
A la Farlopa también le dí, pero la Farlopa es demasiado eléctrica para mí. Yo necesitaba algo más tranquilo, más sosegado y más destructivo y eso se llamaba: Caballo. Pero todo lo que sube baja y ese era su verdadero problema, su bajada o su mono. De todas formas no era su único problema, pues claramente te cambiaba la percepción del mundo y de ahí venían las malas interpretaciones de los acontecimientos. Aparte que no hay quién aguante estar y de continuo, arriba y abajo y abajo y arriba y todo marcado por el nivel en sangre del caballo.

Con éste nivel, los Canutos eran dulces caramelitos, así como el Pastilleo dormidero, que ya se sabe, que bien mezclado con alcohol hacen un coctel molotov. Y no podía faltar en la película, el Alcohol, alcohol a espuertas y a todas horas. Y los cambios de humor que produce el exceso o el defecto del alcohol, eso es tan fuerte, que será un tema para tocar en otro día. O sea que hoy en día, me puedo considerar que estoy limpio o casi, falta el tabaco y estoy seguro que también lo eliminaré de mi cuerpo serrano. Quizá el día en que esté limpio del todo, se me caiga el chiringuito y me venga abajo, pero es solo una posibilidad y lo que es más probable, es que me encuentre fuerte como un Toro y ya no necesite más, el Pulmón de Acero.