Algún día dejará de llover sobre tu pelo,
seguro que escampará un día de estos,
y los reflejos en la piedra mojada
darán paso a la luz de la seca piedra,
pero antes de que deje de llover
espero que tengas el valor y la osadía de la despedida,
que me digas un adiós de abrazo,
un adiós de beso,
un adiós de rabia infinita,
y quiero lágrimas y versos en la madrugada,
y un brindis a la luz de la luna,
y hacer el amor por última vez
por todo lo que fuimos,
por como nos conocimos,
por como nos desnudábamos,
por todas esas noches largas de vela y cama,
por ese cigarrillo después de la batalla,
por todas las promesas que después fueron mentira,
por tus dedos en mi cara,
por los míos en los huecos de tu espalda,
por todos nuestros sueños compartidos
y entonces y por todo esto...
¡brindemos!