HOY (Poema)

Hoy mis pensamientos son gelatinosos
y eso que en apariencia son claros y directos,
y son lúcidos y pienso que brillantes,
 y cuando parece que los tengo en mis manos,
son como un puñado de arena
 y que se escapa entre los dedos.

Yo hoy no busco refugio,
ni busco un regazo amigo,
ni tampoco unas palabras de consuelo,
hoy solo me busco a mi mismo,
y si hace falta,
descenderé a las profundidades del Averno

.Y no tengo miedo,
¿porqué voy a tener miedo?,
si miedo es una palabra de 5 letras
y a todas podría darles la vuelta,
y entonces, hacer del miedo un estímulo,
o una idea romántica,
y así los dos juntos y de la mano,
pasear por las orillas de los ríos,
y nadar sobre lava de volcanes.

TORTURA DE VIDA (Poema)

Tortura de vida,
cadenas, grilletes y semáforos,
y humo, mucho humo,
humo denso y espeso
y humo de tubos de escape,
y millones de seres caminando,
son mareas, mareas humanas,
o dicen que son humanas,
pues andar si andan,
pero siempre andan buscando algo.

Tortura de vida,
y yo caminando sobre guijarros de punta,
o sobre ascuas incandescentes,
y mi alfombra es de rosas rojas,
y a cada paso,
sangre y sangre de mis pies descalzos,
y a cada pinchazo siento,
siento el placer que me da...,
que me da la penitencia del pecado.

Tortura de vida,
y tortúrame de noche y de día,
y no dejes nunca de torturarme,
porque el día en que no sienta dolor,
o que no llore con lágrimas,
ese día y ese mismo día,
yo sé..., yo sé que ya estaré muerto.

SOMOS SERES HUMANOS

Y hoy me preguntaba, ¿como se gestiona el dolor?. Y no hablo de dolor de cuerpo sino de dolor del alma. El dolor de cuerpo se puede gestionar con unos buenos analgésicos y si con ellos no llega, para eso está la morfina y sus derivados. Pero el dolor de alma, es diferente, pues es un dolor que muchas veces no se comprende y sino se comprende, simplemente se almacena. Y eso produce una aglomeración de dolores incomprendidos y eso cuando menos es curioso, pues por ejemplo, si hoy te encuentras triste, empiezas a tirar del hilo y te das cuenta que llevas triste desde hace unos meses.

Triste, deprimido o simplemente sin ánimo, todos son nombres diferentes para definir el mismo estado de ánimo, el que estás, ¡¡¡jodido!!!. Yo ahora pienso que sí, que estoy jodido y eso me complica las cosas. Pues no hay solución mágica: "estás jodido, pues toma sal de frutas" o  "estoy triste, pues tío, ríete". No, todo es más complejo y un estado de ánimo hay que respetarlo. Y eso se hace dejándolo estar y no forzando su salida. Es decir hay que saber gestionar el dolor del alma, cosa que no es fácil.

De alguna manera hay que saber disfrutar de ese estado y no huir de él a la primera de cambio. Si hoy estoy triste, voy a disfrutarlo y eso no quiere decir que me deje llevar a las profundidades subterráneas. Es igual que el estar contento, contento es más fácil de entender que hay que disfrutarlo, pero si te dejas llevar, puede que llegues a un estado eufórico. Y un estado como éste, no lo disfruta nadie y los de alrededor aún menos, pues la euforia es un estado donde no ves al resto de las personas, solo te ves a ti mismo y desde esa perspectiva que solo da el estar por encima del resto.

Somos humanos y lo somos para todo y no debía ser un obstáculo entre las personas el decir que hoy estoy mal o me encuentro bajo de ánimo y porque decir eso, no es una debilidad, al contrario es una fortaleza. ¿O que pasa? que tenemos que ser todo el día guais y guais del Paraguay. Pues no señor, tenemos que ser lo que somos y somos seres humanos y a veces estamos contentos y en otras, nos acompañan las penas y el que no lo comprenda, es que seguro que no es un ser humano. Será más bien como un payaso de un circo, que tiene que hacer reír aunque por dentro esté llorando.

