
Es que ya lo decía yo y lo decía en el último congreso de analistas internacionales, que mi pais y nuestro, se está escorando como una barca hacia la derecha y no sólo lo digo por el Gobierno, que ya se sabe de que pie cojea, sino y también, por nuestro queeridísimo rey. Ahora dicen que le tienen que operar de la cadera izquierda y el motivo es más que claro, todo lo que operaron hasta ahora, fue del lado de la derecha: la rodilla y su cadera y logicamnete se escoró y demasiado hacia la derecha y la izquierda se acabó resintiendo. Y ahora para compensarlo un poco y para que no se corra la carga del buque, lo vuelven a poner en dique seco y nunca mejor dicho, pues para operarlo tendrá que dejar, por lo menos unos días, de darle al vodka y yo sé que es vodka, porque el me lodijo.
Yo tuve mucha relación con el rey o con Juanca, éste último, el nombre familiar,sólo lo sabemos los que más lo conocemos y gracias a ser yo una eminencia en asuntos internacionales y por supuesto en geopolítica, pues llegué a conocerlo mucho. Y bueno cuando estuve en África con él de safari por la estepa africana y en esas noches de luna llena y con sonidos de aullidos y rugidos y al calor de la lumbre, él me contó muchas cosas y entre ellas, que el vodka es su preferido, incluso por encima de su querido Soberano.
Como no quiero cansaros con nuestro cuento africano, prosigo y solo deciros que ese safari, es en el que se accidentó cazando lindos elelfantitos. La Corinna vino después y justo cuando yo me iba. Pues eso, el rey fue cojeando y cada vez más de su lado derecho y a cada operación le seguía más inclinación hacia ese lado. Para calmar sus fuertes dolores derechistas, acudió en ayuda de su amigo Putín, que lo conoció en una de sus correrias y cuando se fue a Rusia a matar lindos ositos y todo porque quería sus pieles para hacerle una alfombra a su amada Corinna. Pues allí conoció a Putin y fue en un día de cacería. Putín estaba cazando en el coto de al lado y bueno, coincidieron los dos en un claro de un bosque todo blanco de nevado. Que bonito, verdad, bonito y romántico. Putín y el Rey en un claro del bosque y nevando sobre sus cabelleras.
Y Putín le dijo que después le invitaba a unas copas y a eso el rey no sabe decir que no y no sabe decir no porque no puede decir no, por lo menos no a eso, pues sino la botella se le aparece en su mente y entra con suma facilidad en delirium tremens. Pues eso, allí con Putín probó el vodka de verdad y Putín y como dice su nombre y como su fama le precede, le obsequió además con un surtidillo de putas. Lo de Putín le viene de eso, de ser un auténtico putero, pero en ruso lo de putero se dice, Putin. Es como Bacunín, que era el rey del vacuno y en ruso se pone igual, Bacunín. Más o menos, como hacen los indios americanos, los de las películas, digo, que un indio por ejemplo, corre mucho y le ponen flecha veloz, pues los rusos, le llamarían al indio, flechín. Me doy cuenta que he puesto un ejemplo muy didáctico y pedagógico y a lo mejor en otra vida, me hago profesor. El caso, que desde ese día el rey quedó prendado del vodka ruso y de las putillas como que no, pues ya previamente estaba colgado.
Pues ahora, nuestro querido Rey, tiene que volver a pasar por el cuchillo y para ello y previamente, se tiene que someter a una cura de desintoxicación o sea le irán quitando el vodka poquito a poco y hasta que deje de dar saltos o deje de convulsionar cuando no beba. Así es la vida y más si es la de un monarca, un monarca que vive del pueblo y para el pueblo, aunque más lo primero. Yo desde éstas páginas le deseo suerte y que la fuerza le acompañe y sobre todo que le acompañe para salir airoso de su cura alcohólica. Alcohol, he dicho alcohol, si el Rey no bebe, sólo traga. Yo no le llamo borracho al Rey, eso sería una ofensa a su realeza, yo sólo sé, que le tira el vodka y gracias a Putín tiene una buena caja de vodka todos los meses y que él y como decían las viejas en mis tiempos: "Yo tomo anís porque es muy digestivo", pues lo mismo, sólo lo toma para las digestiones pesadas. El problema está, que eso le pasa todos los días del año.
Pero a lo que vamos, más vale tener un monarca beodo, que no tenerlo, porque sino lo hubiera, ya estarían los rojos con su asalto a los cuarteles de invierno y con sus vivas a la República. Sé esto y sé muchas más cosas, pero no puedo contarlas todas a la vez, así que hasta otro día y bona nuit.