son mis dos hijos mayores cuando eran chiquillos
y le empezaban a salir dientes y las ganas de crecer
(falta el tercero y el más pequeño).
Ellos eran rubios a morir
eran vida por sus cuatro costados
y yo era su padre
su padre cuando para ellos era imprescindible
después poco a poco tus poderes van decreciendo
y hasta que te haces un simple ser humano,
uno más
no un don nadie,
en realidad nunca y ni en mis peores momentos,
me consideré un don nadie,
puede ser que a veces me considerará poca cosa,
porque todos tenemos nuestros momentos malos y peores,
pero también tenemos nuestros momentos ilustres
y nos miramos en el espejo
nos vemos guapos, aguerridos, valientes.
Y qué puedo decir de consejo para mis hijos,
no sé...,
que espero que le vaya bien o muy bien,
que no sufran demasiado y vanamente,
que sean luchadores y valientes,
que decidan y tomen postura ante cada desafío,
que no se callen ante nada,
que no se escondan,
que no tiemblen ante nadie,
que lloren cuando deseen llorar y a moco tendido,
que sean personas humanas y sensibles,
que se solidaricen con los oprimidos,
que luchen por lo que tienen claro,
que no desfallezcan así como así,
que tienen un padre
que los quiso y los quiere muchísimo,
que si me necesitan, yo sigo aquí,
que muchas veces no se lo dije,
pero que ahora se lo voy a recordar:
soy vuestro padre y estaré a vuestra disposición
para TODO lo que necesitéis...
¡Hijos os quiero con toda mi Alma!.