ME DESESPERO...


Me desespero con lo obvio
y lo evidente
y hasta con lo comprobado científicamente,
pues dios no me concedió paciencia,
y no me dió, respiro,
y tal como me hizo,
me sacó al mundo
y así voy yo,
rebotado de esquina a esquina,
y la gente me habla y me dice cosas,
y yo oigo y hago que escucho,
¿quién soy yo para dar consejos?,
si yo soy un pobre paria
que no sé donde caerme muerto
si soy un ser que no se entera de nada,
y parece que sé y en realidad, no sé,
porque pongo cara de entendido,
y es una máscara en un baile de disfraces,
y si me sacas a bailar,
¡ten cuidado!
pues puede que al final,
te equivoques  conmigo.

YO TE ESPERO


Puede que así sea mejor,
cada uno en su respectivo sitio
y a miles de kilómetros de distancia,
en medio, 
quedan nuestros sentimientos,
y éste año va a ser muy bueno,
y los cerezos están llenos de flor,
y las fresas éste año,
presumen de su mejor cosecha
y yo mientras, estoy y sigo aquí,
y tú estás ahí,
ahí a lo lejos,
y por el medio,
hay autopistas al cielo,
y hay cambios de sentido,
y si algún día,
nos volvemos a ver,
yo te espero y justo en el punto medio. 

Y TE PERDÍ A LO LEJOS

 

Y te perdí a lo lejos,
y mientras estaba desapareciendo tu cuerpo,
tu sombra también se despedía,
saludaba moviendo la mano...
en esas, cogió el sombrero
lo tiro por los aires,
y yo pensé,
¡se acabó!,
y  sentí un aguijón punzante
o era una espada que se clavaba
pues yo sabía,
que era la despedida definitiva.

Y ya sé que nos prometimos volvernos a ver,
y a escribirnos cada Domingo,
y nos comprometimos a soñar el uno con el otro,
pero los sueños son sueños
y además y a veces, se los lleva el viento,
y la puta realidad es la de cada día,
y entras y sales y sales y entras,
y cada movimiento es un desgaste,
y la maquinaria de nuestra alma,
necesita aceite y grasa,
y un poco de mínimo mantenimiento
y si al parecer somos máquinas,
para qué nos prometimos el volvernos a ver.

MI PUEBLO Y SU POLICÍA LOCAL

 



¿Y como sigue mi Pueblo?. Mi pequeño pueblo de 7.000 habitantes y con su 10% de guiris ingleses. Pues mi pueblo sigue igual, con esa cadencia de que parece que nunca pasa ni jamás ha pasado, nada de nada. Parece, porque la realidad es otra y si yo investigo un poco y tengo buenos contactos entre los cotillas que van  al bar en donde desayuno todos los días, entonces me entero que a fulanito ayer le pusieron una multa y por ir en su coche todo cogorza o que en casa de no se quién y que tampoco me importa, ayer hubo bronca y gritos y hasta hubo, hostias entre hermanos. O que robaron en la tienda una manzana y mira quién lo hizo, pues menganito y eso que tiene trabajo fijo.

Es un pueblo tranquilo y entrañable, pero entrañable lo puede ser todo, hasta lo puede ser un pequeño nido de víboras. Así que nada de dejarse llevar por la apariencia y mira que pueblo tan bonito y apacible. Y porque no es verdad, por dentro hay inquinas y malos pensamientos. Hay envidias vecinales, hay espías de las desgracias ajenas y hay quienes ejercen de periodistas y todo lo publican en el periódico local. Y hasta hay Policías Locales (que son mi debilidad) y que son unos sabuesos investigadores y que quizá son los más listos del pueblo y de toda la Isla y si me lanzo un poco más, puede que del mundo entero.

Ellos circulan calles y calles y en busca de pistas para resolver sus complicados casos que todos los días, se les presentan. Y eso es un esfuerzo ímprobo pues tienen que arrastrar sus pesados cinturones. Sí, de esos que llevan colgado de todo, desde  radio macuto hasta el cortauñas y las esposas. Y andan como los vaqueros malos o sea como los pistoleros con dos pistolones, pues dado el volumen de su cinturón  cuelgalotodo, llevan las manos separadas del cuerpo o de la pelvis y como si en cualquier momento, fueran a sacar la pistola de su funda. Eso está bien, porque tienen que estar atentos y si se mueve una hoja, pues antes de la siguiente respiración, ellos han disparado y varias ráfagas seguidas. Y ya está, pues al final la Policía Local ha resuelto un caso muy complicado, se podrá leer al otro día en la prensa local. Y eso hay que saber agradecerlo y por eso desde aquí les mando saludos y les mando mis felicitaciones, pues es muy sencillo mi argumento: yo sin Policía Local no viviría. Sería imposible mi existencia.

