga era la de todos, necesitaba sentir esa penosa solidaridad y porque al fin y al cabo, ese pensamiento aliviaba mi conciencia. ¿Fuerte no?, pero así era. Y eso demuestra y una vez más: que las drogas si alteran nuestras percepciones y que por eso, son tan jodidas.

HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ

Es que ni la mala vida es fácil. La mala vida es mala porque se supone que al final te hace daño y yo en éste tema me las doy de catedrático. Más de la mitad de mi vida se la he dado a la mala vida, hábitos tóxicos y viciosos, borracheras inmundas y de perder el sentido, drogas de todas las formas y colores, horarios atroces y anti todo, resacas de tortura inhumana, pesadillas pegajosas y asquerosas y de desayuno, un traguito y para que todo fuera completito. Y ¿cuantas veces?, pues miles de veces y siempre pensando que en esa borrachera encontraría el cáliz sagrado que iluminaría mi vida, pero eso solo lo pensaba al principio, porque después ya daba igual, el cáliz era la botella y mi cuerpo se fundía con ella y juntos éramos un par de payasos sin apenas equilibrio...hasta que claro, llegabas al estado de baboso repugnante y nadie entendía lo que farfullabas y mascullabas, salvo que una raya a tiempo te salvara de caer al suelo y ¿para qué?, pues para seguir bebiendo y mantenerte más o menos en pie unas cuantas copas más.

Y esto, sí que era un rutina, una puta rutina de los fines de semana. ¡Joder! con la búsqueda del Santo Grial. Y todo porque una noche de hace nosecuantos años, te encontraste muy bien en ese estado de borracho y erre que erre y de repente un día, te das cuenta que eres un puto borracho, que no sabes que hacer sino bebes, que te aburres sino bebes, que necesitas estar pasado de rosca para considerarte que eres una persona y como si el alcohol fuera parte de tu sangre, que lo llegó a ser. Y ahora lo ves  y te dices: ¿como podía ser?, pero de aquellas te decías: soy un tío mierda y no conozco otra salida. Y por eso mismo seguías bebiendo y esnifando y fumando y todos los "andos" que se os ocurran y como decía el otro: hasta el infinito y más allá, solo que en ésta historia no había el más allá.

Y la culpa no la tiene el mundo, la tengo YO  y con letras grandes, porque el mundo sigue igual o más de mierda que antes y en cambio ahora no inclino la botella hacia mi boca. Pero el cambio y el porqué, es muy difícil de explicar...porque a todo esto, hubo millones de intentos por el medio y todos fueron un estrepitoso fracaso y hasta que la última vez, alguien o yo mismo, tocó mi fibra más sensible y me hizo valorarme como persona, como lo que soy ahora, con sus más y sus menos, digamos, que he aprendido a quererme, a valorarme y a sentirme bien conmigo mismo y a quién no le guste como soy, le indico amablemente donde está la puerta de salida y a quién le guste como soy, pues le doy la bienvenida y porque juntos seremos más y porque juntos podemos ser compañeros de viaje y ésta vez sí: hasta el infinito y más allá.

LA TRAVESÍA DEL BARCO

De todas maneras estoy en mi primer día de vuelta y eso significa, tener cierta confusión. He vuelto de un mundo mágico, que sí, que lleno de guiris, pero sino somos capaces abstraemos de esas cosas, de esas nimiedades, de esa guirilandia que te vas a encontrar en todas partes, entonces sería mejor no salir nunca de tu casa y te montas el decorado a tu gusto personal. Pues eso que he vuelto de un mundo mágico, un mundo lleno de bosques, de árboles frutales, de maravillosas sombras, de parras de uvas, de olivos divinos y bueno, eso se acabó. Te haces un viaje de vuelta vomitivo, pero vomitivo de verdad, pues ayer soplaba con inusitada fuerza el viento de Tramontana y el puñetero barco parecía un puto cascarón. Es cuando en el barco te fijas en los pequeños detalles que nunca te fijaste, en que la moqueta del suelo está llena de manchas de antiguos vómitos ácidos y corrosivos y te dices: ¡qué asco!.

