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ME ACUERDO MUCHO DE TI...



Me acuerdo mucho de ti,

me acuerdo tanto y demasiado de ti

y estoy seguro que cuando me muera

me seguiré acordando de ti.

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SU XIAOXIAO

 

CIUDAD DE LA COSTA UN POEMA DE LA CASA DE LA CIÉNAGA DE SU XIAOXIAO

 

 

 

ciudad de la costa

 

 

 

me trajo un autobús sucio y lento a la ciudad de la costa

brillaba

pálidamente engastada en un aire azul medio brumoso

la envolvía la oscura respiración del animal marino

 

durante días perdí el nombre

 

una habitación en la penumbra

apenas ventilada olía a furor extenuado me entristecía tanto

el sol repleto de súplicas

vertiendo cuchillos en el desierto de arena

esa costa vacía que recorren incansables los pájaros blancos

de la muerte

 

sola como un faro en el centro de la habitación

una calentura de niebla me reseca la garganta

y tiemblo

de las paredes se desprende la humedad en pétalos enormes

se amontan en charcos de agua fría sobre el suelo que cruje

al medio día me despierta el febril goteo del óxido

me encojo tengo sed casi no recuerdo nada pero siento el corazón

rebosante de cal

he seguido el rastro noches enteras el penetrante

olor a orina en las esquinas y la luminosa cinta de la música

entre los cuerpos

todos tienen el mismo rostro

y los ojos borrados chillan eufóricos bailan

los inmortales aún tan jóvenes tan demacrados y radiantes

creo que voy a reventar de amor sólo alcanzo a ver

sus bocas dulces abrasadas por el fuego transparente

del alcohol

 

 

 

Su Xiaoxiao

La casa de la ciénaga

 

SUEÑO

 


Yo sueño y por eso sé... 

que ahora estoy despierto.


Yo sueño entre sueños,

sueño dormido, 


sueño despierto,

sueño en cada momento de mi vida,


en cada minuto, 


en cada segundo,


en cada flor que germina


y en cada idea que me ilumina.



Y es que sin sueños ¿qué sería?


quizás una calabaza vacía y seca,


quizás arena del desierto,


o quizás sería simplemente YO


un YO en medio de un mar de sueños,


sería un sueño dentro de un sueño


y a su vez, 


dentro de otro gran sueño.

ESTOY JODIDO Y POR ESO...SONRÍO

 




Estoy herido...pero no estoy muerto del todo,

  estoy tocado...pero no estoy hundido en el pozo más inmundo,

   estoy jodido...simplemente... estoy jodido,

y porque no decirlo,

              me estoy acostumbrando a estarlo.


Me duelen los disparos y los trozos de metralla,

   me escuecen los ojos por falta de lágrimas,

    además, oigo aullidos en las noches de solsticio,

no sé, algo me pasa,

  algo que me desintegra en miles de colores

y que al mismo tiempo me hace sonreír...

y entonces pienso:

      estoy jodido y por eso... sonrío.


A veces, es la ironía

la que me hace sonreír 

y a pesar de estar jodido.

MASCOTAS

 


¡Buenos días! y lo de buenos. Esto es por decir algo...Hoy ardo entre mares de fiebres y tubos de analgésicos y me sube y me tomo uno y después, me baja y me vuelve a subir y me tomo otro y esperando que sea el definitivo y así vamos caminando por la senda de las fiebres de origen desconocido, que descartando a groso modo y porque no nos queda otro remedio.

Porque en medicina y en otros muchos temas (que ahora no corresponde tocar) el tema vírico es un saco sin fondo y en donde cabe de todo y más. Y como decía el otro ¡qué más da!...si al final te tienes que atiborrar de analgésicos y antiinflamatorios y hasta que el virus o lo que sea, le salga de sus pelotas salir de tu cuerpo y buscando otro huésped vecino. Hay que pensar que estos bichos viven de eso, de ir parasitando cuerpos humanos y se fortalecen chupando tus defensas y destrozando tus barreras inmunológicas y por eso de cada vez, se hacen más grandes y más agresivos. Y hasta hay algunos que de grandes que se hacen, coge su dueño y les acaba convirtiendo en mascotas.

Si al final, vamos a aterrizar en el tema de las mascotas, que en realidad me importa una mierda éste tema, pero ya sabéis que yo solo lo hago por dar el coñazo a los que pregonan que no hay amor más fiel que el de una mascota y ahí sí que entro y además, disparo. Vamos a ver, que a uno le guste su puto Perro o Gato tiene su pase, porque es su puto problema y que casi se enamore de él, también lo es...pero otro tema es hacer apología del amor hacia las mascotas y comparándolo con otros tipos de amor humano (como el amor entre dos personas o hacia tus hijos) y como si eso fuera posible de comparar...Bueno, para estos señores amantes de sus mascotas, eso es totalmente posible, pero lo es porque no tienen las santas narices de reconocer que han fracasado con las relaciones humanas y a modo de puto consuelo, se buscan el amor hacia sus Perros, Gatos o Boas constrictor.

Claro que...que no todos los que tienen mascotas lo hacen, porque hay algunos que ni te enteras que tienen un Perro o un Gato. En realidad y ya lo dije antes, a mi me da igual, pero lo que no soporto es que me hablen y me pregonen que no hay amor más puro que el que se tiene hacia una mascota o al revés. No sé...a veces pienso que dentro de su concepto del amor va englobada la fidelidad y te hacen o eso intentan, que confundas amor con fidelidad, obediencia ciega y sentido de la propiedad.

PEDRO ANDREU

 Pedro Andreu

 BOSQUEJO DE UNA BIOGRAFÍA DE CUALQUIERA

A los cuatro, me escapé de la guardería
para perseguir gatos abandonados en el parque.
A los diez le abrí la cabeza a mi mejor amigo
con un ladrillo: cien puntos. Y una vida extra de milagro.
A los doce nos desahuciaron del piso
y mi padre ocupó un motel abandonado a las afueras.
Nos daba de comer latas que calentaba
en un hornillo en el aparcamiento.
A los trece descubrí que la literatura
era un pájaro negro que devoraba por dentro
mis gusanos. A los quince me largué a Barcelona.
Y la guardia civil llevándome de vuelta a los seis días.
Y mi madre llorando. Y la única vez que me pegó mi padre.
Nunca me olvidaré del cinturón de cuero entre sus manos.
Hecho en España a mitad de los ochenta.
A los diecisiete conocí las drogas y el amor,
que corría sin cabeza por el patio, como el pavo
de navidad al que mi abuelo cortó el cuello
de un tajo con un hacha.
A los veinte abandoné una carrera y me largué
catorce meses a las playas de Bali a fumar marihuana
y a pensar que la vida era una carabela
portuguesa llamándome.
A los veintiséis enterramos a mi padre
debajo de una higuera.
A los treinta he vivido con la mujer más rubia
que nunca había imaginado.
A los cuarenta visito cada sábado a mi madre,
que vive en una residencia para ancianos.
Me la llevo a comer a restaurantes familiares
y dejo que me hable de la vida como si desde las afueras
todo fuera más nítido y lejano,
y a momentos parece
un perro que persigue su cola hacia el alzheimer.
A los cincuenta, el futuro me espera.
No sé si llegaré jamás a los sesenta.
Nadie quiere tener setenta y siete años,
cuando los días han de ser una escopeta
descargando cada vez más cerca de tus pies.
Mi abuela vivió ciento catorce años.
Parece que a la muerte le temblaban las manos con ella.
Y que tardó bastante en acertar su corazón de porcelana roja.

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...