ANOTACIONES ESCATOLÓGICAS

 

Y mi pueblo, tiene más cosas de las que he dicho anteriormente. Mi pueblo tiene bares y terrazas y los bares son como todos los bares de todos los sitios, cuatro mesas más o menos simétricas y una larga barra y puesta en plan abrevadero. O sea, allí se va a privar y no a ver arte, ni cuadros, ni joyas, ni siquiera se va a ver caras bonitas. Y en tal caso, se cuelgan cinco baratijas de los chinos y eso sí, con su bonita capa de grasa que la recubre y con eso llega y sobra. Que un bar es un bar y lo importante en un bar es que no falte de nada susceptible de ser bebido y si pides un vodka de la marca "La perestroika", pues que lo haya y en abundancia. Y que los wáteres de los Bares conserven su aire con sabor añejo y no puede faltar los meaos por el suelo, ni esa avellanita de mierda que tiene que haber en la taza de un water con un prestigio reconocido. Ni que falten los óxidos y la falta de jabón, pues para que coño quieres jabón, si solo te has meado en la mano. Además, quién te manda mearte en la mano, guarro... que eres un guarro.

Y que no falten esas pintadas que hay en la puerta de todos los wateres de alto abolengo y con sus "te quiero Ana" y el consabido "yo estuve aquí".... y a mí que coño me importa que estuvieras ese día en éste puto water asqueroso. Pero que sería de un water de un bar sin todos estos complementos, pues sería un water en plan aséptico y sin filosofía pura y dura. Hay que ser muy tonto para no darse cuenta que el water de un bar está lleno de sabiduría popular y que todo tiene su orden y su porqué.

 Y eso que ya jodieron una parte del tinglado, pues ahora pusieron tazas para cagar y mear, pero eso en mis tiempos era inexistente y había un agujero en el suelo y adonde tenías que apuntar la cagada. Y eso tenía su arte, pues si cagabas de lleno en el puto agujero, al caer el zurullo sobre ese agua asquerosa y con mezcla de meados, al caer te salpicaba el culo y eso normalmente, te cortaba la cagada. Y si por el contrario, apuntabas escorado y te desviabas demasiado hacia un lado, pues se quedaba toda la mierda pegada en el borde y eso no era fácil de limpiar. Por tanto había que saber apuntar y cagar justo en el filo del agujero, rozando el borde y así amortiguabas un poco la caída del misil. Y mientras y para veáis que todo tiene un sentido, te deleitabas leyendo la literatura de la puerta. Y "él yo cagué aquí" y eso la verdad, es que llenaba de orgullo mi cagada, pues otros camaradas también habían cagado en el mismo water que yo y eso...y eso...me llenaba de orgullo. 

LA VIDA NO ES FÁCIL


Y dicen que la vida es fácil. Y yo sinceramente no la veo tan fácil. Hombre, la veo asequible, pero no fácil y asequible significa, que hay momentos buenos y otros peores y otros que son malísimos y buenísimos. Los que más escasean son los momentos buenísimos, pues repasando mentalmente te sobran los dedos de una mano y si te pones radical, te quedas con dos o tres hechos. De todas maneras, querer sintetizar una vida como hace la historia oficial y poner un año y una fecha a cada gran acontecimiento (y sea bueno y sea malo) que has tenido, tienes sus puntos débiles. Pues una vida no es un resumen de hechos positivos y negativos, pues cada uno de ellos tiene su entorno determinado y sus porqués y sus razones de ser. Y es más, un hecho importante que hiciste hace 20 años, no te puede definir como persona, pues después has actuado y un millón de veces de forma completamente distinta. 
Claro que hay hechos que te marcan y que son como hachazos que has dado en tu vida y esos son hechos cualitativos, es decir son grandes saltos y que cambian el rumbo de tu vida. Y entonces, ¿como resumir una vida?. Bueno pues para eso se hacen las autobiografías, esas que están tan de moda y que intentan explicar porque mi papi se emborrachaba como un cosaco y perdía el control de esfínteres y se cagaba en la sala de estar o meaba en la cocina y porque mi mami se cocía a pastillas y sobaba durante una semana y para no tener que escuchar al borracho de su marido. Después y más tarde mis papis se divorciaron y entonces tuve que vivir con un padrasto, que cuando podía me metía mano y me sobaba el culo. Y ya se sabe, me casé ocho veces y tuve 20 hijos y de distintas camadas y ahora ya ni me contratan ni para hacer una película de vampiros, pues eso, que me veo en la obligación de escribir mis memorias.
Y a todo esto le llaman, autobiografía. Y por supuesto que son cosas inventadas, pues el fin en sí mismo es sólo vender muchos ejemplares del libro y por tanto, ganar más pasta. Y para vender ejemplares hay que saber lo que pide la gente y si interesa poner cosas escabrosas, se ponen y se exageran y si interesa ser más humano y más sensiblero, pues resulta que el tío o tía que escribe es el colmo de la ternura y al cuadrado. Aparte que ellos no escriben nada, pues para eso están los putos que escriben por él. Los putos a los que se les paga para escribir y ellos son los que ponen las palabras y la imaginación. 

