que extrañamente extraña es,
que rara,
que a veces...rancia, ácida y dolorida
que en otras veces...brillante y alucinante
pero siempre...¡que estimulante!.
Dicen que con el tiempo
se nos caerán los dientes y algunas cosas más.
Ese futuro de vejez
lo tenemos asegurado,
nos caerán los dientes y muelas,
los esfínteres se aflojarán
y las digestiones serán de cada vez más pesadas
y el cerebro, nuestro querido cerebro
se encogerá como una pasa al sol
y todo lo que era un mundo de brillantes ideas
pasará a ser... opacidad de agujero sucio, negro y pequeño.
Que nadie se engañe,
todos pasaremos por la misma piedra
y en el espejo nos transformaremos,
nos miraremos del perfil que más nos gusta
taparemos lo que consideramos no soportable a nuestra vista,
y si hace falta,
nos cubriremos de viejas túnicas
que todo lo disimulan.
Pero la vejez
no podemos disimularla,
las arrugas crean nidos que se cuelgan de invisibles hilos,
la caída de dientes descubren encías sonrosadas,
y la pérdida de pelo (salvo injertos)
cabalga como un caballo desbocado.
Y además
¿qué pasa?
yo empiezo a ser viejo
y os juro
que no voy a disimularlo.
Cuando no se tiene el coraje de vivir como se piensa,
es cuando te empiezas a morir en vida
y así y poco a poco
te irán cayendo los ideales y las utopías de la mochila
y como el burro con su zanahoria
te harás persona de idea fija y única
y entonces tu castigo
será seguir como un muerto viviente
y solo esperando a que llegue la verdadera muerte.
No recuerdo como se movían tus músculos
pues lo que yo sentía era cuando en su conjunto
estaban contraídos o relajados.
Recuerdo la tensión y distensión de tus fibras musculares
y como al endurecerte
se tensionaba tu cara
y como al relajarte
ensanchaba tu cuerpo y tu figura.
Hay días que han nacido muertos
otros en cambio,
han nacido vivos
pero se han muerto por el camino
y por supuesto,
hay días que nacen y mueren vivos.
Y hoy el recuerdo de tus músculos y tendones
me han cargado de vida
y me han metido
un infinito chute de adrenalina.
Por eso y simplemente
voy a disfrutar de éste precioso viaje.
Lo que debería escribir,
es una cosa
y lo que realmente escribo,
es otra.
Dos posibilidades
dentro de un mundo imperfecto.
Dos alternativas
que yo pretendo
hacerlas contradictorias,
pero lo hago...
porque me gusta ser antagónico
y a poder ser,
siempre llevar la contraria.
Unos nacen sabidos,
otros nacen tristes y compungidos
o alegres de risa floja
pues a mi me ha tocado
ser un espíritu contradictorio
un poco veleta
y porque en definitiva
todo va a depender de donde sople el viento.
La vida es aquí y ahora.
Mientras respiras exhalas vida.
Mientras duermes te crecen los sueños.
Mientras te escucho oigo el latido de tus pulsaciones
y el ronco crujir de tus vísceras huecas.
El presente,
lo que tocas,
lo que sientes,
lo que dices y lo que quieres,
todo forma parte de ese gran circo llamado, vida.
El pasado
es agua pasada que ya no mueve molinos
y el futuro, en cambio,
puede cambiar de rumbo
y pasado el tiempo
puedes aparecer en la otra esquina del mundo.
El futuro es una película de ciencia ficción
donde el bueno (que eres tú)
va salvar a los malos y mediocres
y para que al final,
te puedas dormir entre laureles
y gritando ¡Victoria! y con la miel en la boca.
La historia no la escribimos todos.
Eso nos quieren hacer creer
y para que pensemos
que nosotros somos los protagonistas de la historia.
Nuestro protagonismo en éste asunto, se refiere...
a las batallas y a las muertes en masa
pues ahí somos carne de cañón
y pasto para los buitres.
Y como decirlo...
entonces, hacemos bulto
y para morir todos juntos
y sin nombre ni apellidos bajo la sombra de la misma bandera.
La historia la escriben y cuentan cuatro privilegiados,
ellos nunca pisarán el campo de batalla
ni mancharán sus botas de sangre, lodo y barro.
Y lo que es peor...
son los que en la larga distancia,
nos dirigen hacia una muerte segura.
A la ausencia no hay quien se acostumbre. Otro sol no es tu sol aunque te alumbre”.
Cuidaremos lo entrañable.
Y lo cotidiano y repetitivo
será pasto de las llamas.
Cuidaremos de nosotros mismos
con mimo y siendo muy delicados.
Seremos vástagos e irreverentes
y nos rebelaremos contra el hambre y las injusticias.
Pediremos pan
pero también
pediremos derechos sociales.
Deambulo mientras pienso.
Pienso mientras respiro.
Te quiero, me digo...
y en eso suena algo dentro de mi cabeza,
el olvido es el que llama
y entra, pasa y sin más, me invade.
De olvidos estamos hechos todos,
todos tenemos olvidos acumulados:
pequeños olvidos sin importancia
olvidos dolidos y mal acabados
olvidos obligados
olvidos resentidos
y olvidos que jamás pudieron ser olvidados.
Somos olvidos
con cara de que aquí no ha pasado nada,
pero por dentro de nuestras entrañas
son olvidos llenos de fuego y rabia.
De tanto remover el suelo
y hacer agujeros por doquier
en busca del no sé qué...
se me están resquebrajando los dedos
y mis yemas son un mapamundi de cicatrices.
Tanto mover y remover,
para casi regresar al principio
y todo para volver a la primera pregunta
¿porqué estoy aquí?.
Lo único nuevo que ahora sé
es que nadie me va a responder,
ni tú, ni el otro,
ni el más listo, ni el más tonto
y entonces
¿porqué estoy aquí?
me dije al nacer
y aún hoy en día,
me sigo haciendo la misma pregunta.
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...