Otro gran partido, otro que voy a ver y ya tendré que empezar a pararme, sino voy a tener partido todos los días y eso descerebra, la materia gris se tiñe de verde cesped y el cerebro va tomando forma de balón y sólo puedes hablar de fútbol y de Casillas y de Messi. Acabas al mismo nivel que los que hacen ese programa de la 4 , en que sólo hablan de fútbol y el tema principal es, si le salió un grano en el culo a Cristiano Ronaldo o Kaká ya no está contento. Y tiene espectadores acérrimos, son furiosos hinchas tribales y son lo que son, pero van dominando el cotarro y si se habla de fútbol está bien visto, lo que está mal es hablar de política o del Gobierno o de Siria o de todo lo que sea no hablar de fútbol.
Así que yo reclamo el fútbol y simplemente porque me gusta, pero rechazo el nazismo futbolero y rodearnos de bufandas, banderas y pancartas con los logotipos de cada equipo. Las banderas y demás parafernalia patriotera me superan y me meten miedo, me hacen recordar que hay miles y miles de seguidores que van detrás de un trapo pintado. Y eso ¿en que nos diferencia de los burros?, en que nosotros no tenemos cuatro patas, sólo tenemos dos, nada más ni nada menos, en lo demás un hincha- hincha, pero hincha futbolero, es igual que un burro detrás de una zanahoria.