TÚ SABES...
UN DÍA ESCRIBÍ AL AIRE
Un día escribí al aire
y me contestó una paloma
que tenía cara de buena persona.
Yo en principio
no me lo creí,
la vida me había enseñado a ser desconfiado
y por eso me armé como mejor pude
y estaba todo dispuesto a dar guerra
y si hacía falta
con otras palabras más nuevas.
Pero en éstas
me volvió a decir algo,
que nunca logré entender,
pero sólo viendo el movimiento de sus voluptuosos labios
me sentí como desnudo y desarmado.
Y entonces,
entré a trapo
y me hice topo y ciego
y me vino la fiebre del oro
y la locura del loco enamorado
y fuimos felices y comimos perdices...
hasta que un día
todo se derrumbó como un castillo de arena
y me volví loco de nuevo
pero ésta vez me volví loco de pena.
ES PENSAR EN LO QUE FUE
Es pensar en lo que fue
y enseguida me sale la parte que no fue.
Y al parecer
una cosa lleva a la otra,
y estarán unidas por un hilo invisible
que nunca fui capaz de ver.
Y es que toda mi vida
pensé que hay un tiempo para una
y otro tiempo para la otra,
respetándose mutuamente
e incluso diciéndose educadamente:
"pase usted primero"
que a mi no me importa esperar,
tengo todo el día por delante
no tengo prisa
tiempo me sobra y más...
Pero no,
una asoma su cabeza
y sin más dilación aparece la otra
y al final,
las dos se borran y se anulan
y lo que era un bello recuerdo
se convierte en un momento de odio transitorio.
Y menos mal que es transitorio
y porque a la mañana siguiente
sale volando el odio por la ventana
y es cuando te dices,
tengo por delante un día más.
EL PODER DE LA COMA (Julio Cortázar)
MI EGO Y YO
Además,
algo malo de mi tendría,
si todo esto no lo tuviera controlado.
Si ese gigante que a veces me acecha
de forma inhumana y descontrolada,
no fuera yo capaz de ponerlo a buen recaudo
y bajo unas inmensas rejas
y unos potentes candados.
Mi ego y yo,
yo y mi ego,
a veces,
los dos vamos de la mano
y otras veces en cambio,
estamos uno frente al otro
y en distintas trincheras
y a tumba abierta y a guerra a muerte
y nunca paramos
hasta que uno de los dos
arranque al otro,
las entrañas y el corazón palpitante.
Y entonces es cuando pienso...
y así...me va.
UNO ROMPE LAS COSAS
Nada
o casi nada se rompe porque sí.
Suele haber un como, un porqué y una causa
que a veces, es una causa perdida,
pero ¡coño!
todos nacemos perdidos
y en cambio,
¡aquí seguimos!.
Uno rompe las cosas
porque de alguna manera
se lo estaba buscando
y porque a veces
nos gusta jugar bajo la señal de peligro
y por eso
se nos rompen las cosas,
las ideas y los amores
y hasta las ilusiones
se nos hacen cristal.
Pero como decía antes
¡aquí seguimos!,
nos hemos destruido un buen montón de veces,
nos hemos recompuesto
y reconstruido como buenamente pudimos,
y sí, nos faltan trozos de alma y cuerpo,
pero la estructura que nos mantiene en pie
sigue más o menos en primera línea
y junto a ese trozo de alma que menos mal
que se reproduce por esporas y ganas de querer.
ANDAR PARA ATRÁS
Andar para atrás
tiene su aquél,
coges más y mejor perspectiva
te alejas un poco más de la patata caliente,
no te involucras de aquella manera tan bestial,
te despides educadamente
y por último
saludas al tendido.
Después
simplemente te retiras a tus aposentos
y allí indagas sobre tus hechos:
debí hacerlo mejor,
debí escuchar más,
debí ser más empático y más original
y apuntas tareas y deberes:
tengo que trabajar más mi parte afectiva,
tengo que ser mejor persona
y hablar y escuchar más
y soñar con los dos ojos abiertos
mientras me marco un vals que me reconcilie conmigo mismo
y que me haga salir a la intemperie
y así después,
volver a empezar desde otro principio.
COMO ME VAS A VER A MÍ
Como me vas a ver a mí,
si soy traslúcido
y algo amargo de sabor y de ideas.
Tengo 20 dedos y una sola quimera,
y no sé cuantos huesos
y algún tendoncillo suelto
que de vez en cuando se sale del sitio
y tengo que reinsertarlo y reprogramarlo.
En realidad
no soy tan auténtico como parece
o como me vendo,
soy...
en realidad, soy
pero no lo soy tanto,
o soy un poco menos de la que digo,
pero tampoco
penséis en la medianía
ni uno más de la masa recién salida del horno,
porque tengo mis ideas
y mis principios
y mis preocupaciones
y me considero más persona que perro
y más gato que caracol baboso y engreído.
HAY TARDES
A veces,
disparo y no miro a quién
y tampoco me importa.
Otras veces me encojo tanto
que después y por mucho que busque
no acabo por encontrarme.
Hay días
en que salgo nublado
y aturdido como una mañana de resaca.
Hay otros en que me siento antojo
y el ombligo me crece
y como si fuera el periscopio de un submarino.
Hay tardes, como la de hoy,
donde el sol es de caldera
y el sopor es un chute de opio.
UNOS Y OTROS
Unos tienen uñas
y otros
tienen pezuñas
y entre todos arañamos piel y corazones
y de vez en cuando,
encontramos un gato
que maúlla dentro de nuestras articulaciones.
DESOLACIÓN DE UNA QUIMERA (Antonio Muñoz Molina)
JULIO CORTÁZAR
Qué vanidad imaginar
ES TAN LÍCITA
Es tan nuestro deber
querer como desquerer
y ser como no ser
y tener y desprenderse de tu ser,
y cuidar y descuidar,
y navegar
y abandonarse en el mar.
Es tan lícita
la verdad como la mentira,
el juicio como la locura,
la ternura y la rabia de perderte,
el haberte querido
y el ahora
ser parte del olvido.
DEBÍ CALLARME...
Debí callarme cuando te miraba,
mirarte en la quietud del silencio
entenderte y comprenderte en silencio,
ser mudo e inexpresivo,
y ante tanta belleza
hacerme estatua de sal.
Y es que al final,
¿cuántas palabras y saliva
me hubiera ahorrado?
A VECES ES FINLANDIA (Hernán Casciari)
María Calcaño | "Grito indomable"
EN LAS NOCHES DE VERANO
En las noches de verano
ya no refresca tanto como en la anterior estación.
En las noches de verano
bullen los sueños sin compasión,
hace calor y mucho sudor,
duermes al borde de un volcán en ebullición
y al lado de una boca de dragón.
En las noches de verano,
no me pidas que te abrace,
llega con la intención de la imaginación
y con un entrañable beso desde el otro lado de la cama.
JUBILACIÓN
De aquellas escribía menos que ahora,
es más hace 10 años
no escribía nada,
tenía muchas cosas en mente
pero al rato, todas se evaporaban.
De aquellas
tenía más tiempo para mis hijos
y para mi trabajo.
Yo era tan padre
como lo soy ahora,
sólo que ellos (mis hijos)
eran más pequeños.
Y de mi trabajo
¿qué os puedo decir?
que trabajo en lo mismo,
soy médico...
sólo que ahora lo soy un poquito menos,
pues de alguna forma
veo demasiado próxima mi jubilación
(me queda menos de un año)
y entonces,
me veo más fuera que dentro.
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
