El mundo es el mismo, para unos y para otros, sólo que según desde
donde lo mires se ve distinto completamente. No voy a hacer referencia a
verlo desde arriba o desde abajo, pues ya es un tema muy manido, pero
eso no le resta el interés que tiene y entonces si voy a tocar el tema
(aunque no era mi primera intención, como he dicho anteriormente). Desde
arriba el mundo se ve muy fácil, se ve pequeño y sencillo, todo se
puede resolver con una llamada o a cambio de un favor hecho en otro
tiempo. Es un club muy selecto y pocos son los elegidos o mejor dicho
los bien nacidos, pues lo que hay que tener para pertenecer a éste club,
es pedigrí. Y el pedifrí se consigue a través de familia, si tú familia
tiene el rango suficiente, todo son facilidades. Hay pasta y también
tráfico de influencias y la pasta llama a la pasta y sin que se den ni
cuenta, la pasta se va reproduciendo. O sea que son ricos, pudientes e
influyentes.
Desde abajo, la
perspectiva cambia totalmente, el mundo es árido y difícil, es arisco y
agresivo, es insolidario, es opresivo y sobre todo es un submundo y
donde la pasta, brilla por su ausencia. Aquí las influencias tienen poco
que hacer, no hay poder, por tanto no hay influencia social. Nadie te
va a hacer favores, porque simplemente no pueden y eso tiene su única
ventaja, que tú no tienes que hacer favores y que tú no debes ninguno.
El mundo desde abajo es una gran bola de nieve, es inmenso y agresivo y
parece que todo se te vuelve del revés. Es la cara oculta de la luna.
¿Podría entrar uno de abajo en el mundo de arriba?. Como poder puede,
pero es la excepción a la regla y la única manera de hacerlo, es
haciéndote un tío brillante o que destaques a nivel profesional o social
y de esos hay pocos, y los que lo consiguen y vienen de abajo, tendran
que demostrar tres veces su valía. Sin pedigrí, subir una escalera del
club, es como ascender al Everest, te pondrán todas las dificultades.
Claro que los pocos que llegan, después se vengan, pero no lo hacen
contra los pudientes, sino que se revuelven contra los de abajo, como si
necesitaran vengarse de su anterior existencia. Los desclasados, se
llaman, que son como los esquiroles, sólo que éstos no trabajan en una
cadena de producción o fábrica.
Siempre
pensé que los desclasados son lo peor que hay, son ratas llenas de
rabia y eso se nota en todo lo que hacen. Son los más arribistas, son
los más vengativos, son los que menos perdonan, son los más
acomplejados, pues en el fondo se trata de eso, de complejos. Es como si
una vez que están arriba, quisieran borrar del mapa su procedencia
social y la emprenden con sus antiguos compañeros de abajo. Yo como
estudiante y como trabajador, he comprobado lo que digo y por tanto los
tengo totalmente identificados, es más también los tengo pillados a
nivel de relaciones, son huraños, conservadores, calladitos como putas y
lo guardan todo, pero sobre todo, guardan el resentimiento y como
además son unos acomplejados de mierda, delante de su nueva clase
social, nunca dirán lo que realmente piensan y no lo dicen por no
asustarles, pues de si ellos dependiera, el nazismo se quedaría corto.
Os juro, que no hay nada peor que un desclasado.