ME NINGUNEASTE

 



Me ninguneaste,

pensaste...¡pobre tío!

parece que quiere pero no puede

y es que en realidad llegaste a pensar

¡no sé entera de nada!.


Al verme de lejos

te confundiste de tío

y de cerca pensaste

¡menudo pringado!.


Bueno, 

pues aquí estamos

Yo a éste lado de la valla

y tú buscando margaritas en la otra orilla

y diciendo

¡soy feliz!

y porque soy tan libre como la brisa marina.


Lo que tú no sabes

es que de vez en cuando la brisa se convierte en viento

y éste en huracán descontrolado

y ahí es donde te quiero encontrar

en medio del caos y de la catástrofe

con ríos crecidos y desbordados

con mares confusos y cabreados

y con mierda hasta la boca

Y ahí quiero oírte decir:

¡menudo pringado!.

LA ARAÑA

 

 

 

No es que haya desaparecido,

más bien me han dado por desaparecido.

Las leyes, las normas, los establecimientos,

los dictados, las memorias oficiales,

los prólogos, los epílogos postreros,

los diccionarios en inglés y castellano...

y todos sin excepción

 se han puesto más o menos de acuerdo,

en condenarme al ostracismo más acérrimo.


Lo que ellos no saben,

es que los medios que utilizas acabarán deformando el fin.

Si tú usas la violencia como medio

y para conseguir un fin pacífico,

al final acabas convirtiendo la paz final

en otro conflicto bélico y violento.


Y de toda esa telaraña solo se libra la araña,

que es la que nos ordena

que en su nombre, ¡nos matemos!

mientras ella sigue tejiendo su telaraña.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...