DE ESTE MUNDO Y DEL OTRO de José Saramago (Entre libros)
J.J. MILLÁS
Esta fotografía, debido a su delicadeza cromática, parece una acuarela. Todo resulta un poco tenue, sutil, sin asperezas, como si se le hubiera pasado una bayeta húmeda para rebajar la intensidad de los colores. Diríamos, de hecho, que predomina el dibujo sobre el color. Observen lo bien marcados que están los pasamanos de las escaleras eléctricas o las nervaduras del techo, así como las puertas por las que se accede a los distintos establecimientos. Pura geometría, también visible en los carteles rectangulares o cuadrados. Se trata de la estación de Saint-Lazare, en París, pero podría ser un centro comercial de Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad del mundo. Todos se parecen, todos están cortados por el mismo patrón. Usted y yo podríamos ser cualquiera de los transeúntes que recorren sus calles o suben y bajan por sus escaleras. Resulta hermoso y limpio, pero a la vez algo siniestro.
ALUCINACIONES
Armadura de mármol y piedra.
Botas de cuero envejecidas en barricas de roble viejo.
Pensamientos suspendidos
y colgados del hilo de una araña
que se balancea en silencio.
Demonios de sol y cuernos,
siempre encendidos
y siempre dispuestos
a lanzar llamas a larga distancia,
como si fueran dragones con cuerpo humano,
que abren su boca y les rebosa lava resplandeciente,
que escupen al aire
y calientan el cielo como un hierro candente.
LOS JUSTOS (Borges)
Los justos
TENGO VOCES...
Tengo voces que son ecos,
hay otras que tienen denominación de origen,
se forman entre cuerdas vocales
recorren la úvula y el paladar duro
y se cuelan entre dientes y lengua
y se mezclan en parte con saliva
y para al fin,
salir despedidas como ráfagas de balas...
algunas hieren,
otras matan
y algunas otras ni hieren ni matan,
sólo quieren y aman.
¿QUÉ SABEN ELLOS?
Que saben los seres normales de las irrealidades,
que saben del cerezo en flor,
del agua de la lluvia,
de las lágrimas negras,
de las densidad de la niebla,
del mar en calma,
y de la noche más oscura.
¿Qué saben ellos?
¡qué yo no sepa!.
ME SALVÓ UN TOPO (Juan J. Millás)
Me salvó un topo
VENGANZA
Estuvieron siempre allí,
nunca dejaron de estar,
algunos le llaman pensar con las entrañas
y otros le llaman venganza y ganas de matar.
QUÉ SABEN LOS PERROS...DE FERNANDO BELTRÁN (Blog "rua das pretas")
Qué saben los perros que no sabemos nosotros.
Qué conocen, qué intuyen, qué nos quieren decir.
Esos ojos tan tristes.
Por qué nos miran fijo y tan adentro
como si al tiempo de querernos tanto
existiera algo nuestro
que no acabaran nunca de entender.
Por qué entonces su entrega,
su llanto inconsolable cuando nos ven marchar.
Por qué después, al regresar, tan sólo a ellos
les confiamos los pasos que a nadie más decimos,
si esos ojos tan tristes lo irán contando todo por ahí.
Por qué nos aman tanto
si saben de nosotros tantas cosas
que es mejor no saber.
Por qué se dejan siempre poner nombre.
Por qué temen al trueno.
Por qué no son cobardes si se mueren de pánico.
Por qué ladran a veces en mitad de la noche.
Por qué amanecen luego
tan contentos, aguardando en la puerta,
con incansables ganas de vivir.
Por qué saben que el juego
es la única tregua que nos queda.
Por qué son como niños, o eso al menos pensamos,
como si no fuera posible compaginar ternura
y madurez.
Qué bondad descubrieron en nosotros
que no fuimos capaces
de dar a los demás.
Por qué mueren un día y nadie entiende
el inmenso dolor del que ya sabe
que al perderles también pierde
lo mejor de sí mismo.
Ese trozo de ser que nuestros perros,
cuando nos miran fijo,
de algún modo descubren,
aunque también que hay algo de nosotros
que no acabaron nunca de entender.
Fernando Beltrán
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