NECESITO NAUFRAGAR SOLO (Poema)

Quiero que me dejes,
y que me dejes solo,
y solo ante un mar de pirañas,
sí, y mientras me encojo y sobrecojo,
pienso que yo no merezco la pena,
pues yo sé que hay vida tras mi puerta,
y que hay mar tras mi bañera,
y que hay horizontes afuera,
y amaneceres rojos,
y hay noches de luna llena,
y eso está ahí,
y eso está ahí, ahí afuera.

Quiero que me dejes,
pues yo no soy el que era,
ya no esparzo vida por las esquinas,
y ya no camino sobre los mares,
ni siquiera conduzco borracho,
no, ahora soy otra persona,
o soy la misma pero lo soy sin chispa.

Quiero que me dejes,
y que desaparezcas de la faz de la tierra,
ahora yo sé,
 que soy un ser destructivo,
y lo que toco lo quemo,
y que quemo lo que toco,
y quemo todo lo que veo,
y sobre todo,
quemo lo que siento,
y ahora siento eso,
y tengo esa necesidad,
pues,
¡YO necesito naufragar solo!.

DOMINGO 16 DE FEBRERO

Otro día ramplón y tirando a gris y es gris tirando a negro y es negro de cabreo. Es de esos días en que te levantas cabreado y no sabes el porqué, aunque quizá tenga que ver con que dormí fatal y después viene que te levantes tarde y empanado. Si señores es un día gris, gris como el cielo, gris como la acera gris y estoy profundamente cabreado. En principio, el cabreo lo diriges a todo lo que se menea, se mueve y tiene un asomo de vida. Después, ves que ya te pasas dos o tres pueblos y  es cuando empiezas a pensar que algo no funciona. O sea que viene la tercera fase, la fase de verte al espejo.

Y el espejo acaba de decirme que me mire más a fondo, pues mi cabreo es hacia mi mismo. Por tanto saco la conclusión que cuando uno se siente cabreado con el mundo es porque está cabreado consigo mismo y después simplemente se cabrea con los demás. Me di cuenta de ello, porque en el transcurrir del día, me pasé con mi hijo pequeño, el pobre solo quería hacer lo que le daba la gana o sea divertirse, pero..., pero no supe darle una alternativa, solo le brindé mi estúpido cabreo.

Si a veces las cosas más estúpidas se retuercen, o bueno y mejor dicho, tú las retuerces y lo simple se hace complicado. Con lo simple que era darle al aburrimiento de mi hijo una salida, y decirle hijo, ¡hoy vamos al cine! o coge el balón y nos vamos los dos a jugar un partido de fútbol. Pero no, no me salió eso, me salieron cuatro gritos desfasados. No sé, pero a veces pienso que uno burocratiza su vida, poco a poco y sin darse cuenta y se agarra a sus rutinas como un salvavidas. Y yo en el fondo, lo que no quería era tener que renunciar a sentarme aquí y ponerme a escribir.

Bueno visto lo escrito, creo que aún estoy a tiempo de rectificar y de cambiar la cadencia del día y ganarme de nuevo a mi hijo. Veis éstas cosas buenas tiene el escribir, que a medida que ordenas los pensamientos de tu coco te vas dando cuenta que  todo y absolutamente todo se puede cambiar y mira por donde aún estoy a tiempo. Aclaro que mi hijo pequeño no tiene nada de resentido y aunque no lo llevara al cine o a jugar al fútbol, yo ya sé que estoy perdonado. Pero lo que es el arrepentimiento, pues te das cuenta que ahora soy yo el que necesita perdonarme y para ello necesito ver a mi hijo más contento. O sea que me voy al cine y punto.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...