MI TRIBU DE SALVAJES

                Sábado sabadete camisa nueva y un... y un deseo de ello. Resulta preocupante mi sed de sexo, me recuerda a cuando era pequeño y veía a los viejos salidos, ahora  entiendo sus desvelos. Yo pensaba que de viejo se te iba a caer el pingajo y asunto solucionado y mira por donde, me encuentro en mi segunda juventud sexual, en definitiva, que estoy más salido que un ocho o que un perro salido.

               Hablando de perros salidos yo me acuerdo de mi barrio de Vigo y que el jefe de la pandi y para demostrar que era el más hombre de todos, de vez en cuando se follaba una cabra y todos teníamos que estar presentes en el evento, la enganchaba por atrás y dale. Y menudo asco me daba, yo después de semejante panorama, pensaba que no quería ser un hombre jefe de nada, me conformaba con ser súbdito y si era menester hasta ser su esclavo.

              Y con los perros el tío tenía otra superespecialidad, que era que cuando el perro y la perra se quedaban enganchados por tanto folleteo, cogía una tranca muy gorda y ¡zas! les daba justo en el medio, el aullido del perro era de hombre lobo con la luna llena y salía el pobre llorando a moco tendido. Nunca quise comprobar si con semejante hachazo en el medio, al perro le quedaba media polla en la vagina de la perra, pues no era mi tarea y ya bastante tenía en querer olvidar semejante atentado inhumano. Pero me  suponía que sí, que el perro se iba con su colgajo ensangrentado y que al final, se moriría por quedarse tieso y  sin sangre.

             Recuerdo su cara de satisfacción del tío después de cada salvajada cometida y era eso, era toda una demostración de su hombría. La últimas animaladas que tenía en su repertorio callejero y aquí si que nos sumábamos todos los demás de la pandi y porque sino el tío nos cortaba los huevos, aparte de que también teníamos que demostrar algo de nuestra hombría, era por un lado, medio matar los gatos a pedrada limpia y de vez en cuando a perdigonazos. Y el otro número, era ir a tirar piedras a las pollas de los burros, que ya sabéis que de grandes casi tocan el suelo y el era nuestro maestro y catedrático, pues casi siempre hacía pleno. No sé, pero no quedaban muchos más animales callejeros en mi barrio, bueno nosotros y sobre todo nuestro jefe de barrio, el más animal de la tribu. 

MIS QUIMERAS VIAJERAS

                 ¡Porca miseria!, menudo cabreo tengo y no sé muy bien el porqué. En parte supongo que será porque tengo que quedarme aquí encerrado y por otro lado, porque hay días en que los astros se alinean para que tú estés cabreado. Por mi que reventara el mundo y así dejaría de escuchar lo del puente y venga a oír si hace buen tiempo para que disfruten los que están de vacaciones, si por mi fuera que viniera una galerna y que se jodieran todos. Y hala de vuelta a casita y con el rabo entre las piernas.

                 Está tomando muy mal cariz el tema con tantas vacaciones, si nos descuidamos vamos a llegar a tener el calendario de los profesores. Si yo lo que tengo es envidia cochina y me confundí de profesión, lo mío era ejercer de brillante profesor en la Sorbonne, que suena que te cagas y escribir un libro sobre la importancia de los profiteroles en la dieta mediterránea.

                 Después haría un intercambio de Universidad y me iría un curso lectivo a Houston y a desarrollar mis teorías sobre el Cosmos, la Astrología  y su influencia en la  evolución de las especies. Y de paso me daría una vuelta por Yanquilandia, alquilaría un buga tipo película y de punta a punta y de océano a océano y dormiría en los moteles de carretera, que no sé lo que tienen, pero todos los yanquis cuando viajan se alojan en semejante horterada de cartón piedra.

               Y New York, y Chicago, y Texas con sus sombreros y California cuna de los hipis,
y Massachussetts que no sé lo que tiene y por no saber, ni sé donde coño queda y por fin, Las Vegas donde me gastaría en un Casino la poca pasta que tendría y donde de paso y si soy aceptado Y correspondido, me casaría con la primera que me encontrara.¡Qué ilusión casarme en las Vegas!. Estas son mis ilusiones viajeras y mis quimeras de ensueño y la razón de ser de que siga existiendo. Otros tienen otras.

ZURDO CONTRARIADO

               Se nota que el personal anda por ahí tocándose los huevos y se nota porque está la gente de paseo y haciendo de excursioncitas al campo, que por cierto y hablando del campo, las setas aún no han salido, hay algunas pero muy escogidas y pequeñas y menos mal, pues en éste puente de diciembre, siempre hay algún capullo que las esquilma y éste año que se jodan y que se dediquen a coger lindas margaritas.

                       Porque al que le toca quedarse y bregar con lo de siempre, como es mi caso, pues ¿como se queda?, se queda jodido y rabioso. El día de hoy es espléndido, todo despejado y con un sol que acaricia los sentidos. Hoy daría el brazo derecho por poder salir de ésta Isla, el derecho, que no el izquierdo, pues soy zurdo redomado o como decía una profe que tuve en el Instituto, zurdo contrariado y gracias a ello me aprobó la Biología y por eso del trauma que al parecer  tengo.

                      Y decía contrariado porque pobrecito de mí, yo era zurdo con todas sus consecuencias, pero entre los curas y mi madre, le pusieron un santo remedio y que no era otro que si hacía algo con la zurda, caña al mono o lo es lo mismo, una buena manada de hostias. Y si no llegaba con esto, había un plan B, para éstas cosas siempre hay un plan B y simplemente te ataban la mano izquierda a la silla y así no quedaban más cojones que escribir con la derecha. Y si me ataran las dos manos, entonces os pregunto,¿Con qué mano escribiría?.