LA AMBICIÓN


Dudar es sano, pero dudar debe tener su tiempo y porque sino nunca decidiremos. Y si no decidimos no avanzamos y además mientras le damos vueltas y más vueltas, viene un capullo y decide por todos nosotros. Siempre los hay más avispados y ya me lo decía mi madre y cuando era pequeñito: "hijo tienes que ser más avispado, que sino te quedarás atrás y entonces, no serás nadie y serán un desgraciado fracasado". Bueno los consejos de mi madre siempre cojeaban de la misma pata... "hijo tienes que tener ambición y porque sin ambición nunca serás nada. Tienes que relacionarte y bien con los de la clase pudiente y hacerte el importante y sino lo eres, pues haces que lo eres". Claro que le hice poco caso y la pobre me vió años más tarde, encabezando manifestaciones, que de aquellas eran ilegales (vivíamos en plena dictadura). Menudo disgusto le metí.
Porque en el fondo lo importante no son las palabras, sino los hechos. Y es que a veces escuchas campanas y no sabes de donde vienen y si te dice tu madre, que debes ser ambicioso, pues lo eres, pero a lo mejor no coincides con ella, en donde y en qué aplicas tu ambición (dos distintos significados de la palabra "ambición"). Desde luego para mi madre, yo actualmente sería un imbécil don nadie y un fracasado de mierda y un frustrado que se ha equivocado de principio a fin. Bueno y como se ve, son distintas versiones de las mismas palabras. Porque vamos a ver, yo no me considero dios en la tierra, pero tampoco y para nada, me considero un fracasado. Esa necesidad de ser alguien y bajo el concepto tradicional, la tengo superada y  ahora, soy un don nadie médico que escribe lo que da la gana y que las dos cosas, las hace lo mejor que puede. Pues para mi esto, es más que mucho y es muchísimo.
Tengo las pelas las necesarias para ir tirando. El coche para llevarme de un sitio a otro. Los hijos para darles y que me den cariño y cuatro cosas más y que no explico porque serían demasiado guarras y ya está, ya soy Bruno al completo. Por el camino, quedan unas buenas dosis de sentimientos  que me han dado y que yo he dado o eso pienso. He tenido muy buenos amigos y que por diferentes circunstancias, los he perdido por el camino (no todos). Y he repartido y me han dado muchos besos y abrazos. También alguna hostia física y moral, he dado y he recibido.  Y por último, alguna traición también he cometido, pues es humano que alguna vez reniegues de tus principios, pero alguna vez y no muchas. Y al final el resultado, soy yo y como se dice...soy YO con mis virtudes y mis defectos. 

LA SALA DE ESPERA

A nosotros no nos perdona ni dios. Ni dios, ni el demonio, ni todos los ángeles del cielo y aún que sea en asamblea angelical. Vamos, que somos los pringados del espacio y los últimos de la fila. Y pensamos que somos imprescindibles y que sin nosotros no podrá evolucionar la Tierra. Si nosotros solo estamos aquí, en la Tierra, porque estamos a prueba y para ver si nos comportamos y por tanto, si merecemos la pena. Y eso que el programa de la vida es sencillo: nacemos, vivimos y nos morimos y por el medio hacemos alguna cosa más, por ejemplo hacemos la primera comunión, la graduación, el casamiento, las bodas de plata y oro y para culmen del asunto o sea como guindilla de la tarta, nos apuntamos a las excursiones del Imserso.
Y dicen las malas lenguas, que el Imserso es la antesala de la muerte o la sala de espera hacia el otro lado. Y en parte no dejan de tener razón, pues esas excursiones tiene algo de despedida o sea de último viaje antes del definitivo. Y como es una despedida hay quien prefiere hacerlo de forma colectiva y saltándose todas las reglas hasta ahora, aprendidas. Pues también tienen su parte de rebeldía: comer como cerdos y beber hasta reventar, las medicaciones directamente  por el water y si se puede ligar, pues se liga y aunque sea con la sonda colgando (pero el ligar está en el último puesto de esa lista). Es como el último engaño, yo no tomo medicación de nada, pues estoy sano como un roble y ni soy hipertenso, ni hostias benditas y además yo la controlo, cuando quiero me la subo y cuando quiero me la bajo.
Pero bueno, ¿qué celebración colectiva no es un puto pufo?. Pues si vas a una Boda, todo es pura hipocresía y quién quiere creerse el cuento, se lo cree y el que no, pues no. ¿Y un bautizo y una primera comunión?. Es más del mismo cuento, pero en otra vertiente o en otra variable sobre el mismo asunto. La hipocresía social, es nuestra realidad en los grandes eventos y cuanto más grandes más hipócritas son. Pues como somos seres inseguros, nos inculcamos de normas y hasta las normas se las ponemos a las celebraciones. Y así pasa, el que no hay celebración social que no resulte una puta parodia. Normas y más normas que desnaturalizan las cosas y las hacen completamente artificiales.
Los grandes eventos, son fuegos de artificio o son como un pedo mal echado, de esos que no huelen pero que sí manchan y como manchan. Pero como la vida no es una puta línea recta, siempre hay una curva peligrosa y por esa misma curva es por la que podemos y debemos coger la puerta. Hay otros mundos y que son distintos, sin reglas, ni nada que los someta a las manos del hombre.
Pero bueno, yo tampoco soy perfecto y es que además no pretendo serlo, pues también me gustan y amo las imperfecciones. Las imperfecciones hacen más atractivas a las personas. Y en cambio los perfectos me ponen de los nervios. Pero eso no es óbice para saber de que va el asunto y si hay demasiada hipocresía también es mi deber decirlo, pero tampoco hay que creérselo a pies juntillas. Solo son referencias o ideas generales y que la gente se les aplique como mejor le venga, y digo la gente y Yo, por supuesto. Y el que no quiera pensar, ni leer, ni escuchar, pues ya sabe, que siga así, pero siempre siga su puta línea recta.

