
Algo malo debí hacer últimamente, pero algo malo y malo de malísimo, pues ahora dios me ha castigado y me tortura sin compasión y ahora lo hizo de nuevo y con el peor de los castigos, me hizo ver una película de mi querido
Kevin Costner. Ayer estaba de guardia y en la sala de estar y no sé quién quiso ver esa película "
LA SOMBRA DE LA LIBÉLULA" y no me quedó otro remedio. Aparte que tengo una especie de
atracción FATAL con las películas del Kevin, me atraen sus títulos ("Mensaje en la botella" y "La sombra de la libélula"), pues la verdad, es que son bonitos, pero también sé como degeneran a lo largo de sus películas. Atracción fatal, ya digo.
Pues ya que chupé la peli y la chupé enterita y como le gusta a Maradona, pues nada, que voy hacer una pequeña sipnasis.
El Kevin es un traumatólogo y Jefe de Urgencias del Chicago Memorial Hospital y como siempre, él esta muy afectado por la
reciente muerte de su esposa Emily, que a su vez era la
Jefa de la planta de Oncología Pediátrica. Buen comienzo lacrimógeno y esto no es nada, ahora vendrán ríos de lágrimas. Ella había muerto en un accidente de bus, allá por las selvas Venezolanas y como siempre haciendo labores humanitarias (¡no podía ser de otra forma!).En una ONG y en concreto, en la Cruz Roja.
Bueno pues anda todo afectado y arrastrando su cuerpo como puede por el Hospital y hasta que de repente unos
niños oncológicos, de esos que andan de paseo entre la vida y la muerte y por la planta que antes llevaba su difunta, pues nada, que le empiezan a decir cosas raras y todos hacen una especie de cruz,
unas cruces onduladas (como las patas fritas, esas que son onduladas, solo que éstas eran cruces)
. Uno le dice que
vaya hacia el Arco Iris que ella, por su mujer, le está esperando. Otro le insiste en el mismo tema y que vaya allí,
donde está la cruz ondulada. Y hasta un fiambre que estaba esperando la donación de sus órganos, le habla desde la muerte y con la voz de su mujer.
¡Joder que miedo!.
También
en su casa le pasan fenómenos extraños y aparecen más cruces y nota la presencia de alguien, de alguien que le habla y le insiste que vaya allí,
donde está la puñetera cruz de marras. Él, el pobre, casi se vuelve loco y hasta sus compañeros empiezan a mosquearse. Pero
cuando a su Loro le da un jamacuco y se supone que es debido a la presencia del fantasma de su mujer, él se dijo
¡Hasta aquí hemos llegado! y decide
darse un relax y descender un río por sus rápidos. Y casualidades del destino, el Kevin ve el mapa del río y descubre que esas cruces onduladas significan,
¡CATARATAS!

Se acordó de unas fotos de su difunta en Venezuela y en ellas estaba toda bella y al fondo había una caudalosa Catarata, que son sus aguas hacía preciosos Arco Iris. Entonces unió cabos y sin más
decidió irse a Venezuela. Se va a la Selva más selvática, donde curró su mujer por última vez y bueno, él como un héroe que es, se tira al río y
llega al bus donde se escaralló su mujer. Allí hace unas cuantas inmersiones en sus aguas caudalosas y ve como el espíritu de su mujer le indica que ella si llegó a la orilla.
El se acerca al Poblado esperando que su mujer siga viva y ah!!
el destino es cruel pero también es bondadoso. Y efectivamente es cruel, porque su mujer estaba muerta y enterrada, pero le contaron los indios que llevaban unas plumas de ganso en sus orejas (la verdad es que no sé quién los contrató), que cuando llegó a a la orilla del río, ella ya era un cadáver, pero que
tenía vida dentro de sus entrañas y sin más, le enseñaron a un bebé precioso.
¡Era su hijo! y yo ahí ya no pude aguantarme más y me puse a llorar desconsolado. ¡Qué bonito!. La madre aunque muerta le habló desde el más allá y por boca de unos niños más muertos que vivos y hasta habló a través un fiambre y al que le iban a arrancar sus asquerosos órganos.
Esta película también tiene metáfora. La primera, que me confirma que
el Keaven es empalagoso y lo es desde la médula hasta el tuétano. Segunda, que
Keaven debe tener un gafe, pues se le mueren todas las mujeres con las que se casa. Tercera, que
el amor de madre, es poderoso, y lo es tanto, que hace hablar hasta a los muertos y a los niños oncológicos. Y cuarta, que
sus películas tienen un nombre precioso, pero que el mismo se encarga de cargárselas. Bueno él y el guionista, que debe ser el mismo que escribió las novelas de Corín Tellado. ¡Joder ya tengo azúcar para un mes entero!.