VENGANZA


Estuvieron siempre allí,

nunca dejaron de estar allí,

algunos le llamaron pensar con las entrañas

y otros le llamaron venganza y ganas de matar

con el arma de la ira.

¿QUÉ SABEN ELLOS?

 

Que saben los seres normales de lo irreal,

que saben del cerezo en flor,

del sabor del agua de lluvia,

de la textura de las lágrimas negras,

de la gris densidad de la niebla,

del mar en calma en un día otoñal,

y que saben ellos

de la noche más oscura.


¿Qué saben ellos?

¿¡qué yo no sepa!?.

TENGO VOCES...

 

Tengo voces que son ecos

que a veces, 

suenan a hueco incomprendido,

pero otras veces

 tienen denominación de origen,

se forman en tus propias cuerdas vocales

recorren la úvula y tu paladar duro

y se cuelan entre dientes y lengua

y se mezclan con aire y saliva

y al fin, 

salen despedidas como ráfagas de balas...

algunas hieren, 

otras matan

y algunas otras ni hieren ni matan,

y sólo quieren y aman.

JULIO CORTÁZAR


 

J.L. BORGES


 "Estoy solo y no hay nadie en el espejo"


J.J. MILLÁS


 Esta fotografía, debido a su delicadeza cromática, parece una acuarela. Todo resulta un poco tenue, sutil, sin asperezas, como si se le hubiera pasado una bayeta húmeda para rebajar la intensidad de los colores. Diríamos, de hecho, que predomina el dibujo sobre el color. Observen lo bien marcados que están los pasamanos de las escaleras eléctricas o las nervaduras del techo, así como las puertas por las que se accede a los distintos establecimientos. Pura geometría, también visible en los carteles rectangulares o cuadrados. Se trata de la estación de Saint-Lazare, en París, pero podría ser un centro comercial de Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad del mundo. Todos se parecen, todos están cortados por el mismo patrón. Usted y yo podríamos ser cualquiera de los transeúntes que recorren sus calles o suben y bajan por sus escaleras. Resulta hermoso y limpio, pero a la vez algo siniestro.

¿Por qué?
Quizá porque ese predominio del dibujo sobre la pintura evoca también la viñeta de un cómic en el que quedaríamos reducidos a personajes de una de esas arquitecturas de Escher, el artista neerlandés famoso por la autoría de geometrías absurdas que representan sin embargo a la perfección los espacios urbanos por los que deambulamos sin ir a ninguna parte, sin saber si ascendemos o descendemos, si cambiamos de acera o de postura, si consumimos o somos consumidos. Este conjunto de escaleras, pasillos, suelos, techos, dispuestos en apariencia por un temperamento obsesivo del orden, son en realidad un caos intestinal en el que el cuerpo humano actúa de bolo alimenticio.

No me pidas más de lo que te he dado

 



No me pidas más de lo que te he dado,

lo dado es algo intangible, 

no se mide bajo ninguna circunstancia,

ni se corresponde a ninguna medida cuantitativa.

Lo dado ha sido dado

y  por tanto, 

fue entregado sin acuse de recibo

y no hay nadie sobre la tierra

que tenga la capacidad de medir los sentimientos

y las inmensas ganas de querer que yo he tenido

y que sigo teniendo.

El amor... no muere

mueren las circunstancias

y los cuerpos señalados por la muerte.

El amor no pertenece a éste mundo

y es la magia la que lo traslado de una lado a otro lado.

He encontrado donde se encuentra la paz interior


 He encontrado donde se encuentra la paz interior

y está en un rincón muy escondido,

está cerca del alma,

está lejos del cuerpo,

contiene algo de hueso

y su aroma es de mandarina recién desgajada.

