Bueno hoy intento estar más didáctico y más suave que ayer o sea, estar menos agresivo y porque ayer me sentía un poco Atila. Después dicen que las cosas no cambian con los días y joder si cambian, ayer era un potro salvaje y hoy ¿qué soy?, desde luego potro domado, no soy, pero me siento un poco como la calma que hay después de la tormenta, suave, amoroso, tranquilo, reflexivo, pero a la vez, también lunático...porque la luna está en mi ADN y yo funciono según las fases de la Luna, está creciente y me crezco con ella, está menguante y yo menguo y si está llena, yo estoy pletórico de todo, de sentimientos, de pensamientos, de ideas y en general, de vida.
Y esto me lo he demostrado muchas veces y tuve que salir un montón de veces para ver si cuadraba mi estado de ánimo con la fase de la Luna y siempre, cuadró. Es como lo de las mareas del mar, sólo que al revés y si la marea está baja, yo estoy a tope de ánimos y si está alta, me siento menguado y aturdido. O como las putas estaciones anuales: si es Verano, estoy abotargado y algo atontado. Si es otoño y ya caen las hojas caducas, yo recupero mi estado de bienestar. Si es Invierno, pues hay de todo un poco, días gélidos que serán recuperados a golpes de estufa de leña y días de sol invernal, de precioso y adorable sol invernal, ese sol que me hace reconciliarme con la vida. Y si es Primavera y florecen las flores y los árboles, pues yo me siento dichoso con mi existencia y aprovecho para cargar pilas para el Verano.
Todo influye en nosotros y nosotros influimos en todo, en todo lo que nos dejan influir, que no pensemos que la vida es un chollo, porque siempre habrá algunos que se encargarán de intentar joderte la vida, pero bueno, eso venía en el contrato que firmamos nada más nacer, que tendrás tu vida, pero que la tendrás a base de no dejarte vencer y por eso, nos pasamos la vida luchando y para no caer rendidos. Ahora bien, el que piense que a los 60 años ya no tendrá necesidad de luchar, va de culo y sin frenos, porque hay que luchar más que nunca, porque socialmente ya te empiezan a considerar un sobrante, porque empiezas a ser un viejo y eso se traduce, en ser un estorbo que sirve de florero o de cuidador de los nietos. Y yo reivindico la vejez y me siento orgulloso de ser un viejo y más si éste viejo quiere, ama, desea, siente, piensa, dice, escribe y se enamora y no importa de qué o de quién. Bueno, yo a la vejez sólo le pondría un pero: se folla muy poco, porque dentro del concepto de la vejez está incluido que estés asexuado.