ESAS PALABRAS

 


Y si todo fuera más fácil
y si la vida también lo fuera,
todo sería distinto a lo que es ahora
De alguna manera
esto se ha ido  complicando
o se ha hecho más difícil, si cabe
y hasta lo más sencillo ya no es tan fácil,
no es fácil decir un simple hola
o un hasta luego o un hasta nunca
sin que ello, no te duela,
y no por el hecho del saludo
o de la despedida,
sino, por las mismas palabras,
pues ahora esas palabras me hacen daño
y son como martillos en mis oídos
o como una mosca dentro de mi oreja,
y es que esas palabras,
son injurias, son insultos, son mentiras,
y son estupideces con forma de letra,
y se dicen y se hablan y se escriben,
y por eso y con perdón, 
he perdido la fe,
y ya no creo en el lenguaje humano,
ni en su sintaxis, ni en su abecedario,
ni en sus tonos, ni en sus fáciles pareados,
ahora, solo creo en los gestos primarios
y por eso...,
creo en tus besos, 
en tus abrazos,
en tus susurros,
y sobre todo, 
creo en el poder de tus caricias.

EL PUTO PUFO Y YONQUIS


Tengo una sensación extraña, bueno a lo mejor no es tan extraña y no soy el único que la tiene. Tengo sensación de Pufo o sea que todo es una gran estafa, sobre todo los servicios y empresas a los que no les ves la cara y el contacto tuyo con ellos, es a través de internet o por vía teléfonica. Pues a veces me da la sensación de que esa empresa es totalmente inexistente o que te ofrece unos servicios que son un "puto pufo". Y me viene esa imagen de circo ambulante, hoy te ofrezco esto y después desmonto el chiringuito y me voy de ese sitio y cuando quieres reclamar por lo que sea, te dejo colgado.
Bueno, pues eso, que se me estropeó el buga (se me está cayendo a cachos. Esto era en el 2.014))  y tuve que llamar al seguro del coche, y para que lo llevara al Taller más próximo. Y llamo a las 8 de la mañana y ya te dicen, espere un momento que están todas las líneas ocupadas y mientras te cuelgan una música pachanguera de chumba, chumba. Yo empecé a pensar que esas horas no podía haber muchas llamadas y entonces me vino lo de la idea del "puto pufo". entonces empecé a envolver mis pensamientos, ¿y si es verdad que de varias líneas telefónicas un huevo y todas esa líneas las veía confluir en solo una y con un solo telefonista y para eso, medio colgado?.
De repente pensé que a lo mejor su centralita era de un sólo y único teléfono y que estaba en medio de un monte y metido en una profunda cueva escondida del ojo humano. Y el tío telefonista, era en realidad un yonqui y al que la empresa le ofreció su manutención a cambio de que el tío contestara las llamadas. Ya sabéis mientras se desenmona, el tío tiene que hacer algo a cambio.  Claro que cuando comunica, nunca se sabe si es porque esa línea está ocupada realmente o es porque el yonqui se está poniendo un chute.
Porque la calidad de la llamada era bastante deficiente y el tío sabía de seguros como yo sé de la vida, o sea, nada de nada. Bueno no debo andar tan descaminado, pues los yonquis y sobre todo las organizaciones que tratan su puto y doloroso mono, por ejemplo en Cádiz había y hay una, que se llama Reto, que se encargaba de las Mudanzas y de recoger trastos viejos, pues pasaba que llegaban cuatro colgados en un furgona un poco maltratada (para no desentonar demasiado con los cuatro colgados) y con cara de deprimidos del inframundo, te recogían o te llevaban los encargos y con esa desgana tan propia de los enmonados en su apogeo de pasar de todo (menos del caballo, claro).
Porque una cosa es verdad, a los yonquis les quitan de la droga y hasta aquí muy bien contado el cuento, pero estos señores sin droga, son unos espectros de lo que fueron, alicaídos, desganados y sin alma, ni espíritu. Vamos, que te quitan las ganas de salir de la droga, por lo menos con ella... tenían nervio, quizá demasiado, eran un pedazo de cabrones desalmados, pero tenían una razón para vivir y era el conseguir el siguiente chute. Siempre me pasa lo mismo, los yonquis ya tratados y convenientemente desinfectados (de broma) me producen la misma sensación, parecen que le han aspirado el alma yel cerebro y solo les han dejado el chasis en precario. En fin, que se quedan en estado de zombies o de muertos vivientes y hasta ahora no veo ninguna terapia, que les haga recuperar el alma y su espíritu. Bueno y por suerte, no siempre se cumple ésta regla y hay algunos que recuperan el alma y hasta se comen el espíritu y miran a la vida a la cara.

Lucía Etxebarria

 

A partir de cierta edad ya no puedes decir. "nunca he sentido algo así". Cuando eres joven sí puedes decirlo, e incluso, probablemente, en muchas ocasiones, sea la verdad.