        De ahí viene lo de zurdo contrariado, pues soy zurdo pero escribo con la derecha, ya se sabe a base de hostias se aprende de todo. Pero bueno la zurda la uso para todas las demás cosas, para los deportes de pala, para jugar a la pelota y para también tocármelas y hasta para hacerme las pajas, mano polivalente que se llama. No sé si me quedo algún trauma por ello, porque traumas tengo muchos y muy variados, pero no se distinguir cual de ellos se puede deber a ser un zurdo contrariado. Porque contrariado estoy y mucho, pero ésta vez no es por ser zurdo, no señor, es por tener que quedarme en éste puente tan largo encerrado en ésta Isla de mierda.

EL PRESTIGE

                         Y a otra cosa mariposa, se acabó el viajar tanto al pasado y un poco de presente y de futuro viene muy bien, cuestión de compensaciones. Al fin y al cabo esto, lo mío, es como un barco y si se escora mucho a babor, pues se compensa poniendo la carga más a estribor, porque sino la carga y el barco se van al carajo. Esto es como lo del Prestige en que el barco se escoró y se partió en dos, porque le dio la gana a él, el capitán y la naviera, eran meras comparsas del barco, el barco iba como y adonde le daba la gana y en éste caso le dio por ir de turismo por la costa gallega.

                         Y la justicia que siempre es justa y equitativa, tomó esa decisión tan bien meditada y declaró culpable al barco y lo condenó a una multa multimillonaria y a cadena perpetua. Lo malo es que ya no hay quién saque al Prestige de los fondos marinos y ¡qué fondos!, pues son los de la Fosa Atlántica y esa fosa es tan profunda que toca al mar del otro lado. Bueno esa fue su condena, reposar en los fondos más profundos.

                Y que aprendan los demás barcos, porque sino serán condenados como fue el Prestige, a cadena perpetua y cerca del centro de la tierra. Salieron de rositas, el capitán, la naviera pirata y el chorizo que mandó el barco a partirse a la quinta puñeta o sea en la fosa y ningún ser humano fue responsable de la catástrofe y a ver cuando entendemos, que en el mar mandan los barcos y nosotros los hombres somos adornos que ellos llevan, vamos como si fuéramos sus lindas ladillitas.

                       Ya sabéis y según ésta condena,  primero podemos emborracharnos, después cogemos el coche y conducimos por el carril contrario, como kamikaces espaciales y no tengáis miedo de nada, pues al fin y al cabo, el coche siempre será el responsable.
 ¡ Y viva la justicia!.

LA PUERTA ABIERTA

                   A veces no soy yo el que hablo, debe ser mi alma la que se expresa, pues leo lo que he puesto y no reconozco el que antes tuviera esos pensamientos, ni esos recuerdos tan y tan nítidos. Porque aún no se expresarme a fondo, pero juro que las sensaciones de cuando leo lo que escribo, por ejemplo, sobre la Nochebuena en casa de mis padres, veo todos los detalles y los gestos faciales y oigo las risas y como se van deformando conforme avanza la noche. Realmente me traslado a aquellos tiempos y saco recuerdos que nunca tuve.

                 Y no son alucinaciones, pues son cosas que he vivido, pero me estremece ver tan de cerca las caras familiares y tan reales y hasta veo las copas sobre la mesa y el mantel y la comida y esa mesa grande del comedor y la sala de estar, en la cual sólo se podía entrar cuando venía una visita importante o sea casi nunca y también se podía entrar en esos dos días, en la Nochebuena y en el día de Navidad, el resto del año era zona acotada y prohibitiva.

                 Aún veo la estufa de butano encendida y echando llamaradas amarillas y azules y eso olor tan fuerte que desprendía y el dolor de  cabeza que producía.¡ Como colocaba la dichosa estufa!. La chimenea, pequeña pero coqueta y cuidado con que no saliera una chispa hacia el suelo, pues menuda bronca por parte de mi madre y con la amenaza constante, de que si quemaba lo más mínimo el suelo de madera, sería la última vez que se encendía.

               Y la vajilla y los cubiertos especiales para esa noche, que a mi me parecían de plata y después en realidad eran de alpaca. Y los vahos en las ventanas que llamaban mi atención especialmente, pues sólo esa noche había tanto calor dentro de esa casa, el resto del año, era como estar a cielo abierto. Menudo frío pasé de pequeño y sobre todo humedad de pecera. Meterse en la cama tenía su tela, previamente había que llenar la bolsa de agua caliente para los pies y después abrir la cama era un poema, pues debido a la humedad reinante los sábanas se pegaban como dos lapas y despegarlas era una trabajera que no veas.

                    Pero me gustan estos recuerdos nuevos, me gusta recordar cosas olvidadas y disfruto pensando en estos momentos tan íntimos y tan recientes en mi cabeza. Las caras, las caras me gusta verlas, pero a la vez me meten miedo, de claras y nítidas que las veo, es como si pudiera tocarlas e irle cambiando los gestos y las expresiones, es como si tuviera un mando entre mis manos y jugara a ver cinco mil caras distintas.

                   Claro que a veces me da la impresión de que alguna cara me mira con perplejidad y como preguntándome en donde coño me había metido, como si llevaran años esperándome a que por fin yo apareciera. A lo mejor es eso, que faltaba yo en la fiesta familiar y que a partir de ahora, quizá se cierre definitivamente esa puerta del espacio tiempo, esa misma puerta que quedó abierta en una Nochebuena cualquiera, allá hace muchos años y en una casa de Vigo.

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...