Y a mi me encantan los barcos pero hay que reconocer que su higiene deja mucho que desear, porque hablé de la moqueta del suelo y tendría que hablar de sus cuartos de baño, con ese aroma a secular meada amoniacada, a las esquinas negruzcas de mierda que casi te hablan y por tanta vida que llevan dentro. Y los sofás, que de tantas capas de mierda que tienen encima no eres capaz de distinguir de que color son, bueno un poco sí, porque el color marrón es el que predomina. Y algunos se tiran a dormir a pelo sobre esa mullida capa de mierda y sin una toalla o similar por el medio. Claro que en el fondo te da igual, porque no vas a liarte a besos o abrazos con ese tío o tía y además, que cada uno haga con su mierda, por ejemplo, un ramo de flores.

Ayer el viaje en barco fue atroz, fue de mareo constante y de pensamiento único: adonde voy apuntar el vómito: ¿a la moqueta del suelo?. ¿o la desparramo como si fuera un aspersor?, bueno al entrar te daban una bolsita y para que vomitaras dentro...pero creo que sería más auténtico haber jugado al aspersor y por eso de ser espléndido. Bueno, el caso es que al final mi vómito que asomó varias veces su cabeza a través de mi boca, pudo ser retenido y reconducido a su sitio natural y es que al final ¡no vomité!, pero para conseguirlo tuve que olvidarme de las manchas resecas sobre la moqueta, del olor a meado del cuarto de baño, de sus duendes negros colgados de las esquinas, de las capas de mierda en el sofá, del guarro o guarra que dormía sobre ellas...yo que sé...de repente el barco se paró y yo pude ver la luz.

LA VIDA EN SÍ, NO ES TAN FÁCIL

Tengo que ir a la compra y hay que flojera me entra...No sé, de repente me duele la cabeza, me entran mareos, me siento sin fuerzas, sin ganas,... y todo por no querer levantar mi triste culo de la silla...Pero al final y de un tirón me he levantado, había que hacerlo, son leyes no escritas del funcionamiento del día a día. Como levantarse por las mañanas, como desayunar una rica tostada, como el escribir a diario, como el recomponer y curar a una persona, como todo lo que hacemos por rutina y porque un día decidiste que tenía que ser así. Porque las rutinas son producto de antiguas decisiones, no son flores ni caprichos de un día y lo que a veces pasa, es que se te olvida el verdadero motivo de esa rutina. el ¿porqué? y ¿el como?...pero si te rascas un poco en profundidad verás que en la última capa de tu epitelio lo pone y que está escrito.

Y una idea se convierte en rutina, cuando le aplicas disciplina y porque un día decidiste que esa idea era tan buena, que merecía la pena cumprirla a pies juntillas. En definitiva, que las rutinas en sí no son buenas o malas, las rutinas son simples herramientas de trabajo, son métodos simplificados para realizar mejor tu trabajo. Las rutinas tienen mala fama porque a veces se convierten en el único sustento en tu vida diaria y eso es una pena, pero sino las tuvieras, entonces ¿qué harías?. De hecho, casi todas las terapias de gente desestructurada insisten en que ejercites las rutinas: que a tal hora te levantes, que a lo otra, veas lo que hiciste o que dejaste de hacer, que comas y te acuestes siempre a la misma hora, que por la noche planifiques el día siguiente...

En fin, que cuando estás hecho una mierda y unos zorros las rutinas tienen más sentido que nunca, porque en realidad es casi lo único que te sujeta al mundo. ¡Es que es mi caso!...yo estoy aquí escribiendo, porque hace 4 años y durante todo el mes que estuve encerrado en el Loquero, me decían que yo tenía que escribir mi vida...y ¡joder! si les hice caso, llevo 3 años seguidos sin ser capaz de parar y porque siempre falta algo y porque siempre quiero mejorar...otra cosa importante, el querer mejorar...pero esto es más producto de tu propia autoestima que de la misma rutina, aunque a veces se confunden, como es mi caso. Y todo empezó, porque tenía que escribir sobe mi infancia, porque ya sabéis que hay escuelas de psiquiatría que dicen que nuestros actuales problemas se deben a otros que hemos tenido en nuestra tierna infancia y puede que sí y puede que no o simplemente puede que en un momento de tu vida te quedaras agarrotado y porque la vida en sí, no es tan fácil.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...