Joder y joder, hoy mi inspiración poética se dispara y espero que no se pare. Y es que tengo tanto que decir por dentro y es que tengo tantas palabras y tantos sentimientos, que mastico letras y escupo palabras y mientras...y mientras los sentimientos discurren por caminos insondables, vamos, de esos caminos que aún no conoce el hombre con toda su ciencia a cuestas. Y porque los sentimientos existen pero no se ven, ni se palpan y tampoco son tangibles y ahí, no hay neuronas transmisores y axones con cola y ahí, no hay centros de comunicación e hilos conductores, ahí, solo está la viva sensación de la vida. Yo podría hablaros del viento o del mar embravecido y porque eso también alimenta mis sentidos, pero hay otros sentimientos que no se encuentran por ningún sitio, pero que recorren tu cuerpo y hasta el estremecimiento.
Y deben estar en el aire que respiramos o en el polen primaveral o entre las hojas caducas del otoño y porque cuando aparecen con su traje de gala, el mundo se rinde a sus pies. Que nadie se engañe, los sentimientos son nuestra guía y también, nuestra razón de ser y de estar. Por sentimientos, matas y por sentimientos, te comes la vida y ¿qué pasa?. Pues pasa que como mates, después te jodes, pero si te comes la vida, ¿que te pueden decir?, nada más te pueden decir: ¡qué te aproveche y deja algo para mí o para los demás!. Pero sentimientos hay para todos y porque son así de espléndidos y generosos, claro que sino te abres a ellos, pasarán de largo y buscando otro cuerpo amigo.
Yo vivo, respiro y como de los sentimientos y hasta duermo rodeado de sentimientos y algunos me llamarán loco y yo lo acepto y porque estoy loco por tantos sentimientos perdidos. Por eso yo no duermo tranquilo, por eso yo no siento mis piernas, ni mis brazos, ni mis dedos y porque quiero sentir lo que nunca he sentido y porque quiero amar en otras dimensiones. Yo no quiero morir y no quiero morir mientras los sentimientos florecen y estallan y brotan y se mueven y luchan y beben y viven.
Y deben estar en el aire que respiramos o en el polen primaveral o entre las hojas caducas del otoño y porque cuando aparecen con su traje de gala, el mundo se rinde a sus pies. Que nadie se engañe, los sentimientos son nuestra guía y también, nuestra razón de ser y de estar. Por sentimientos, matas y por sentimientos, te comes la vida y ¿qué pasa?. Pues pasa que como mates, después te jodes, pero si te comes la vida, ¿que te pueden decir?, nada más te pueden decir: ¡qué te aproveche y deja algo para mí o para los demás!. Pero sentimientos hay para todos y porque son así de espléndidos y generosos, claro que sino te abres a ellos, pasarán de largo y buscando otro cuerpo amigo.
Yo vivo, respiro y como de los sentimientos y hasta duermo rodeado de sentimientos y algunos me llamarán loco y yo lo acepto y porque estoy loco por tantos sentimientos perdidos. Por eso yo no duermo tranquilo, por eso yo no siento mis piernas, ni mis brazos, ni mis dedos y porque quiero sentir lo que nunca he sentido y porque quiero amar en otras dimensiones. Yo no quiero morir y no quiero morir mientras los sentimientos florecen y estallan y brotan y se mueven y luchan y beben y viven.