
Ahora,...
ni te llamo,
ni te pienso,
ni te añoro,
ahora soy de Oro
y brillo como un Diamante embrutecido por el miedo,
ahora soy de puto hielo
y vivo hibernado en mi Guarida de Invierno
vivo esperando a que llegue mi entrañable Otoño,
por el medio queda toda la floristería de la Primavera
(que a veces, hasta me harta por exceso)
y queda el pase de modelos del Verano todo sudado,
guiris y guiris sudando a destajo
y bebiendo hasta el agua de los floreros
y de lo que se tercie...
guiris y nativos con olores no precisamente a Madreselva
(que nadie se lleve a engaño...Yo me incluyo)
y mientras el mar se calienta como una sopa hirviendo
y como una Caldera apunto de petar,
entonces los Peces se quedan extasiados, malnutridos
y narcotizados,
y las Medusas se vuelven locas en su caldo de cultivo,
al final, seremos pasto de los Cefalópodos
y formaremos parte de la tinta china con la que escribo,
lo malo, es que somos blancos de rostro pálido
y mientras no se diga lo contrario,
la tinta es negra y negra como el Azabache
pero bueno, no es la primera vez que se hacen milagros
y el de los Panes tiene más dificultad que el convertirnos en negros,
un sólo golpe con una varita mágica que convierta lo blanco en negro
y ¡coño! ya somos parte de lo negro...
y Yo encantado, pues lo negro es una de mis debilidades.




