Bueno, bueno y bueno...pues demos por cerrado éste día tan extraño. Y por un lado fue grande y porque de una puta vez me enfrenté a uno de mis fantasmas más jodidos, el dejar de fumar. Y no voy a decir que hoy he dejado de fumar, porque no es verdad, hoy sólo he fumado la mitad, lo que significa que he fumado 15 cigarrillos, que ya es bastante, pero es que estaba fumando más de 30 cigarrillos al día, no sé, era como tabacalera ambulante. Pues me siento satisfecho, he dado mi primer paso, lo cual en absoluto significa que haya vencido, pero es innegable que he dado mi primer paso. Más de 40 años fumando no se pueden quitar de un plumazo y es que estamos hablando de un gran vicio que engancha y como engancha...y engancha más que el caballo o la coca y ¿porqué?, porque es mucho más sibilino y engañoso.
Yo no sé mucho de esto y porque conozco técnicas pero aplicadas para otros, pero hasta ahora yo nunca me las apliqué. Me recuerda cuando ya hace más de 30 años (¡qué tiempos aquellos!) pasaba la consulta médica fumando e intentaba de convencer a alguien que debía dejar de fumar y yo mientras tanto echando humo por mi boca y hacia su cara. Es como convencer a alguien que debe dejar de beber con una copa de wiski en tu mano, pues pasa que le convencerás de que deje cualquier cosa, pero de beber, pues no. Bueno así es, salvo que el tío o tía ya esté cirrótico en estado terminal y que con un solo trago demás puede explotar con una hemorragia digestiva alucinante.
Pero claro, así no debía de ser y así más tarde, fue y ya no se pudo fumar ni beber pasando consulta, sí, porque algunos también bebían en la puta consulta, que no fue mi caso, pero que pudo ser. Yo bebía a la salida del colegio, digo de la consulta y me ponía ciego y jipato. No sé porqué, pero de aquellas me encantaba ese estado confusional, ese estado semicomatoso y semiinconsciente. Después, malamente comía y sin más, me ponía a dormir la mona. Y llegada la noche, se hacían las repeticiones de la misma jugada: coger el vaso y llevarlo a la boca y así, unas cuantas veces más. Y ya está y así durante unos años fue mi puta vida de mierda.
Yo no sé mucho de esto y porque conozco técnicas pero aplicadas para otros, pero hasta ahora yo nunca me las apliqué. Me recuerda cuando ya hace más de 30 años (¡qué tiempos aquellos!) pasaba la consulta médica fumando e intentaba de convencer a alguien que debía dejar de fumar y yo mientras tanto echando humo por mi boca y hacia su cara. Es como convencer a alguien que debe dejar de beber con una copa de wiski en tu mano, pues pasa que le convencerás de que deje cualquier cosa, pero de beber, pues no. Bueno así es, salvo que el tío o tía ya esté cirrótico en estado terminal y que con un solo trago demás puede explotar con una hemorragia digestiva alucinante.
Pero claro, así no debía de ser y así más tarde, fue y ya no se pudo fumar ni beber pasando consulta, sí, porque algunos también bebían en la puta consulta, que no fue mi caso, pero que pudo ser. Yo bebía a la salida del colegio, digo de la consulta y me ponía ciego y jipato. No sé porqué, pero de aquellas me encantaba ese estado confusional, ese estado semicomatoso y semiinconsciente. Después, malamente comía y sin más, me ponía a dormir la mona. Y llegada la noche, se hacían las repeticiones de la misma jugada: coger el vaso y llevarlo a la boca y así, unas cuantas veces más. Y ya está y así durante unos años fue mi puta vida de mierda.