Hijo mío
con la ambición se llega al poder
decía mi madre
y no se cansaba de decirlo y a modo martillo pilón
y es que no serás nada, si no tienes ambición
Y había alguna que otra variante...
en ésta vida si quieres ser alguien
tienes que tener ambición.
¡Uy! si hoy en día me viera mi madre
sería calificado de fracasado para arriba
y no me hiciste caso
y ahora atente a las consecuencias
y nada de quejarse y porque tu mismo te lo has buscado.
Quejarme no lo voy hacer
y porque no tengo nada de que quejarme en este aspecto
pero sí que he tenido ambición en ésta vida
pero esa ambición ha sido y es,
muy diferente a la tuya.
Mi ambición fue encaminada a ser mejor persona
y dentro de ella no entra el concepto
de ser más que el resto,
de tener más pasta que el vecino de al lado
y de tener más poder que el resto de mis conciudadanos,
lo mío va más de igualdad social
y no necesito sentirme todopoderoso y por encima del resto
y porque en realidad,
me siento orgulloso de como he sido y de como soy.
Me llega
con revivir mis mejores recuerdos
con volver a sentir lo que antes sentía
y con mi orgullo a cuestas, siempre pediría un poco más
y con mis ganas de vivir y vuelvo a repetir
y con mi orgullo, la fiesta que montaríamos
sería cuando menos
¡que espectacular!.
Madre...no aprendí nada de ti
y tu famosa ambición ciega
acabó mucho peor de lo que tú pensabas
y después te mueres en un geriátrico sin nombre
o soy yo el que se ha olvidado de su nombre
y en un lugar perdido en medio de la estepa
yo me veo en la obligación de preguntarte
¿era esa tu famosa ambición?