Pero ya has experimentado el deslumbramiento de la adolescencia, esa sensación de estar subida constantemente en carrusel, y en un caballito que sube y baja.

Y ya has vivido la juventud, aquellas noches inacabables en las que todo era sexo y sudor
Y las mañanas de sábado que pasabas en la cama sin tener que preocuparte por atender a ningún niño o a ningún familiar,
La dulce indolencia autocomplaciente de vivir centrada en ti misma y en la persona que está a tu lado.
Y un poco más mayor, ya has vivido la tranquilidad doméstica, esa rutina agradecida en la que no tienes miedo de que la otra persona te deje, porque sabes que no te va a dejar, porque sabes que cada noche, cuando llegues a casa , sus zapatillas van a estar exactamente en la misma esquina.
En fin , a cierta edad ya lo has vivido todo. Y no puedes decir algo como "nunca había sentido algo así"
Porque la otra persona , a mínimo que tenga dos dedos de cabeza, va a devolverte una mueca escéptica.
Pero sí que puedes decir " hacía mucho tiempo que no sentía algo así"
O incluso puedes decir "pensaba que nunca iba a volver a sentir algo así".
Pensaba que nunca iba a volver a sentir algo así, un deslumbramiento de relámpago.
Pero sé que el relámpago se apaga en la sombra.
Luego la oscuridad, tranquila y conocida. Después del brillo de un instante, la oscura soledad donde batallo.
Pensaba que nunca iba a volver a vivir algo así.
Pensaba que ya lo había vivido todo.
Lo todo que es el colmo de la nada,
el todo que se basta.
La hoja ensimismada en el otoño.
Madura y preparada para su caída tranquila
Ya batallé en mis guerras y me lamo las heridas.
Yo recogí mi corazón perdido
Soy una desertora entre las huestes que asaltaron el sexo.
Soy una desertora del ejército de mujeres que perseguían a los hombres imposibles.
Y te vi marcharte desde la ventanilla.
Vestido de blanco inocencia.
Apenas atisbé la despedida azul de tu mirada.
Y ahora mi deseo es como un niño que no juega
Para que no se rompa su juguete