DE ESTE MUNDO Y DEL OTRO de José Saramago


«Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas e inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, vienen en los libros, los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y en los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan , eliminan. Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubrificadas con aceite de paciencia. Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas. Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace.
Hay muchas palabras.
Y están los discursos, que son palabras apoyadas unas en otras, en equilibrio inestable gracias a una sintaxis precaria hasta el broche final: “Gracias. He dicho”. Con discursos se conmemora, se inaugura, se abren y cierran sesiones, se lanzan cortinas de humo o se disponen colgaduras de terciopelo. Son brindis, oraciones, conferencias y coloquios. Por medio de los discursos se transmiten loores, agradecimientos, programas y fantasías. Y luego las palabras de los discursos aparecen puestas en papeles, pintadas en tinta de imprenta —y por esa vía entran en la inmortalidad del Verbo. Al lado de Sócrates, el presidente de la junta domina el discurso que abrió el grifo fontanero. Y fluyen las palabras, tan fluidas como el “precioso líquido”. Fluyen interminablemente, inundan el suelo, llegan hasta las rodillas, a la cintura, a los hombros, al cuello. Es el diluvio universal, un coro desarmado que brota de millares de bocas. La tierra sigue su camino envuelta en un clamor de locos, a gritos, a aullidos, envuelta también en un murmullo manso represado y conciliador. De todo hay en el orfeón: tenores y tenorinos, bajos cantantes, sopranos de do de pecho fácil, barítonos acolchados, contraltos de voz-sorpresa. En los intervalos se oye el punto. Y todo esto aturde a las estrellas y perturba las comunicaciones, como las tempestades solares.
Porque las palabras han dejado de comunicar. Cada palabra es dicha para que no se oiga otra. La palabra, hasta cuando no afirma, se afirma: la palabra es la hierba fresca y verde que cubre los dientes del pantano. La palabra no muestra. La palabra disfraza.
De ahí que resulte urgente mondar las palabras para que la siembra se convierta en cosecha. De ahí que las palabras sean instrumento de muerte o de salvación. De ahí que la palabra sólo valga lo que vale el silencio del acto.
Hay, también, el silencio. El silencio es, por definición, lo que no se oye. El silencio escucha, examina, observa, pesa y analiza. El silencio es fecundo. El silencio es la tierra negra y fértil, el humus del ser, la melodía callada bajo la luz solar. Caen sobre él las palabras. Todas las palabras. Las palabras buenas y las malas. El trigo y la cizaña. Pero sólo el trigo da pan».

MUDANZA (FABIO MORÁBITO)

 



  

A fuerza de mudarme                                                                                                                                                                                                                                                        he aprendido a no pegar                                                                                                           los muebles a los muros,                                                                                                      no   a no clavar muy hondo,

a atornillar solo lo justo

He aprendido a respetar las huellas

de los viejos inquilinos:

un clavo, una moldura,

una pequeña ménsula,

que dejó en su lugar

aunque me estorben.

Algunas manchas las heredo

sin limpiarlas,

entro en la nueva casa

tratando de entender,

es más,

viendo por dónde habré de irme.

Dejo que la mudanza

se disuelva como una fiebre,

como una costra que se cae,

no quiero hacer ruido.

Porque los viejos inquilinos

nunca mueren.

Cuando nos vamos,

cuando dejamos otra vez

los muros como los tuvimos,

siempre queda algún clavo de ellos

en un rincón

o un estropicio

que no supimos resolver.

 


CRISTINA PERI ROSSI



Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.
Lo imprescindible era otra cosa.

ESCRIBO de Eusebio Oria Domínguez


Cuando la realidad aprieta
y siento que no puedo más,
escribo.
Cuando la, bendita a veces,
y otras maldita rutina, me asfixia,
escribo.
Escribo para desfacer entuertos.
Escribo para exorcizar demonios.
Escribo para continuar cuerdo.
Escribo versos y me armo caballero,
sólo para sobrevivir.
Lanza en ristre,
derribo esos molinos de viento
que tanto gustan de romper
mis castillos etéreos.
Con rabia escribo.
Escribo para vivir,
para seguir soñando.
Soñando escribo.
Escribo para continuar cuerdo.

AQUEL VERANO DE MI JUVENTUD (Francisco Brines, Premio Cervantes 2020)

 


AQUEL VERANO DE MI JUVENTUD

Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano
en las costas de Grecia?
¿Qué resta en mí del único verano de mi vida?
Si pudiera elegir de todo lo vivido
algún lugar, y el tiempo que lo ata,
su milagrosa compañía me arrastra allí,
en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida.

Perdura la experiencia, como un cuarto cerrado de la infancia
no queda ya el recuerdo de días sucesivos
en esta sucesión mediocre de los años.
Hoy vivo esta carencia,
y apuro del engaño algún rescate
que me permita aún mirar el mundo
con amor necesario;
y así saberme digno del sueño de la vida.

