Pues aquí estamos, ya de vuelta y de vuelta y media y hasta os podía hablar del porqué de nuestra existencia con tal de no tener que reconocer que he perdido y he mordido el polvo y esa mierda de cesped sintético que me desquicia. He perdido el partido de Padel y además lo he perdido sin condiciones o sea, a tumba abierta y masticando mis hígados y maldita piraña que tengo en mis gemelos, primero me da mordiscos dolorosos y al final, mis gemelos se convierten en corcho y las piernas se me ponen tontunas y a dormir su siesta. Llega un momento que de tanto dolor que paso, se me salen las lágrimas por el orificio urinario y después pasa que, que las piernas parecen como borrachas. Y cientifícamente a eso le llaman "Claudicación intermitente" y que al parecer sólo sufrimos los viejos.
Y éste punto si me duele y me duele mucho y porque no sólo el dolor físico, que es bestial, sino el dolor de orgullo y de tener que disimular tu discapacidad y al mismo tiempo, haciendo que eres un puto toro de Osborne. O sea que te tienes que tragar tus lágrimas agónicas y seguir como si nada y como si fuera otro el que está sufriendo. Y porque si muestro signos de debilidad, me fríen a pelotazos. Porque vamos a ver, yo no soy el único que lo del Padel se lo toma a la tremenda y entonces, el que gana, gana y además humilla y el que pierde se jode y se va para casa jodido y puede que deprimido.
Pues como hacía el otro, tendré que poner otra muesca de derrota en mi escopeta y para saber mi número de derrotas y para saber las veces que habrá que vengarse. La derrota humilla, pero a mi no me hace ponerme de rodillas, me humilla y me trago la saliva y por supuesto, el cachondeo de los contrarios, pero trago pero no olvido y juro que, que buscaré la fuerza necesaria y para joderlos en vivo y hasta que caigan rendidos. Mejor me voy para cama, que me irá mejor que seguir pensando y porque hoy sólo tengo una idea fija: ¡que he sido derrotado!.
Y éste punto si me duele y me duele mucho y porque no sólo el dolor físico, que es bestial, sino el dolor de orgullo y de tener que disimular tu discapacidad y al mismo tiempo, haciendo que eres un puto toro de Osborne. O sea que te tienes que tragar tus lágrimas agónicas y seguir como si nada y como si fuera otro el que está sufriendo. Y porque si muestro signos de debilidad, me fríen a pelotazos. Porque vamos a ver, yo no soy el único que lo del Padel se lo toma a la tremenda y entonces, el que gana, gana y además humilla y el que pierde se jode y se va para casa jodido y puede que deprimido.
Pues como hacía el otro, tendré que poner otra muesca de derrota en mi escopeta y para saber mi número de derrotas y para saber las veces que habrá que vengarse. La derrota humilla, pero a mi no me hace ponerme de rodillas, me humilla y me trago la saliva y por supuesto, el cachondeo de los contrarios, pero trago pero no olvido y juro que, que buscaré la fuerza necesaria y para joderlos en vivo y hasta que caigan rendidos. Mejor me voy para cama, que me irá mejor que seguir pensando y porque hoy sólo tengo una idea fija: ¡que he sido derrotado!.