Mundos botánicos. Antonio Muñoz Molina

Para las personas de imaginación aventurera pero de carácter perezoso el mejor sustituto de las expediciones novelescas que no llegarán a hacer nunca son las visitas a los jardines botánicos, más que los libros de viajes. Sin duda hay un placer extraordinario en leer las aventuras de Shackleton en la Antártida, o el diario del capitán Franklin en los hielos del Ártico, o seguir en una buena biografía los itinerarios del capitán Cook, que llegó a Tahití cuando parecía el paraíso terrenal y avanzó mucho más al sur de lo que se había atrevido nadie, vislumbrando entre nieblas de tormenta los acantilados antárticos, o caminar por las soledades de la Patagonia o de los desiertos de Australia en las páginas de Bruce Chatwin. Pero el contraste entre el nomadismo esforzado de los relatos y el confort de la lectura es demasiado grande como para dejarle a uno la conciencia tranquila, y después de todo leer es una tarea demasiado sedentaria y demasiado intelectual, que debe ser compensada de inmediato con el ejercicio físico, para evitar ese peligro de desequilibrio entre la vida real y los mundos de los libros del que fue tan consciente Cervantes.
Un buen jardín botánico es la solución perfecta. Los árboles de los trópicos o los del Himalaya o los de las islas del Pacífico se ofrecen a la mirada y al tacto de uno y le regalan su exotismo, sin la penosa servidumbre de los animales en las jaulas tristísimas de los zoológicos, y desde luego sin los padecimientos pavorosos del explorador que se abre paso entre los pantanos y los mosquitos de una jungla, o el que se juega la vida escalando una montaña. En un botánico, a diferencia de en la naturaleza, cada árbol y cada planta tienen un letrero con su nombre científico y su nombre vulgar, lo cual es un placer para quien disfruta de la sonoridad de los bellos nombres latinos y un alivio para el aficionado ansioso que no sabe ver de verdad una planta o un pájaro si no puede nombrarlos. El problema es más grave en la literatura en español, y quizás más todavía la española, en la que la naturaleza, con raras excepciones, tiene una presencia vaga y general o directamente no existe. Nosotros no hemos tenido un Wordsworth, un Thoreau, un Robert Frost, un William Carlos Williams que celebren con precisión de naturalistas la riqueza botánica del mundo. Tenemos, desde luego, a Antonio Machado, a Miguel Delibes, a José Antonio Muñoz Rojas, pero la nuestra es en general una cultura poco permeada por las ciencias naturales, en la que cualquier referencia no alegórica o despectiva al campo, a los paisajes, a los jardines, queda cancelada por el miedo a la cursilería, o peor aún, al costumbrismo rural.
Hablo por experiencia propia. Yo creo que no me fijé de verdad en una planta hasta pasados los cuarenta años. Por miedo a parecer paletos, los fugitivos del campo cultivábamos con vehemencia el esnobismo de lo urbano. Era parte de esa negación algo neurótica del pasado que suele afectar a sociedades que se modernizan tardía y atolondradamente, y destruyen y malvenden a cambio de baratijas lo más valioso de su patrimonio popular. Por fortuna, los jardines botánicos, como algunas obras maestras de la literatura, no se dejan afectar por las tonterías de las modas culturales, y esperan con paciencia a que uno llegue a la madurez necesaria para disfrutarlos. El tiempo de los árboles es más lento y mucho más largo que el de las vidas humanas. Los científicos y los jardineros que los cuidan están menos sujetos a las veleidades del gusto que los artistas o los literatos, menos ansiosos por halagar al público. Los jardines botánicos tienen el mismo origen ilustrado que los museos nacionales, que las bibliotecas públicas y que las instituciones públicas de enseñanza. Como nacieron en la época en la que el conocimiento formaba parte del impulso general de la emancipación humana, y en el que la curiosidad científica era uno de los placeres de la imaginación, los jardines botánicos son simultáneamente lugares de investigación y de recreo, parques públicos y laboratorios, espacios de retiro y centros de enseñanza. En un país tan arboricida y tan poco hospitalario para el saber como España, cada vez que uno entra a un jardín botánico le dan ganas de pedir asilo político.
En el Botánico de Madrid hay una armonía geométrica de parque francés del siglo XVIII. La primera vez que entra al de Lisboa el visitante novelero siente enseguida que se sumerge en un bosque, en una selva tupida pero también apacible, con dragos de Madeira y araucarias y casuarinas gigantes de Australia y Nueva Zelanda, con palmeras altísimas que oscilan como mecidas por un viento del Pacífico. El Botánico de Madrid es plano y de ángulos rectos: el de Lisboa está en cuesta, y sus senderos son sinuosos, de manera que las perspectivas están cambiando siempre, y hay momentos en los que uno se encuentra completamente rodeado por una vegetación tan densa como la que atravesaban a machetazos los exploradores de los antiguos libros de viajes. En el Botánico de Lisboa, cuando el viento ha arreciado, el rumor poderoso de los árboles borra por completo los ruidos de la ciudad. Salgo de él al cabo de una visita de una hora y es como si volviera de un retiro en una montaña y de una expedición.
Fernando Pessoa escribió que se bajaba del tranvía después de un breve trayecto con el mareo de un viaje al otro lado del mundo. El viaje más exótico de mi vida, y también uno de los más confortables, lo he hecho yo en poco más de un cuarto de hora, en el tranvía número 15, entre la parada de la Praça do Comércio y la de Belém, que me ha dejado a unos pasos del Jardim Tropical, una mañana de domingo entre soleada y nubosa, en este clima que es lo bastante húmedo y lo bastante templado para que prosperen en él plantas que no resistirían los inviernos de Madrid. En el Jardim Tropical hay ficus australianos de cortezas como lomos de paquidermos, de extrañas ramas que cuelgan como estalactitas, de sistemas de raíces que se hunden en la tierra como vastas copas invertidas; hay pavos reales y grandes gallos portugueses de porte arrogante y cresta roja; hay invernaderos abandonados que parecen ruinas de puestos coloniales devoradas por la selva; hay pérgolas con azulejos de tigres, de leones, de elefantes y de gacelas; hay pórticos con tejadillos chinos que dan paso a jardines secretos en los que crecen árboles de Macao y de Goa; hay palmeras decapitadas como columnas de templos emergiendo en la jungla; hay un palacio de amplias estancias sucesivas donde se guardan tesoros cartográficos de la época colonial, anaqueles con muestras de semillas, láminas de plantas disecadas, estanterías de una xiloteca en la que en vez de libros se guardan ordenadas más de tres mil muestras de maderas. En la luz cambiante, en el sol y el nublado, el bosque era unas veces umbrío y otras luminoso. De vez en cuando me cruzaba con alguien tan hechizado como yo. De un botánico así se salen con ganas de escribir un libro de viajes.

¿CULPABLE?


¿Culpable?. Qué es esa palabra que se usó tanto y tanto y quizá se usó en demasía. Porque ser culpable, antes se utilizaba mucho y ahora en cambio se usa siempre matizándola y poniéndole dejadillas o palabras que amotiguan la culpabilidad. La escuela actual de Psiquiatría y de Psicología tienden a usarla poco y entonces no hablan tanto de culpabilidad sobre tus hechos o actos, sino de responsabildad. O sea tú no eres culpable, eres responsable de tus actos y su intención es clara y evidente, es el intentar quitarte esa mordaza de angustia que tiene la culpabilidad. Pero no deja de ser un poco complicado. Porque yo me siento culpable de algunas cosas y englobo a todas, a las buenas y a las malas y ahora en cambio, tendría que decir que no me siento culpable, pero sí responsable (pero mentiría, pues yo me siento culpable culpable de algunas).

Tiene cojones la cosa y todo para quitarte el sentimiento de culpa. Y en cambio de definirte de esa forma tan complicada y en que no soy una cosa y que soy la otra y quizá no tanto, no se podía encontrar una palabra más adecuada y que no ahorrara tanta guerra de matices. O ¿es que no está del todo claro la cosa? y por eso siguen usando culpable pero con todos esos colgajos de matices que intentan camuflar la culpabilidad. Aparte que no sé donde nos lleva éste asunto y porque sino te sientes culpable, entonces qué, ¿te encuentras satisfecho?. Los términos son la polla en verso y es imposible quitar el peso que lleva la palabra culpable y ese peso se llama tener sentimiento de culpabilidad.