De cuanto fue ventura, de aquel sitio de dicha,
saqueo avaramente
siempre una misma imagen:
sus cabellos movidos por el aire, y la mirada fija dentro del mar.
Tan sólo ese momento indiferente.
Sellada en él, la vida.

RABINDRANATH TAGORE

 

Durante muchos años

sin reparar en gastos

he recorrido muchos países

he visto las montañas más altas

y océanos enormes...

y sin embargo descubrí el brillo del rocío

en la hierba a la puerta de mi casa.

"PAUSA" (Mario Benedetti)

"De vez en cuando
hay que hacer una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades".

THOMAS SCHMIDT


′′Nadie en el mundo necesita un colmillo de elefante sino un elefante."

CUALQUIER DÍA DE ESTOS...


Cualquier día de estos

me haré mayor de una puñetera vez,

me quito el poco pelo que me queda,

me lo blanqueo de canas,

y me pongo arrugas al por mayor...

Cualquier día de estos 

de repente, me haré mayor

me haré poroso, esponjoso 

y me convertiré en un ser 

extremadamente delicado.

Dicen que la vejez es sencillez

y como si fuera tan sencillo 

hacerse cargo de tu propia vejez...

NO HAY NADA COMO UN AMOR DESMEDIDO


No hay nada como un amor desmedido,

deforme antes de su nacimiento, 

bestial, enorme,

diferente, espasmódico y sacudido,

doloroso y dolorido,

pasional, ciego y encendido,

obtuso, agudo, 

indecente y deforme,

hiriente y confundido,

acelerado de cuerpo,

de corazón palpitante

de sangre caliente y de lava hirviente,

de largas y hermosas tardes otoñales,

de madrugadas de blanco rocío,

de desayunos en la cama

y de eternas mañanas 

enredadas entre las sábanas.

Todo lo que aprieta oprime

 

Todo lo que aprieta oprime

y acabará ahogándote en cualquier vaso de agua.

Todo lo que tú supones dentro del proceso de tus pensamientos

debes apartarlo de tu cerebro,

no hay verdades universales,

no hay razonamientos con las bombas nucleares,

no hay miedo

cuando lo has sentado a tu lado

y no hay un ser más caprichoso

que una persona que se quiere adueñar de la otra.

Ven aquí y díme te quiero

aléjate ahora y mira, te voy a tirar un hueso

y cuando yo te diga, te vienes de nuevo

traerás el hueso en la boca

y moverás el rabo o la cola.

CONSTANTES GEOFRÁFICAS de Luiz Horta-Brasil (del blog Glup 2.0)

 


Constantes geográficas



Todo país tiene un nordeste.
El de España es el sur.
Sólo los parques tienen sentido.
No interesan las brújulas.
Todo extranjero es visible.
Todo lugar es lejano.
Los horarios siempre son inexactos.
Los armarios nunca cierran.
Las mejores ciudades empiezan con una B.
Así como las peores.
No interesan los paraísos.
Todo monumento se desconocerá.
Ninguna información es precisa.
Buenos Aires es anterior.
Todos los recuerdos serán olvidados.
El anonimato es un privilegio.
Todos los tedios convergen.
No interesa lo desconocido.
Toda la gente piensa que está en Nueva York.
A lo interesante se llega caminando.
Todos los olores son necesarios.
Todo entusiasmo cansa.
Todo movimiento es peligroso.
Todo es siempre -más o menos- falso.
Todo viaje es un secuestro.
El sur del mundo es Londres.
Todo es hecho en China.
Toda catedral tiene un fondo.
Siempre llueve cuando muere alguien.
Nunca amanece sin esfuerzo.
Del otro lado siempre está Marruecos.
Nunca es allá.
Toda decepción es graciosa.
Siempre falta algo.
No interesa lo exótico.
Siempre cruje algo en cementerios.
Toda fotografía es innecesaria.
Todo atajo es húmedo.
Siempre es luna llena.
Siempre está brumoso.
Y siempre se puede tomar un taxi.

WISLAWA SZYMBORSKA


Cuando pronuncio la palabra Futuro
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...