Hay días como hoy en que arrojaría la toalla y diría, me rindo y cambiaría de táctica y de estrategia para seguir viviendo. Otro rollo y otra historia, algo que rompa los moldes establecidos y me haga crear otros nuevos. Estoy como apenado, tanto trabajo y tan poco agradecimiento y no quiero aplausos, ni palmaditas en la espalda, sólo quiero muestras de cariño y muchos besos. Hay días en que uno se levanta mimoso y cariñoso y por mucho que uno lo niegue, al final lo tiene que reconocer.Bueno quiero negarlo, porque también por mucho que lo pida, nadie me va a dar nada y además así por la cara. El cariño, como todo, hay que currárselo y yo en eso, sé que soy muy cómodo y quiero cariño gratis y que me caiga del cielo. Tampoco es cuestión de salir ahora a la calle y poner cara de corderito degollado y porque eso no funciona, si funcionara ya estaría en la puta calle poniendo caras de pobrecito. Ya sé sabe, un poco de cariño y después y si cuadra un polvete compasivo y ya sería el día al completo.
Porque los polvos compasivos también son polvos. Y ya estamos de nuevo, se me va la olla y estaba hablando de cariño y ya me estoy enrollando con lo de los polvetes. Se me va la olla o la polla o se me van los dos cosas. Pues nada, que estoy necesitado en casi todos los aspectos de mi vida, pero eso no puedo decirlo así como suena, tendré que decir que no me falta de nada, pero que al verte me di cuenta de que nunca sentí tanto. Tengo que hacerlo así, porque no se puede ligar dando lástima, poder se puede, pero después haber quién le quita a la tía el complejo de madre. Yo no desde luego y habrá cariño de madre, pero olvídate del polvete.