Y ya puestos y lo digo sinceramente, a la culpabilidad no le encuentro su punto negativo y otra cosa muy distinta es que te recrees en la mierda de la culpabilidad con toda su dosis de angustia y miseria. Pero eso pasa con todas las cosas, pues si te sientes contento y te pasas de la raya, al final resultas ser un empalagoso de mierda que siempre se está riendo, ¿o no?. Y es que si uno ne se siente culpable, ¿a quién le vas a pasar las cuentas? Y las cuentas hay que pasarlas siempre. Porque si no, acabarás culpando al vecino y por el simple hecho de que vive pegado a tu casa. Si tú eres o te consideras culpable hay que chupar y mamar de ello y joderte y sentirte deprimido. Joder, que la vida no es una fiesta y ji, ji, jí y ja, ja, já y todo es divino. La vida es como es y tiene sus partes positivas y que son a tope de buenas y en cambio otras son de chupar rueda y de joderte dentro de una poza negra. Por tanto y concluyo, hay de todo en la viña del señor y sin jodernos bien jodidos...nunca sabremos realmente lo que es bueno y positivo.

Y ES QUE PARECE MENTIRA


Y es que parece mentira,
que yo diga y  piense que la vida es así,
así de dura, así de fría y así de jodida.
La vida es demasiado fuerte para el débil
y es demasiado vital para el que se viste de triste,
y yo tengo en mi casa mi traje de batalla,
y unos cuantos ramilletes de flores,
no sé si esas flores son salutaciones a un nuevo día
o son para depositar en las tumbas de los que han caído,
pero que me importa para lo que son,
yo con mi traje de batalla me siento cubierto
y estaré siempre dispuesto a caminar de cara y de frente
y hacia esa luz que siempre aparece a lo lejos.



SOBREVIVO

 


Y es que no sé donde me encuentro,
no sé, si estoy perdido y sigo vivo,
o es que solo soy un superviviente,
porque cuando me aprietan demasiado
al final, me acaban haciendo daño.
Mi sensibilidad es un asunto delicado,
aunque parezca que soy fuerte
y que nada me hace daño,
es una fachada o es una coraza
o es la máscara de andar por casa,
pero por dentro soy mantequilla derretida
y soy un capullo que a veces florece,
y entre dos aguas...vivo,
y entre mis dudas...sobrevivo.



CULTO A LA PERSONALIDAD Y OTROS CULTOS MÁS PEQUEÑOS

 





















Claro que cada uno se siente el prota de su película, estaría bueno que fuera lo contrario. Pero bueno hay gente para todo y los hay que viven de ser esponjas del prójimo y eso es lo que les da su identidad. O sea por si solos, son algo pero no tanto, pues la razón de su existencia les dice que tienen que tener a alguien al lado y bajo su mando. Hay gente que nació con las ideas claras  y ya en su estado embrionario miraban de frente y con esa mirada segura. ¡Joder!, todos tuvimos amigos o conocidos que eran así, así de mandones, así de manejistas y así de preclaros.
Y digo de preclaros y no claros, si fueran claros, serían más traslúcidos y más relajados. O sea que son oscuros para lo que quieren y son claros si el fin lo merece y éste es la diferencia y  es una diferencia cualitativa. Algunos buscaban el ser el líder del grupo o como se decía antes, de la pandilla y se volcaban en intentarlo día sí y día también. Otros en cambio se limitaban a buscarse una pareja y a ejercer el mando sobre ella y con mano dura. La tía iba detrás y como una ovejita asustada y cuando le preguntabas su opinión decía que primero había que preguntárselo a Jorge o a Manuel o como se llamara su amo. Y hablo de tíos con vara de mando, como podía hablar igualmente de tías dominantes, pero desde luego éstas últimas, son minoría.
Y así se les llamaba y se les llama, tíos o machos dominantes. Los que triunfaban en su pareja y por sus cojones de macho, no siempre acababan dominando a la manada o  al grupo (son ambiciosos y egocéntricos) y cuando esto les pasaba, el tío se ponía más tirano con la tía y porque se sentía frustrado y por querer ser bicho de altos vuelos. Eran y son muy dados a que sino se les reconoce socialmente y como líderes de la manada, tendían al cuchicheo contínuo con su pareja y supongo que era para reafirmarse delante de la tía. Véis estos no me entienden y no se dan cuenta de que yo soy la hostia y ella le decía y siempre en el mismo ton sumiso, claro sí, si ellos no saben como eres... cariño. 
Hablan del culto a la personalidad de los líderes políticos y no se habla de estos pequeños cultos y además, qué levante la mano el que no ha visto alguno. Después y más adelante y de tanto apretarle la tuerca a la parienta, se separan con inusitada violencia de macho cabreado y buscan a la siguiente víctima para su vampirismo. Y lo peor de todo, ¡es que siempre la acaban encuentrando!.

LUNA

 


Claro que cuando eras niño alucinabas más con las cosas. Es decir, ahora alucinas menos, pero no porque el cerebro se te atrofie ( a algunos sí que se les atrofia), sino porque ahora sabemos mucho más que cuando éramos niños y por tanto es más difícil el alucinar con algo muy elemental y sencillo. Me acuerdo que  de chaval yo alucinaba con la vida y  quería descifrar sus secretos y por ejemplo, quería saber de donde salía la fruta y los productos de la huerta. De todas formas con lo que yo más alucinaba, era con los Injertos. En la casa de veraneo teníamos muchos árboles frutales y mi padre tenía un acuerdo con un paisano del pueblo, el tío curraba la tierra y se llevaba parte de la cosecha por ello (Ahora que lo recuerdo, no sé si era un acuerdo o una explotación solapada).
Cuando era época de injertar árboles, yo era una ladilla pegada a su lado, era su sombra. No me despegaba del tío para nada y le preguntaba todos los detalles y para saber como podía un árbol cambiar de fruta y de hojas, pues me parecía increíble que un árbol pudiera cambiar de personalidad y dar otra fruta distinta. También me encantaban los entresijos de como  se hacía el vino. Y cuando se trasegaba el vino de barrica, me pregunta más profunda era porque había que hacerlo con determinada luna. Pero bueno, como explicación siempre me dieron la misma, porque el trasiego del vino hay que hacerlo con esa fase lunar determinada y porque sino el vino se picaba... y ya estaba todo explicado. Pero bueno, seguimos más o menos igual, pues sabemos que la luna influye en un montón de cosas, pero no sabemos el porqué y el como.
Porque la Luna influye en los humanos y la luna llena pone más locos a los locos y hasta a algunos hombres los transforma en hombres lobo. Además influye en las mareas y por tanto en los mares y si influye en lo mares, también influye indirectamente en nuestro carácter. Pero el nivel de desconocimiento sobre la luna es casi igual ahora que hace 50 años, es el mismo o es parecido y solo sabemos que la luna influye y es importante para un montón de cosas, pero no sabemos su mecanismo intrínseco de funcionamiento.
Y sólo hablo de la Luna y no hablo del Sol y demás astros celestiales, pues aún menos idea tenemos. El Sol nos calienta y las Estrellas iluminan el firmamento y nosotros tan contentos y tenemos un gran mundo ante nosotros y un gran mundo que aún está ahí y por ser descubierto. Al final en realidad, no sé lo que prefiero, si colmar mi curiosidad o si dejar que ese mundo tan mágico siga tan tranquilo, pues ya sabemos como somos los humanos, descubrimos algo y nos hacemos los propietarios y acaba la luna dividida en parcelas. Después solo viene la explotación de los recursos y por supuesto, la de sus habitantes lunáticos. Y ante ese pensamiento, yo prefiero seguir en la ignorancia y joder mi curiosidad malsana.

¡ASÍ ES LA VIDA Y ASÍ OS LA CUENTO!

 



Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Eso me pasa a mi, que de tantos cabezazos que me doy contra las paredes, que tengo una fisura en mi cráneo y por ahí empiezan a salir mis sesos. Y he dicho sesos y no sexo, el sexo sale por otro lado. Como esos curitas que en tiempos vendían los portugueses y que les tirabas del hilo que iba por debajo de la sotana y se empalmaba el curita y por tanto se levantaba su tienda de campaña. Ya sabían los portugueses de que iban los curitas, vamos como lo sabemos todos, pero somos como somos y al final, nos callamos guardando el secreto.
Me acuerdo que una prima lejana y tan lejana que ya no me acuerdo de su nombre, pues se lió con el curita de su pueblo, que debía tener 200 habitantes. Los dos debían rondar la cincuentena y el cura que era un salido de pelotas, se debió enamorar de las delanteras de mi prima, pues eran grandes y espléndidas. Y al principio no pasó nada, bueno supongo que estarían ocupados follando en la cama, en la Iglesia y hasta en la pila bautismal. Pero al pasar un año el curita y mi parienta, empezaron a cabrearse entre ellos ( lo lógico y lo humano después de ese tiempo), y con cada cabreo el cura desaparecía un par de días. Y así hasta que alguien descubrió que el curita, seguramente lo descubrió alguien que también se iba de putas, cuando se cabreaba, se iba de putas y allí se follaba hasta las farolas.
Y como tonto no era, pues pasaba que de cada vez se cabreaba más veces y en consecuencia, aumentaba la frecuencia para irse de putas. Y parecía tonto cuando lo compramos y ¡manda carallo con el tío curita!. Pues no sé como acabó la cosa, pero me supongo que mal. En el fondo es el mismo mecanismo que utilizan los alcohólicos si en su casa y por la causa que sea, no se puede privar, pues montan una buena bronca por cualquier motivo (qwue en otro momento causaría risa) y se van de casa todo ofendidos y dando un sonoro portazo y para demostrar que están sumamente cabreados y después de salir de casa, se dirigen directamente al Bar y a privar como cosacos. Y es que además por el cabreo que cogen, ya tienen (hasta hay alguno que se lo llega a creer) un buen motivo para ponerse ciegos como piojos. ¡Así es la vida y así os la cuento!.

NORMALES (Irene Vallejo)

 


Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...